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Máquina perfecta

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La agenda informativa refuerza todos los días la idea de que el Frente Amplio monopoliza la discusión política del país. De manera consciente o no, el oficialismo se encarga de poner a la luz pública sus contradicciones en torno a cada tema de actualidad.

La agenda informativa refuerza todos los días la idea de que el Frente Amplio monopoliza la discusión política del país. De manera consciente o no, el oficialismo se encarga de poner a la luz pública sus contradicciones en torno a cada tema de actualidad.

Sobre cada asunto hay gente del FA a favor y gente del FA rabiosamente en contra. Mientras un ministro del FA insulta a los militantes por los derechos humanos, sectores del FA reclaman su renuncia en forma enardecida. Un expresidente del FA acusa a una senadora del FA de ser capitalista y ella le responde con severidad. ¡Fah! A veces parece que para un frenteamplista, no hubiera nada peor que otro frenteamplista. Pero la cooperativa de votos igual funciona aceitadamente, habiendo asegurado una nueva mayoría absoluta por 5 años y una nueva conducción comunal en Montevideo y Canelones, entre otros.
Y es que se trata de las dos caras de una misma monada. El FA tiene la sorprendente habilidad de ampliar tanto el arco de sus opiniones, matices y rencores, sin espantar a nadie.

Lo del TISA es digno de mención. Mientras el presidente, el ministro de Economía y el canciller defienden esta alternativa, en momentos en que la continuidad de la bonanza económica está en riesgo, desde los mismos sectores del FA y los simpatizantes sindicales surge un aluvión de críticas. He llegado a ver la caricatura de una garra de un monstruo de película clase Z, con un brazalete que dice “TISA”, arrancando del mapa del paisito los logos de las heroicas empresas públicas. Cuando el FA se convierte en opositor de sí mismo, está siendo tan desmesurado y trágico como cuando le pegaba a los partidos tradicionales en el poder. Hace unos días compartí en mi perfil de Facebook las sorprendentes declaraciones de Constanza Moreira, según las cuales, si hubiera estado vigente la Ley de Medios, aparentemente Edgardo Novick no hubiera podido realizar su campaña proselitista, como si existiera algún artículo en ese proyecto que prohibiera a un candidato bancar propaganda con su propia plata.

Con la rebeldía sesentista intacta, muchos lectores argumentaron que los concesionarios de los canales de TV abierta son poco menos que villanos de derecha con oscuras ambiciones capitalistas y explotadoras. ¿Cómo se explican, entonces, que el gobierno de Mujica les haya concedido a esos mismos canales una señal digital adicional a cada uno, en forma automática? ¿Por qué tanto escándalo por la campaña de la Concertación, cuando según todas las mediciones, la del FA fue mucho más vasta, además de los espacios adicionales financiados con recursos de todos? En estos curiosos tiempos de pensamiento único, los argumentos ya no importan. Solo valen las consignas del lugarcomunismo que todo lo puede. Incluso defender a un gobierno que ha realizado privatizaciones ruinosas, que invierte los recursos del Estado en empresas fundidas, elegidas con el dedo y que exonera de impuestos a grandes inversores foráneos, cayéndole con todo a los pequeños empresarios locales que carecen de padrino.

Los más radicales, aunque hacen un poco de barullo, le perdonan a los más centristas su pragmatismo liberal. Si un expresidente colorado o blanco hubiera dicho que a los sindicatos docentes “hay que hacerlos mierda”, no quiero ni pensar la reacción que hubiese desatado. Como lo dijo Mujica, sonríen con complicidad. Y bueno, viste cómo es el Pepe…

El Frente Amplio es una máquina que sigue funcionando a la perfección.

Solo me pregunto cuándo empezará a funcionar en este país la destartalada cachila opositora.

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Álvaro Ahunchain

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