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Azzini ante la historia

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El 2 de diciembre falleció el Cr. Juan Eduardo Azzini. Se ha repasado por estos días en diversas notas su destacada actuación como ministro de Hacienda, intelectual y docente, que le ha valido el inmenso reconocimiento de todos quienes tuvimos la suerte de conocerlo. Creo, sin embargo, que más allá del repaso de su currículum es necesario destacar el rol que jugó en la historia económica del país.

El 2 de diciembre falleció el Cr. Juan Eduardo Azzini. Se ha repasado por estos días en diversas notas su destacada actuación como ministro de Hacienda, intelectual y docente, que le ha valido el inmenso reconocimiento de todos quienes tuvimos la suerte de conocerlo. Creo, sin embargo, que más allá del repaso de su currículum es necesario destacar el rol que jugó en la historia económica del país.

Uruguay supo ser un país próspero con un producto por habitante igual al de los países del primer mundo en el tercer cuarto del siglo XIX. La explicación es la gran expansión de que gozamos, especialmente desde el fin de la Guerra Grande hasta la década de 1870 gracias a las políticas liberales que siguieron los gobiernos de la época y que tuvieron un impulso decisivo en las épocas de Giró y Berro.

A partir de 1875 comienza la involución con la primera ley proteccionista, el curso forzoso de la moneda y el primer default de deuda pública que realizó la dictadura que derrocó al gobierno de Ellauri. A partir de entonces comenzamos de forma gradual e inexorable a apartarnos de la posición extraordinaria que el país había alcanzado.

Durante el militarismo y los gobiernos civiles del último cuarto del siglo XIX se sentaron las bases de las políticas equivocadas que cobrarían nueva fuerza en la misma dirección bajo el primer batllismo.

Una nueva economía guiada por el estatismo y el proteccionismo fue reduciendo nuestra tasa de crecimiento y reforzando la severidad de los ciclos económicos. Tanto durante el terrismo como durante el segundo batllismo el país a través del Contralor de Importaciones y Exportaciones y otros organismos de dirigismo económico se iría esclerosando hasta desembocar en un estancamiento de nefastas consecuencias.

Hacia fines de la década de 1950 Uruguay experimentaba las previsibles consecuencias de la orgía estatista y proteccionista que destrozó los pilares de la prosperidad. Déficit fiscal, endeudamiento, inflación, desempleo y caída del salario real marcaban el panorama de una época en que las recetas estatistas ya no funcionaban. Y allí es que se produce el triunfo del Partido Nacional y con él la oportunidad de que Azzini asuma por cuatro años la cartera de Hacienda.

Por más de 80 años nuestro país había seguido un camino en que solo conocimos el dirigismo económico que fue asfixiando nuestra economía. Azzini tenía un buen diagnóstico de la situación y propuestas concretas que había elaborado en el Instituto de Finanzas de la Universidad de la República. No hubo improvisación sino la instrumentación de un paquete de medidas destinado a devolverle la vida a la economía uruguaya.

Ahora si entramos en la historia más conocida. Azzini terminó con los tipos de cambios múltiples, con las cuotas, en definitiva, con la corrupción de un sistema rentístico que tenía en el Contralor un monstruo insaciable.

Luego existieron marchas y contramarchas, pero la gestión de Don Juan Eduardo abrió los ojos de un país que a partir de ese momento tuvo una alternativa más liberal, abierta y moderna como faro al que finalmente iría poniendo, gradualmente, rumbo. El Cr. Juan Eduardo Azzini es por eso un héroe de la Libertad, y su figura se irá agrandando ante el juicio sereno de la historia.

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Hernán Bonilla

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