Dialogar con la oposición sobre la inseguridad pública es una buena iniciativa de Tabaré Vázquez. Lástima que su hermano Jorge haga méritos para sabotearla culpando de la actual inseguridad a blancos y colorados.

Dialogar con la oposición sobre la inseguridad pública es una buena iniciativa de Tabaré Vázquez. Lástima que su hermano Jorge haga méritos para sabotearla culpando de la actual inseguridad a blancos y colorados.

Sí, según Jorge Vázquez, subsecretario del Interior, “las políticas de exclusión social” y de fomento del consumismo propiciadas a fines del siglo pasado por los partidos tradicionales causaron esta ola de criminalidad que azota al Uruguay. Así de simple es su razonamiento.

A Jorge Vázquez, que estuvo en el gobierno sin perderse un día en los últimos 11 años y que lleva 6 tratando de dar pie con bola en el ministerio del Interior, debería caérsele la cara de vergüenza por usar este argumento en una entrevista publicada en Brecha. Decir que los gobiernos blancos y colorados alentaron el consumo sin dar “mejoras salariales” generando así unas necesidades que solo pueden colmarse delinquiendo es un disparate indigno de un adulto en edad de votar.

Esa explicación tan burda y que adjudica tan perversos sentimientos a quienes hoy están en la oposición, no se sostiene por ningún lado. Sobre las “políticas de exclusión social” que según él ejecutaron los partidos tradicionales, convendría que el subsecretario ojeara informes de organismos neutrales como, por ejemplo, la Cepal. En especial el publicado en 1998 (accesible en internet) sobre “medidas gubernamentales para reducir la pobreza en América Latina”. Allí se resalta “la posición favorecida de Uruguay” retratado como el país con menor índice de pobreza en la región tanto al comienzo como al final del período analizado que es el septenio 1990-97.

Ese informe de Cepal advertía por entonces que ningún otro país latinoamericano logró “una reducción de la pobreza de esa magnitud en la década de los noventa”. Por si fuera poco destacaba que Uruguay ostentaba la distribución del ingreso más igualitaria de América Latina (comparable a la de Dinamarca) y que a gran distancia le seguía Costa Rica. Además, nuestro país figuraba en la región como el de mayor gasto social con relación al PBI: un 22.5%. Todo lo cual prueba que la tal política de exclusión solo existe en la mente de este inoportuno acusador que le sale al paso a blancos y colorados en el momento en que se disponen a dialogar y cooperar con el gobierno.

En cuanto al consumismo que supuestamente fomentaron los partidos tradicionales un simple análisis de las cifras de consumo demuestra que ese fenómeno no ocurrió en ese tiempo. En cambio sí hizo “boom” bajo los gobiernos frentistas favorecidos por una bonanza sin precedentes, en particular en los años de José Mujica con el auge de la construcción (y no precisamente de viviendas sociales), récord de autos vendidos, turismo al exterior como nunca y aumento de gastos suntuarios (véanse los datos sobre las importaciones). De ello alardeaban hasta hace poco los gobiernos frentistas que el subsecretario integraba, ¿no es así?

En vez de recurrir al mito de la “herencia maldita” haría bien Jorge Vázquez en recordar que la inseguridad tiene múltiples causas y debe combatirse con la ayuda de todos, incluidos esos perversos blancos y colorados que hoy comparten mesa de trabajo con su hermano Tabaré.