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El abuso

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El Frente Amplio propone ahora derogar el delito de “abuso de funciones” tipificado en el art. 162 del Código Penal. Propuesto que fue lo mismo años atrás por el expresidente Sanguinetti, el FA se plantó duramente en contra.

El Frente Amplio propone ahora derogar el delito de “abuso de funciones” tipificado en el art. 162 del Código Penal. Propuesto que fue lo mismo años atrás por el expresidente Sanguinetti, el FA se plantó duramente en contra.

En estas horas modificó radicalmente su posición y lo que en aquel entonces era para los frentistas una propuesta para salvar a corruptos gobernantes de otros partidos y un intento de impunidad política, ahora se transformó en una figura penal peligrosa para la democracia y para los “compañeros” que se dedican al servicio público y una figura que facilita a los jueces procesar al grito de la hinchada. Dicen que la experiencia les hizo ver lo que antes negaban (igual que con Venezuela).

Este delito tiene algo de recipiente donde depositar lo que no entra en otra figura penal, y por él han sido procesados exjerarcas a los cuales se les adjudicó esta figura como consecuencia de denuncias que muchas veces tenían origen en disputas políticas y otras veces por acciones de gobierno que no suponían ningún tipo de enriquecimiento personal. Es verdad. Pero también fueron procesados otros que facilitaron la corrupción, o la protagonizaron.

El tema no es el debate jurídico, sino el debilitamiento de la lucha contra la corrupción que significaría, el momento del planteo y la intencionalidad que se desprende al presentarlo ahora. En medio del escándalo de Ancap, del Fondes, de ASSE, con los pasados procesamientos a un ministro de Economía y al presidente del BROU del gobierno pasado (que quedarían sin pena) esta iniciativa tiene nombres propios. La opinión pública está observando con severa crítica a los políticos, la brecha que separa a los dirigentes de la gente cada vez es más grande y actitudes como esta ayudan a separarlos cada vez más. Suena a tabla de salvación para amigos y no a una discusión serena, en el marco de medidas que protejan la buena administración pública y prevengan la corrupción. Las soluciones a problemas son buenas no solo por su contenido sino por la oportunidad en que se deciden. Un medicamento sirve para curar si se indica en el momento oportuno, si se lo da en otras circunstancias, fuera de tiempo, puede intoxicar y matar al que lo recibe.

El Frente Amplio avizora problemas en el horizonte y quiere derogar una figura penal con nombre propio para atrás y para adelante. Sería un escándalo nacional que en medio de denuncias de todo tipo, el Parlamento derogue este delito. ¿Cuándo es el tiempo entonces? Cuando se pueda debatir en el contexto de otras figuras penales contra la corrupción que ataquen los desvíos de los jerarcas y el enriquecimiento de estos cuando roban, fortaleciendo la ética pública en la administración. No es con estas propuestas aisladas, que lo que hacen es dar la sensación de club de amigos políticos que se protegen corporativamente.

Hace dos semanas presentamos junto al diputado Rodrigo Goñi un proyecto para responsabilizar patrimonialmente a los gobernantes cuando dañan gravemente al Estado o cometen dolo. Van a ver cómo antes de meter la mano en la lata o dañar a la sociedad lo van a pensar dos veces si deben responder con sus bienes. Eso es igualdad ante la ley y los ciudadanos y no estas ideas que de un momento a otro con impulso de brutal ferocidad se les ocurren a quienes corrían, no hace mucho, con el dedo acusador a los juzgados y ahora piden este bote salvavidas.

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Javier García

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