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Amores que matan

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RICARDO REILLY SALAVERRI

Derechista, facho, reaccionario, burgués, oligarca, etc., son algunos de los epítetos que quienes pensamos libremente y creemos en la libertad como regla, y en las instituciones libres como su corporización, recibimos a lo largo de la vida. Munición descargada siempre desde las mismas trincheras. Las de los tirabombas y secuestradores, la versión más pesada del menú, pasando por la lanzada desde la estructurada y sectaria metralla del PC, y continuando por las más liviana de envase, pero igualmente indigestas, cuyo paradigma -siendo selectivos- fue la fenecida publicación "Marcha".

En lugar de contemplar a los pueblos que han progresado con inteligencia, trabajo, no exentos de tragedias y catástrofes gigantescas muchos, el quejido partía de las entrañas de la América del Sur, y nuestro pueblo, de malvenida homogeneidad caucásica, en vez de apuntar a lo alto, debía empezar por latinoamericanizarse, porque la esencia del mejor porvenir estaba en el indio. Si fuese posible volver a la raíz charrúa y el taparrabos, mejor que mejor y a una economía aimara (expresión aborigen del deplorable "naide es más que naide"). Cuanto más lejos de las grandes realizaciones de Occidente, actitud óptima.

Y de a poco, la utopía -folclore de asfalto, y murga compañera mediante- se ha ido haciendo realidad. Recorrer 18 de Julio y 8 de Octubre y aledaños nos introduce en el peor propósito de vida. Después de África.

No hay una sola obra tangible en el país que lleve el nombre de alguno de los integrantes del agitado rebaño progresista. No nos referimos a nombres de calles montevideanas, que los han inundado con nomenclátor de profetas del credo del fracaso. Sino a represas, puentes, carreteras, praderas, fábricas, comercios, servicios, emprendimientos empresariales de un país que castiga al éxito. En el que se aplaude el fracaso.

Vivimos una oportunidad internacional sabiamente desperdiciada. Ya está. No habrá niños, ni jóvenes abiertos a un mundo nuevo, ni ricos menos ricos, ni pobres menos pobres, ni los más pobres que son más ricos, ni cantinela por archirrepetida realizada.

Y: "ahí está la Puerta de Alcalá". 12.000 empleados públicos más designados por Vázquez, que es lo que cantan ellos, en el país que tiene más empleados públicos por habitante de América Latina.

Ministros como Astori, que conservan su retribución de parlamentarios que es superior a la ministerial ($ 106.212 nominales mensuales, más cerca de $ 80.000 más por partidas de prensa y secretaría, y en el caso del matrimonio Mujica Cordano, Topolansky Saavedra, es eso multiplicado por dos), alza de costos en dólares para la producción de bienes y servicios y el dólar planchado con colocaciones en unidades indexadas en pesos que reportan a los inversores financieros una renta del 30% en dólares, mientras se rascan el lomo.

Lo peor, es la complicidad del seudoperiodismo televisivo autocensurado.

Junto a Tinelli y "los intrusos", todos los desinformativos (al menos hasta que dejé de verlos), combinan página policial con Mujica, refrito de prensa internacional con Astori, y deportes de un fútbol que no existe con más Mujica.

¿A qué se debe tanto espacio para personajes desalineados y equivocados seculares?

Que hoy salen a defender el sueldo de policías y soldados. Versión renovada de amores que matan. De verdad. Y, por la espalda.

Por suerte tenemos gas y petróleo.

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