La ministra de Educación, María Julia Muñoz, no cree que la enseñanza pública viva un conflicto permanente. Para la ministra, esto no forma parte de las “realidades” sino de los “titulares”. El periodista Gabriel Pereyra, publicó en “El Observador” fragmentos de un informe que envió el Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio a la Mesa Política, en el que se señala como responsable de los problemas del gobierno al “accionar de la derecha (que) no da tregua… cuestiona al Presidente de la República (su autoridad, su liderazgo, su relacionamiento con la fuerza política)… el Presupuesto, la seguridad (y) la Educación”. Como no podía ser de otra manera, la fuerza de gobierno remarca “el papel que juegan los medios de comunicación” en semejante estado de cosas. La tesis es auto exculpatoria e infantil pero igualmente conviene refutarla con hechos.

La ministra de Educación, María Julia Muñoz, no cree que la enseñanza pública viva un conflicto permanente. Para la ministra, esto no forma parte de las “realidades” sino de los “titulares”. El periodista Gabriel Pereyra, publicó en “El Observador” fragmentos de un informe que envió el Secretariado Ejecutivo del Frente Amplio a la Mesa Política, en el que se señala como responsable de los problemas del gobierno al “accionar de la derecha (que) no da tregua… cuestiona al Presidente de la República (su autoridad, su liderazgo, su relacionamiento con la fuerza política)… el Presupuesto, la seguridad (y) la Educación”. Como no podía ser de otra manera, la fuerza de gobierno remarca “el papel que juegan los medios de comunicación” en semejante estado de cosas. La tesis es auto exculpatoria e infantil pero igualmente conviene refutarla con hechos.

El último de ellos podría ser el bloqueo sindical a la elección de horas en Secundaria. La directora del CES, Celsa Puente, se mostró sorprendida de que el senador nacionalista Luis Lacalle Pou sugiriera algunas innovaciones en el sistema de elección de horas. Según Puente, la iniciativa se había consolidado “durante todo este año” y se implementaría unos días después. Sin embargo, los poderosos sindicatos de la Enseñanza Pública bloquearon la elección de horas por dos años, puesto que tal extremo no se había acordado en una comisión bipartita.

Como se ve, esta nueva derrota de las autoridades no la causó la oposición. Mientras la “derecha conservadora” (al decir del socialista Yerú Pardiñas) pretendía colaborar, la dirigencia izquierdista de Fenapes le recordó a Celsa Puente que no sería ella sino el congreso del sindicato quien resolvería sobre la elección de horas.

Pero la prueba del nueve de que hay problemas serios la aportó el diputado frenteamplista por Maldonado, Darío Pérez. El dirigente de Liga Federal advirtió a la cúpula oficialista que “si las elecciones fueran hoy, el Frente Amplio perdería”, y explicó por qué. No habló de “titulares” ni de la “ola conservadora”, sino del problema de tener “líderes viejos” que están perdiendo el poder, mientras “los liderazgos jóvenes no aparecen”.

Pérez fue aún más lejos: les dijo que “en el Frente falta conducción”, no hay coordinación entre el Ejecutivo y el Legislativo, se enfrenta un “largo proceso de falta de fraternidad”, se dio “un golpe de Estado” contra la presidencia de Mónica Xavier, y se bloqueó las candidaturas de varios líderes emergentes. Y al postre le faltaba la cereza: el diputado también criticó el apoyo irrestricto a la pasada gestión de Ancap, que no fue defendida sino sepultada ante la comisión investigadora del Senado por los integrantes de los sucesivos equipos económicos de gobierno del Frente Amplio.

¿Titulares? ¿Derecha conservadora? La dirigencia frentista omite un asunto relevante: los contrarios (no todos de derecha ni todos conservadores) también juegan su partido, como antes lo hizo el propio Frente Amplio.

El problema del país no es su robusta vida democrática sino la ceguera del gobierno y su cúpula partidaria en aceptar la realidad, hacerse cargo de su responsabilidad y ponerse, de una vez por todas, a gobernar.