Experto nombró factores detrás del “rebrote” de la actividad.

Desperezándose. Así está la economía uruguaya según la imagen que el economista Ignacio Munyo eligió para empezar una charla en la que mencionó los puntos fuertes y débiles que enfrenta el país. "La economía se está despertando de una siesta que había tenido por dos años", dijo el director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM de la Universidad de Montevideo, durante su participación ayer de un evento organizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) y la Fundación Konrad Adenauer.

El economista arrancó por los datos más halagüeños. Dijo que la actividad ha mostrado una "fuerte recuperación" en los últimos tiempos y se mostró confiado en que el desempeño del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre del año será "muy bueno", fruto de una "excelente" temporada turística. Las proyecciones que maneja muestran que la economía nacional crecerá alrededor de 3% en 2017. "Estaríamos volviendo a registros relativamente buenos y elevados después de dos años de magro desempeño económico", señaló.

Este "rebrote" se explica por varios factores. Fundamentalmente, incide la mejora del contexto externo, dijo. La región dejará de provocar dolores de cabeza, dado que se espera que Argentina y Brasil retomen la senda del crecimiento. Esto, dijo, impacta de manera positiva en Uruguay por varios canales, como exportaciones de bienes y servicios e inversión extranjera directa.

Al cese del viento en contra desde los países fronterizos se suma una mejora en los precios de los bienes que Uruguay comercia al exterior, en especial carne, soja y leche. Además, la caída en el precio del petróleo es un "shock externo tremendamente positivo". La dilatada suba de las tasas de interés por la Reserva Federal de Estados Unidos también está dando una mano. Entre otros motivos, tasas más altas hacen cuesta arriba la llegada de inversión extranjera. "Cuando el retorno en los países avanzados es atractivo no vienen acá", indicó. Munyo usó una metáfora pesquera para explicar qué podrá pasar cuando las tasas ineludiblemente vayan para arriba: "Ir a pescar inversores del exterior cada vez va a ser más difícil, porque hay cada vez menos pique, por lo tanto la carnada va a tener que ser cada vez mejor".

Tras enumerar las luces verdes, llegó el turno de las amarillas. Munyo dijo que hay factores que "preocupan", como el de las finanzas públicas. Se habla mucho del gasto público, pero se ve que sigue creciendo, planteó. En este terreno, mencionó que es hoy casi 90% más alto en términos reales que en marzo de 2006, mientras que la economía creció 60% en ese período.

También mencionó el atraso cambiario que, aseguró, padece el país: está 23% más caro de lo que debería según los "fundamentos" de su economía, dijo. Se trata de una "señal de alarma", que golpea a la competitividad y le genera "tremendos problemas" de costos al sector productivo. "Uruguay no ha sido capaz en la historia de procesar un ajuste de precios relativos, volverse más barato, sin pasar por una crisis", señaló.

En este escenario, el Banco Central (BCU) deberá trabajar en pos de un descenso continuado de la inflación —y dejarla dentro del rango oficial de entre 3% y 7%— pero con un dólar que comenzará a subir.

Para rematar, Munyo nombró una serie de "barreras a la productividad" que Uruguay debe levantar para aspirar a llegar a los niveles de ingresos de los países más desarrollados: calidad de la educación, peso del Estado en la economía, regulación laboral e inserción internacional. Sobre esto último, comentó que es momento de "analizar seriamente" la posibilidad de que Uruguay deje el Mercosur. "Es un tabú del gobierno y de la oposición", dijo.

"ANALIZAR" POSIBILIDAD DE SALIR DEL MERCOSUR