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Presión fiscal sobre empleo en Uruguay es alta en región

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Cuña fiscal es medida de referencia entre costos laborales y salario neto. Foto: F. Ponzetto
Produccion fotografica con manos y dinero, billetes, pesos uruguayos, nota sobre colectas, ND 20161214, foto Marcelo Bonjour - Archivo El Pais
Marcelo Bonjour

Es 3° detrás de Argentina y Brasil; se explica por aporte personal y patronal.

En Uruguay la cuña fiscal o presión tributaria sobre el trabajo —porcentaje que representan los impuestos y aportes a la seguridad social de los costos laborales para el empleador— asciende al 30,5% y se ubica por encima del promedio de América Latina y el Caribe (21,7%). De acuerdo a un estudio que cuantificó los impuestos sobre los salarios en la región, el guarismo de Uruguay es únicamente superado por los vecinos: Argentina con 34,6% y Brasil con 32,2% (ver cuadro).

La cuña fiscal registrada en el país se acerca más al promedio de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE) que es 35,9%. Mientras que la presión tributaria que se reveló en América Latina y el Caribe es un tercio inferior a la estimada para los integrantes de la OCDE, lo que se explica porque "la gran mayoría de la población que trabaja en la región no tiene que pagar el impuesto sobre la renta dado que sus ingresos están por debajo de los umbrales mínimos" lo que no ocurre en los países OCDE.

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Los datos surgen del trabajo "Impuestos sobre los salarios en América Latina y el Caribe" realizado en conjunto por el Centro de Política y Administración Tributaria de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE), el Centro de Desarrollo de la OCDE, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias (CIAT). Para el estudio, se analizó la información de imposición sobre las rentas del trabajo de 2013 en 20 países de América Latina y el Caribe.

El resultado de Uruguay se compone de 15,3 puntos porcentuales de contribuciones a la seguridad social a cargo del empleado y 15,2 puntos porcentuales de estos mismos aportes a cargo del empleador —los impuestos sobre la nómina se agregan a los aportes a la seguridad social a cargo de los empleadores para la estimación de las tasas. En el primer caso, Uruguay es el segundo país de la región con mayor guarismo promedio, solo superado con Chile con 18,2% —este país tiene el valor más bajo de aporte de los empleadores (4,4%).

Asimismo, el promedio de imposición sobre el trabajo en la región se compone de 0,3 puntos porcentuales de impuestos sobre la renta, 7,7 puntos porcentuales de contribuciones a la seguridad social a cargo del empleado y 13,6 puntos porcentuales a cargo del empleador. Mientras que para los países OCDE, el promedio de la carga fiscal se forma con 13,3 puntos porcentuales de impuestos a la renta, 8,3 puntos por aportes a la seguridad social del empleado y 14,3 puntos a cargo del empleador.

La cuña fiscal más baja relevada en la región fue Honduras con 10%, al tiempo que Trinidad y Tobago (11%) y Guatemala (13,2%) fueron los únicos que tuvieron valores inferiores al 15%. En América del Sur, Venezuela tiene la carga impositiva más baja con 17,4% levemente por encima de Perú con 17,5%.

Todos los casos mencionados en el estudio fueron calculados bajo la hipótesis de un individuo soltero sin hijos cuyo ingreso es el de un salario promedio del país en que reside.

Tasa personal.

El trabajo también analiza la tasa impositiva promedio de un individuo, que se calcula sumando los impuestos sobre la renta y las contribuciones obligatorias a la seguridad social pagadas por los trabajadores (tanto a las administraciones públicas como a los fondos administrados por privados) y presentando el resultado como proporción del salario líquido.

En esta medición, Uruguay tiene la segunda tasa impositiva personal más alta de la región con 18% que proviene totalmente de los aportes a la seguridad social del empleado, ya que en el promedio el registro del impuesto a la renta es nulo porque la mayoría de los trabajadores no lo pagan por cobrar salarios inferiores al mínimo imponible. De hecho, en Uruguay, el 67,3% de los que perciben salarios, no paga el IRPF.

Chile lidera la lista con 19,1% de los ingresos laborales destinados a pagos impositivos, mientras que Argentina con 17% se ubica en tercer lugar.

En este caso, se repiten los países con tasas más bajas: Honduras (3,6%), Guatemala (4%) y Trinidad y Tobago (4,5%). Al tiempo que el resultado para América Latina y el Caribe es de una tasa promedio de 9,3%.

Al igual que en Uruguay, los trabajadores de los demás países de la región con excepción de México (tiene una carga impositiva promedio sobre la renta de 8,5%) no pagan ningún tributo a la renta si perciben un salario promedio. Según el estudio, esto "ilustra la debilidad del impuesto sobre la renta como instrumento para el recaudo tributario cuya base son los salarios en América Latina y Caribe. Los altos niveles de ingresos exentos, la extensión de la informalidad y la alta prevalencia de gastos tributarios derivados de deducciones personales y básicas son los principales factores explicativos".

A su vez, los investigadores evalúan que "en todos los países de América Latina y el Caribe, la participación de las contribuciones a los sistemas de seguridad social a cargo de los empleados es muy importante", y en todos los casos están muy por encima del pago de tributos a la renta.

"Esta es una situación muy diferente a la media de la OCDE en donde el porcentaje del impuesto sobre la renta es superior al de las contribuciones a la seguridad social de los empleados", concluyen.

Carga fiscal con tasa progresiva

El estudio aborda los resultados de la cuña fiscal según el decil de ingresos del trabajador soltero o la familia con dos hijos. En Uruguay, en ambas muestras las cargas impositivas aumentan a medida que crecen los ingresos: van desde 29,3% de los costos laborales para el decil 1 (el 10% de la población de menores ingresos) hasta 37,2% para el decil 10 (el 10% de la población de mayores ingresos) en el caso de un individuo sin hijos; y de 16,6% para el decil 1 hasta 37% para el decil 10 en las familias con dos hijos.

La progresividad por deciles también se ve en América Latina y el Caribe: "Los trabajadores solteros sin hijos en el decil 1 tienen una cuña fiscal de 10,8%, que sube a medida que aumentan los ingresos hasta 25,9% en el decil 10. En las parejas con dos hijos van de 7,1% en el decil 1 de ingresos a 25,7% en el decil 10".

No hay privilegios para las familias con hijos

El estudio también analiza las cuñas fiscales en cada país según la composición de la familia. Para ello se compara la carga impositiva de un trabajador soltero sin hijos con la de una pareja casada con dos hijos y una sola fuente de ingresos, con ambos cobrando el salario promedio del país.

Los investigadores concluyeron que en la región los sistemas impositivos "no ofrecen reducciones fiscales generosas o transferencias en efectivo elevadas para los hogares con niños e ingresos promedio, lo que se traduce en solo pequeñas variaciones entre las cuñas fiscales de los trabajadores con hijos en comparación con los trabajadores sin hijos".

De hecho, la cuña fiscal para una pareja casada con una única fuente de ingresos y dos hijos es 21,4% en promedio América Latina y el Caribe, siendo solamente 0,3 puntos porcentuales menos que para el caso de un trabajador soltero. "La diferencia entre estos dos tipos de familia en los países de la OCDE ascendió a 9,5 puntos porcentuales debido a la mayor cantidad de prestaciones ofrecidas a familias", sostiene el informe.

Agrega que en solo cuatro países de la región, entre los que aparece Uruguay (los otros son Argentina, Colombia y Costa Rica), "los hogares con un ingreso salarial promedio tienen diferencias en la cuña fiscal por la existencia de prestaciones familiares". En Uruguay, la diferencia entre la carga tributaria de un individuo soltero y de una familia con dos hijos es en promedio 0,6 puntos porcentuales y es atribuida a las transferencias de efectivo recibidas por los hogares con niños.

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Cuña fiscal es medida de referencia entre costos laborales y salario neto. Foto: F. Ponzetto

COSTO LABORALMATHÍAS DA SILVA

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