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Oficialismo opositor

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El gran juego político de estos años es haber instalado que la oposición al oficialismo está adentro mismo del FA. Si no le gusta Astori, entonces tiene a Mujica. Si no está de acuerdo con Mujica, entonces tiene a Vázquez.

El gran juego político de estos años es haber instalado que la oposición al oficialismo está adentro mismo del FA. Si no le gusta Astori, entonces tiene a Mujica. Si no está de acuerdo con Mujica, entonces tiene a Vázquez.

Si no quiere a Topolanski, tiene a Martínez. Sería tonto decir que no funcionó. Fue el gran descubrimiento de la hegemonía política, ofrecer todo en un mismo partido.

Este juego es una ecuación que suma cero, siempre da FA. La inteligencia de este esquema es lo que Vaz Ferreira llamaba “paralogismo de falsa oposición” y reside en no advertir que al final del camino no son opuestos, es decir que Astori es igual a Mujica y este a Vázquez y Martínez a Topolanski, porque todo se lauda en un poder que no es personal sino institucional, el partido del gobierno, es decir el FA. Es una ilusión bien montada porque todos son oficialistas, no hay oposición posible adentro de un mismo gobierno, está en la naturaleza de las cosas. Está hecho para mantener el poder, no para cuestionarlo. Y dio resultado, negarlo sería tonto.

Iniciando un nuevo período el juego empieza a despuntar de nuevo. Mujica insiste con la autogestión de empresas fundidas y el FONDES y Vázquez le dice no. Vázquez quiere el Plan Juntos en el ministerio de Vivienda, y Mujica dice que es un error. Sirios sí y el otro no. Uno quiere designar a uno en un cargo y el otro lo tacha. Ponen dos candidatos a la intendencia de Montevideo y alimentan que para evitar a Topolanski hay que votar a Martínez, cuando los dos responden a los mismos. En definitiva ¿dónde está el poder? En el FA, porque todos se necesitan y por ello acuerdan un poquito para cada uno y santas pascuas. El que crea que es posible enfrentar un modelo o a una persona eligiendo a otra persona del mismo partido en verdad cayó en la trampa.

Modelos distintos se representan democráticamente en partidos diferentes, es iluso pensar que hay diferencias de fondo adentro del oficialismo. En las cosas sustantivas el oficialismo es oficialista, valga la redundancia. En la ley de medios qué opinan, lo mismo. Educación sin participación opositora, están de acuerdo. En materia tributaria, lo mismo. El sistema de salud ineficiente con la mala gestión a quien responde, a todos. ¿Bonomi de quien es ministro? De los falsos opositores: de Vázquez y Mujica. Si vota a Martínez, ¿quién gobernará la IMM? El FA, dónde Topolanski es abrumadora mayoría. Que opinaron del tema Guantánamo, lo mismo. La fórmula funciona y su éxito es guardar equilibrios políticos, vendiendo antagonismos que no existen. Hagamos una autocrítica, muchas veces desde la oposición vimos pasar ese tren sin tener la capacidad suficiente para desnudar ese juego perverso que muchos uruguayos con honestidad creyeron que existía. El problema residió también en nosotros.

Por eso en el período que comienza las cosas deben estar claras, por un lado un partido político que gobierna para mantener el poder y por otro la oposición. Puede haber coincidencias puntuales, pero no confusiones. Lo diferente a lo que gobierna no está en el gobierno, está afuera. Defensa de las libertades, de la ley, de la Justicia independiente, del que se esfuerza y sacrifica trabajando. Mujica y Vázquez discutirán por los medios y en el Parlamento, pero brindarán juntos y abrazados en la casa de gobierno. Esa es la trampa a la venta en las góndolas del FA.

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Javier García

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