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Minoría sí, inocua no

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El primer anuncio de Tabaré Vázquez en cadena de televisión resultó ser una ruidosa marcha atrás. De aquel planteo veraniego que adelantaba su intención de pasar las fiscalías a la Presidencia, y por decreto, a lo previsto ahora de constituirlas en un servicio descentralizado, media una voltereta importante.

El primer anuncio de Tabaré Vázquez en cadena de televisión resultó ser una ruidosa marcha atrás. De aquel planteo veraniego que adelantaba su intención de pasar las fiscalías a la Presidencia, y por decreto, a lo previsto ahora de constituirlas en un servicio descentralizado, media una voltereta importante.

Idea esta última además no novedosa ya que se venía analizando desde mucho tiempo atrás y con buen nivel de aceptación en los partidos. Podía el Dr. Vázquez seguir para adelante, si hubiera querido tenía los votos para respaldarlo en cualquier contingencia parlamentaria, pero recapacitó sobre el costo político grande que iba a tener. La reacción fundamentada de la oposición en las semanas previas, recuerdo particularmente a los diputados nacionalistas José Carlos Cardoso y Pablo Iturralde, dio el alerta público de la gravedad y derrotó la idea original que contaba matemáticamente con mayoría, pero políticamente perdió. ¿A qué viene esto? A desmentir una línea argumental que dice que en este período con la mayoría parlamentaria del FA los debates serán los que a la interna del oficialismo se den. Si Mujica tranca a Vázquez o si este lo ignora. Negar el peso de la oposición en virtud de que es minoría es una mala lectura de la realidad o simplemente es un deseo absolutista.

La realidad política es mucho más compleja y dinámica que la simple suma de votos. La sensación que existe de que la victoria del Frente Amplio fue aplastante sencillamente no es verdad. Hay mayoría parlamentaria, legítima, por apenas 2.700 votos como bien recordó Óscar Botinelli últimamente. Es verdad que es la que da el voto 50 en Diputados, pero a nivel de debate marca claramente que estamos hablando de diferencias sociales mínimas.

La oposición, que tiene en el Partido Nacional una mayoría que le adjudica responsabilidades, tiene mucho por hacer y además representa políticamente y socialmente un peso que logra cambios como el de las fiscalías o el destape de PLUNA, pero además resguarda principios que son mayoritarios. Maduro no vino sin duda por la situación en su país, pero también porque le avisaron que no iba a ser bien recibido. Desde todos los partidos del arco opositor se criticó duramente su presencia y me animo a decir que eso permeó también en sectores de la opinión pública del FA. Si no, pregúntenle al vicepresidente argentino Boudou que pasa en Uruguay cuando la sociedad rechaza prácticas políticas corruptas o autoritarias. Las mayorías automáticas del FA no significan que la oposición sea inocua, eso puede ser un deseo del oficialismo, pero no es verdad.

Tabaré Vázquez hizo anuncios importantes. Muchos de ellos compartibles, otros reiterados y otros de cosas que ya existen. Ahora vendrán proyectos de ley que analizaremos en el parlamento. Ahí se verá si la vocación de diálogo anunciada es real o simplemente marketing. Lo que está claro es que aquello de la luna de miel es muy romántico, pero no aplica para la relación entre partidos. En la vida del país lo que corresponde es defender democráticamente posiciones y valores y a nadie conceder lo que no corresponde. Cuando se coincide es muy bueno, cuándo no también, porque refleja la pluralidad social. Y en eso habrá mayorías parlamentarias pero eso ni da la razón ni es una mordaza. Desde la oposición se puede hacer mucho y también se puede evitar como quedó demostrado.

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Javier García

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