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Cheques: entre pronósticos de su extinción y sustitutos

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Según su plazo de exigibilidad, existen dos tipos de cheques: común y diferido. Foto: Archivo
Business woman prepare writing a check
JJ'Studio - Fotolia

FINANZAS DE BOLSILLO

Medio de pago ha perdido peso en el país; idean alternativas para reemplazarlo.

En algunas partes del mundo, si alguien intenta pagar por algo con un cheque, verá del otro lado a una persona con cara de asombro, como si estuviera frente a una especie que creía extinguida, y luego escuchará que no puede aceptar ese instrumento.

Mientras que en un grupo de países este papel rectangular ya pertenece a los libros de historia, en Uruguay sigue gozando de relativa buena salud. Esto pese a que en los últimos años ha ido desinflándose, de la mano del avance de otros medios de pago, como las transferencias electrónicas, que han ido corriéndolo del rol protagónico que hasta no hace mucho supo tener en el país.

Los últimos datos oficiales muestran cómo el cheque ha ido perdiendo pisada en los últimos tiempos. En el primer semestre del año, y por primera vez desde que este tipo de información se releva, las transferencias fueron más que el total de cheques liquidados: estuvieron 21% por encima, según el reporte del Sistema de Pagos Minorista que elaboró el Banco Central (BCU) para el periodo enero-junio de 2017.

El total de cheques procesados en ese semestre —compensados y no compensados— da cuenta de una "clara tendencia a la baja": cayó 8% interanual. También se registró una contracción en los depósitos de cheques en cajeros automáticos, 20% respecto al periodo anterior y 29% en términos interanuales.

Durante esos seis meses hubo 10,1 millones de operaciones con cheques, que explicaron el 7% del total del mercado de instrumentos de pago. Dos años antes, la cantidad de cheques registrada había sido de 11,7 millones, pero su participación había duplicado a la actual: 14% dentro de todos los instrumentos de pago durante el primer semestre de 2015. Las tarjetas de débito, en tanto, habían representado el 18%, guarismo que en el primer semestre de 2017 trepó a 31%.

Más allá de estos números que muestran cómo los uruguayos han ido mutando sus hábitos a la hora de realizar pagos en los últimos años, el informe del BCU para la primera mitad de 2017 también señala que "la participación del cheque en el total de instrumentos de pago utilizados en el país continúa siendo elevada".

¿A qué responde esto? El BCU brinda dos respuestas. Por un lado, el cheque sigue siendo a veces menos costoso que otras alternativas, como las transferencias (pese a que su precio ha venido disminuyendo). Esto es algo que el gobierno ha tratado de revertir (ver aparte).

Además, agrega la autoridad monetaria en su reporte, "su carácter de título ejecutivo (…) ausente en las transferencias electrónicas, augura su continuidad como medio de pago más allá de las políticas de inclusión financiera impulsadas en Uruguay".

Alternativas.

Las transferencias bancarias crecieron 45% en el primer semestre del año frente al mismo periodo de 2016, según el reporte del BCU. De todas maneras, el sistema bancario idea otras alternativas para erosionar la porción del mercado que hoy tienen los cheques.

Una de las posibilidades que la Asociación de Bancos Privados del Uruguay (ABPU) ha trasladado al BCU es que el cliente —a través de una aplicación que descargará en algún dispositivo móvil, como celular o tableta— saque una foto del cheque y se lo envíe a su institución financiera. De esa forma, el banco no tendrá que procesar el cheque físico, lo que redunda en costos menores, y la persona tampoco tendrá que poner un pie en la sucursal sino que podrá hacer la operación de forma remota.

El director ejecutivo de la gremial, Jorge Ottavianelli, dijo a El País que Argentina implementó esta modalidad tiempo atrás —el Banco Central argentino la reglamentó a mediados del año pasado— y que, en la plaza doméstica, los bancos están "interesados", dado que "es mucho más práctico para todos". Las instituciones privadas también han hecho llegar al regulador otra idea: el cheque digital, que erradicaría la presencia del papel.

"Estamos recién en la primera etapa de análisis del tema, todavía está muy verde pero es una posibilidad", indicó Ottavianelli.

Finalmente, otra de las propuestas barajadas por la ABPU es la de las transferencias electrónicas diferidas, para lo cual habría que cambiar la ley, precisó el dirigente gremial. Esto abriría la puerta para reemplazar a los cheques diferidos.

El año pasado el Poder Ejecutivo había indicado que trabajaba sobre esta posibilidad.

"Así como ya hay un instrumento electrónico que permite sustituir al cheque común (la transferencia electrónica), vemos conveniente promover otro instrumento que tenga las mismas cualidades que un cheque diferido", dijo en noviembre de 2016 el coordinador del programa de inclusión financiera del Ministerio de Economía, Martín Vallcorba. En aquel momento, el jerarca dijo que la intención era enviar un proyecto de ley al Parlamento en el correr de este año.

Ajustes en precios de algunos productos.

Una de las cosas que las autoridades económicas han tratado de modificar es que para una persona sea más barato llegar con un cheque a un banco que realizar una transferencia electrónica. De hecho, los precios de estas últimas han ido bajando en los últimos años. El Banco República —la institución más grande de plaza— cobra desde el 1° de julio una comisión fija de 13 Unidades Indexadas (UI) —unos $ 47— para las transferencias interbancarias tanto para clientes personas como corporativos. Antes, en el caso de las empresas, podían llegar a salir US$ 3,80 (unos $ 107). En paralelo, el precio de los cheques comunes subió a 7 UI (unos $ 25) y el de los diferidos a 8 UI (unos $ 29), un incremento de entre 2 y 3 UI respecto a los valores previos. Las transferencias a terceros (es decir, no aquellas que un cliente realice a cuentas propias) crecieron 47% en términos interanuales en enero-julio, según datos proporcionados desde el República. Además, el año pasado la institución estrenó el Sistema de

Pagos Digitales Diferidos, que permite la programación de las transferencias. Por su parte, el director ejecutivo de la gremial que nuclea a los bancos privados, Jorge Ottavianelli, indicó que las transferencias "han bajado de precio fuertemente". En estas instituciones, el precio máximo (siempre y cuando la operación no supere los US$ 10.000) en el caso de empresas y personas es de US$ 1,9, indicó. El dirigente añadió que actualmente "muchos bancos tienen precios de transferencias iguales al cheque o menores".

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