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Sanciones a Venezuela

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Andrés Oppenheimer
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Las últimas medidas estadounidenses y latinoamericanas para repudiar la fraudulenta reelección del presidente venezolano Nicolás Maduro son dignas de aplauso. Pero no nos engañemos: son en gran medida gestos simbólicos que por sí solos no lograrán derrocar a la dictadura venezolana.

La comunidad internacional tendrá que imponer medidas mucho más fuertes y coordinadas para obligar a Maduro a permitir elecciones libres. Y la ventana de oportunidad para hacerlo se está cerrando rápidamente.

El presidente Trump firmó una orden el lunes que prohibe a los estadounidenses la compra de deudas venezolanas o activos del gobierno venezolano. Anteriormente, Trump había impuesto sanciones individuales a docenas de altos funcionarios venezolanos, congelando sus bienes o negándoles la entrada a Estados Unidos.

Asimismo, los 14 países latinoamericanos que integran el "Grupo de Lima" —incluidos México, Brasil, Argentina, Colombia, Chile y Perú— anunciaron el lunes que estaban retirando temporalmente a sus embajadores en Venezuela, y que considerarán sanciones financieras individuales contra altos funcionarios venezolanos. Pero el hecho es que Trump aún no ha cortado las importaciones estadounidenses de petróleo venezolano, que representan la fuente de ingresos legales más grande del régimen de Maduro.

Venezuela depende de las exportaciones de petróleo para el 90 por ciento de sus ingresos en divisas, y la mayoría de las exportaciones de petróleo de Venezuela van a Estados Unidos. Si Trump no deja de comprar petróleo de Venezuela, ¿por qué deberíamos tomar medidas económicas contra Maduro?, me preguntó en privado un presidente latinoamericano recientemente.

El gobierno de Trump ha descartado hasta ahora un embargo petrolero entre otras cosas por temor a que haga subir aún más los precios de la gasolina en Estados Unidos, algo que Trump no quiere que ocurra antes de las elecciones legislativas de noviembre.

Pero hay cosas que Trump podría hacer sin llegar a decretar un embargo petrolero, co-mo cortar las exportaciones de diluyentes. Venezuela usa diluyentes de Estados Unidos para reducir la viscosidad de sus petróleos pesados, y tendría que pagar mucho más para obtenerlos en otro país.

La oposición venezolana está pidiendo que los países latinoamericanos y europeos avancen rápidamente para imponer sanciones financieras y de visas individuales a altos funcionarios venezolanos, sus familiares y testaferros, como lo ha hecho Estados Unidos.

El tiempo es esencial, porque hay tres poderosos factores que comienzan con la letra "M" que beneficiarán a la dictadura de Venezuela.

El primero es la migración. Más de dos millones de venezolanos han huido del país en los últimos años

El segundo factor es la miseria. Millones de venezolanos dependen de los subsidios alimenticios del gobierno.

El tercero son las elecciones de México del 10 de julio, que según las encuestas pueden resultar en el triunfo del candidato izquierdista Andrés Manuel López Obrador.

Para que las presiones internacionales funcionen, deberían intensificarse, tomar- se al unísono, estar acompa-ñadas de una mayor unidad entre los partidos de oposición y una mayor movilización social contra el gobierno en Venezuela.

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