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Típico de los comentaristas deportivos, cuando el partido se da vuelta. Hace días salieron los números del 2015, y poco después la traducción electoral de Factum, pronosticando la derrota del FA en las próximas.

Típico de los comentaristas deportivos, cuando el partido se da vuelta. Hace días salieron los números del 2015, y poco después la traducción electoral de Factum, pronosticando la derrota del FA en las próximas.

Me impulsó a divulgar un documento que el 15/2 envié a uno de los líderes de mi Partido, con quien me unen, además, profundas raíces familiares. Para que no digan después que hice la del comentarista, (pero, también, porque no tuve mucho eco).

Aquí va lo medular:

“1.- El FA va a perder la próxima elección: desgaste natural; deterioro económico, que deja al desnudo poca capacidad de gestión; liderazgo envejecido, sin grandes metas, ni ilusiones. Difícil que Vázquez pueda inventar algo que relance su gobierno.

2.- No sigue que el P. Nacional ganará en todo el contenido del término. Tendrá más votos, por obra del FA, pero ganar, ganar, es más que eso… es gobernar y para gobernar hay que tener un respaldo fuerte y mandato claro. La sola derrota del FA no nos dará eso.

3.- Junto con el resultado electoral hay que empezar a construir la obtención de un mandato. La situación tenderá a empeorar y no será la primera vez que un partido tradicional accede al gobierno por default, con escasa mayoría, enormes expectativas y sin una base firme. Ganar para fracasar (y comernos otros veinte años a la intemperie), sería horrible.

4.- ¿Cómo buscar el mandato realista que nos permita gobernar en turbulencias? Yendo a un discurso más realista, buscando el apoyo para lo que será imprescindible, con baja probabilidad de que nos cueste votos: el FA perderá cualquiera sea nuestro discurso.

a) Desnudar porqué está fracasando el FA: incapacidad, conservadorismo, empequeñecimiento, debilidad ante las corporaciones…

b) Advertir sobre la dureza del futuro por el resurgimiento de aquellos viejos problemas que la bonanza enmascaró pero el FA dejó intactos, (cuando no los empeoró): pérdida de competitividad, aislamiento del mundo, descapitalización, tanto física, como humana, (pésima formación de futuras generaciones); el Estado sigue siendo un problema, económico y social; los abordajes a la marginalidad son adictivos y no curativos; la seguridad no se alcanza con ineficiencia; la convivencia social debe basarse en el respeto por el derecho y la Democracia no puede funcionar apoyada sobre instituciones débiles. Para ponerlo sucintamente.

5.- ¿Y después hacer qué? La mayoría de los problemas del Uruguay tienen causas culturales. Eso significa raíces muy profundas, difíciles de cambiar. También significa que un ataque frontal llevaría al rechazo, pero que sin cierto grado de enfrentamiento no habrá cambios. Los gobiernos del FA son prueba de esto último.

Las rémoras culturales hay que abordarlas por tres caminos: i/- la apertura al mundo (comercial y cultural), ii/- la educación, (con la dificultad de que es ahí donde la cultura conservadora está más atrincherada), iii/- un discurso que, siendo muy realista, trasmita a la vez esperanzas. Llamar a la excelencia, convenciendo que es posible (y el único camino para salir de nuestros estancamientos).

6.- No hacer programas de gobierno: pocos los leen. Concentrarse en algunas pragmáticas:

a) Competitividad: la combinación de nuestros altos costos y la tendencia mundial a celebrar acuerdos comerciales de los que no somos parte, hace que estemos amenazados ya en las áreas donde se supone que somos competitivos. b) El Estado: no anunciar grandes reformas. No anunciar nada. Planear acciones concretas. Pasar los entes a derecho privado, con controles, (no como ahora); aterrizar las relaciones contractuales y laborales en la realidad; desregular… c) Seguridad Social: se viene otra vez el tema. Los números no dan. Ojo cómo manejarlo. d) Salud: ídem ¿cuánto tiempo falta para un primer colapso? e) educación: El desprestigio del establishment, empezando por el corporativo, es total. Evitar temas desgastados, (reforma de programas, criterios de repetición… etc.) y apuntar a la línea de flotación: i/- verdadera descentralización: que los directores vuelvan a ser los grandes actores, con potestades para gastar, contratar y despedir, ii/- transparencia: Pisa pa todo el mundo, públicos y privados y que incluyan, además, criterios de gestión, iii/-progresiva apertura de los “corralitos” educativos: que los padres tengan libertad de elección. iv/- Terminar con el oligopolio de la formación docente. Si todos salen del mismo caldo, el cambio es imposible. v/- permitir aportes tributarios a privados en zonas duras. f) Encare de la pobreza y la marginalidad: no con “espíritu de conquista”. Es un proceso lento y humano. Trabajar mucho más con las Ongs que hacen las cosas bien.

Combinar educación, seguridad, salud, deportes y destrezas: ir instalando en los barrios bravos, complejos que incluyan en un solo módulo, escuela/liceo, plaza de deportes, comisaría, centro comunal, policlínica… fomentando convivencia virtuosa. Nunca dar sin exigir contrapartida

7.- En el plano institucional: volver a darle dignidad a las instituciones…”

En suma, enfocarse más en gobernar, que en ganar. En anunciar más que en prometer.

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Ignacio De Posadas

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