Publicidad

Una agenda congestionada

Compartir esta noticia

El fin de las mayorías parlamentarias, dará la oportunidad de mejorar la discusión sobre las decisiones nacionales y superar una herencia de 10 años de legislar con disciplina partidaria desde ámbitos ajenos al parlamento.

El fin de las mayorías parlamentarias, dará la oportunidad de mejorar la discusión sobre las decisiones nacionales y superar una herencia de 10 años de legislar con disciplina partidaria desde ámbitos ajenos al parlamento.

Un gobierno compartido permite enriquecer la discusión, mejoran las soluciones propuestas, las cuales se acercarán al centro de gravedad de las demandas y prioridades de la sociedad. El país ha mejorado mucho. Se aumentó la prosperidad, se redujo la inequidad de ingresos y se camina hacia una sociedad con mas derechos. No obstante, no parece que se hayan neutralizado las vulnerabilidades de la economía.

Con el atraso cambiario y la confrontación con los socios regionales somos mas vulnerables y dependientes de los precios de los alimentos. La llave de la sostenibilidad sigue siendo ajena. Tampoco los esfuerzos de integración social han mejorado significativamente. La fractura social es cada vez mas ancha.

Es mayor la brecha en materia de valores, pautas de convivencia, incentivos para la educación, la elevación de las capacidades, la difusión del hábito del trabajo, la valoración del delito. El narcotráfico progresa y mirar lo que ocurre en Argentina es como leer el diario del lunes.

Las grandes prioridades siguen estando en los esfuerzos por avanzar en la integración de la sociedad y bajar la vulnerabilidad del crecimiento económico. Probablemente —y por suerte— los partidos políticos parecerían de acuerdo en el enunciado de estos objetivos aunque cada uno tendrá diferentes visiones acerca de cómo hacerlo.

Nuestra política no es afecta al diseño y aplicación de programas estratégicos. El éxito en el logro de resultados, consiste en que cada decisión sea un escalón en la aplicación de un plan y que cada plan cuente con sus objetivos y sus herramientas. Asimismo, que cada herramienta obedezca a fundamentos provenientes de la ciencia, la tecnología, el conocimiento y la experiencia, de manera de alcanzar óptimos resultados con mínimos costos. Son los caminos que siguen los grupos humanos —naciones, empresas, instituciones— que alcanzan resultados de largo plazo superando el oportunismo y el albur de depender de la suerte. La construcción estratégica cerraría el campo de los talenteos, improvisaciones, las recetas de antes apoyadas mas en creencias que en conocimientos, los gobernantes que aconsejan como misioneros.

Hasta hace pocos años, las autoridades desconocían la cadena de causas que determinaban la inflación. Las políticas se dirigían a combatir los síntomas, controlando los precios. Los fracasos fueron estrepitosos. Cuando se difundió el conocimiento de la relojería que explica los precios, las políticas resultaron efectivas. Al día de hoy, manejar la inflación es mas parecido a una rutina administrativa que a una genialidad.

En la actualidad se pretende combatir la desintegración social a través de políticas de transferencias multiplicando el clientelismo, equivocando los incentivos, gastando mucho y obteniendo poco. No es un problema de dinero sino de conocimiento, de gestión y de organización. Agregar mas dinero es convalidar métodos equivocados. Entre nosotros, existe una memoria colectiva de los años de la postguerra cuando este fue un país rico con una sociedad modelo. Mas de la mitad del partido de gobierno en un ejercicio de alto rendimiento electoral, sigue proclamando la restauración del pasado, la cual nunca existirá.

SEGUIR
Joaquín Secco García

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

Joaquín Secco García

Te puede interesar

Publicidad

Publicidad