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La vida de los venezolanos a un paso diario del abismo

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Largas colas en los supermercados de Venezuela. Foto: AFP
FEDERICO PARRA

Sin alimentos, sin medicamentos, sin dinero, el país cae en una pendiente.

Conseguir dinero en efectivo en Venezuela, imprescindible para pagar multitud de servicios como los taxis, las comidas en la calle o los productos de la reventa, se ha convertido en una ardua tarea para la que cada venezolano debe reservar una buena parte de su tiempo.

La altísima inflación —del 180% según cifras del propio gobierno publicadas esta semana— unida a la falta de papel moneda y la no impresión de billetes de mayor curso provoca que sea necesario andar siempre con un buen fajo de billetes en el bolsillo por lo que pueda pasar.

Pesadilla cotidiana.

Pero es que además no basta con ir una sola vez al cajero automático, que en la mayoría de los casos ofrecen un máximo de 4.000 bolívares diarios cuando no menos, y cuando una carrera media en un taxi cuesta cerca de 1.000 bolívares, lo mismo que un paquete de cigarrillos.

"Es una pérdida de tiempo, los cajeros del Banco de Venezuela nunca sirven, ni ninguno de los bancos del Estado", se quejó Luz Sabas, una de las 11 personas que hacía cola el viernes en un cajero automático del este de Caracas cuando un hombre golpeó la pared al lado del dispositivo y soltó un lamentó: "ya no hay plata".

La pantalla de los otros dos cajeros en el exterior de un centro comercial indicaban estar "temporalmente en mantenimiento" mientras la cara de Luz mostraba ya visibles signos de malestar.

El sudor en su rostro y las bolsas en sus manos con las cada vez más escasas toallas sanitarias y azúcar hacen intuir que, como muchas mujeres en el país, viene ya de haber pasado horas bajo el sol haciendo cola para comprar en un supermercado.

Profesión: bachaquero.

La escasez de alimentos y productos de higiene ha creado un nuevo oficio, el de los "bachaqueros", que se dedican a comprar productos y revenderlos. Su "trabajo" ilegal, les obliga a aceptar únicamente dinero en efectivo con lo que aumentan la necesidad de contar con billetes de los ciudadanos.

En el cajero de una de las entidades financieras del gobierno solo se pueden retirar 3.000 bolívares diarios, pero Luz gasta más "porque siempre hay una cola por ahí y si uno consigue algo de primera necesidad se mete". "Todo es en efectivo", comenta, incluso en las farmacias o mercados que disponen de punto de venta, a veces, cuando hay mucha cola, debe cancelar "con efectivo para agilizar el proceso".

Luz, frustrada, se alejó del cajero en dirección a otra entidad financiera cercana, Marlon Herrera se cruzó en su camino y ajeno al "mantenimiento" intentó, también en vano, retirar su dinero.

Es fin de semana y en estos días, como en los feriados, tiene que visitar "hasta tres cajeros" para adquirir algunos de esos billetes con el rostro de los próceres venezolanos que, unidos uno de cada ejemplar, no alcanzan para costear un dólar a la tasa oficial.

La moneda que lleva el apellido del libertador de cinco naciones (Bolívar), consiste en billetes de 2, 5, 10, 20, 50 y 100 unidades.

A la tasa de cambio oficial más alta (la baja está reservada para la importación de alimentos y medicinas) para cambiar un dólar se necesitan 200 bolívares, o dos billetes de la máxima denominación.

En otra entidad bancaria, que sí expidió efectivo, Miguel Quintero comenta que su retiro "es muchísimo billete, no cabe en una cartera ni en ningún lado y se te acaba en nada, en dos días".

En un banco privado, el único que permite sacar esa cantidad, se puede retirar hasta 16.000 bolívares en cuatro transacciones de 40 billetes de 100, si es que corre con suerte y el cajero tiene billetes de esa denominación.

En ocasiones, en los dispositivos menos modernos, los retiros a falta de billetes de "alta denominación" deben ser más bajos. Así, 600 bolívares, insuficientes para un almuerzo en algún establecimiento de comida rápida, puede ser el límite diario, si no se tiene tarjeta de cliente del mismo banco donde se realiza la transacción.

Yonder Hernández estima gastar 6.000 bolívares diarios en comer y desplazarse en taxi, estos últimos pueden costarle, dice, alrededor de 3.000 bolívares por lo que necesita visitar varias veces al día algún cajero para hacerse con el efectivo suficiente. Siempre que no sea viernes, cuando casi todos los cajeros se quedan sin billetes que suministrar ante el acopio que hace la gente para el fin de semana, cuando ya resultará una tremenda hazaña conseguir algún bolívar.

Desabastecimiento.

Esta semana y durante una transmisión que duró cuatro horas, el presidente Nicolás Maduro anunció un paquete de medidas para enfrentar lo que él denomina la "guerra económica".

Entre las medidas —devaluación, aumento del combustible, aumento de salarios pero mayor grabación de impuesto a la renta personal— hubo una que llamó la atención. Y es la reforma del sistema alimentario. "El Abasto Bicentenario se pudrió", dijo Maduro. Se refería a una de las redes principales de supermercados del Estado, que es hija de varias expropiaciones que ordenó el fallecido presidente Hugo Chávez hace unos años y continuada por el actual.

Las autoridades han arrestado esta semana a medio centenar de funcionarios de los Abasto Bicentenario, que presuntamente estaban envueltos en una red de corrupción que aprovechaba el acceso a bienes de precio regulado. Corrupción. el virus que carcome al país.

Capriles en gira para buscar el revocatorio.

El dos veces candidato presidencial de la oposición venezolana, Henrique Capriles, cumplió ayer su segundo día de recorrido por el interior andino de su país promocionando un referendo para revocar el mandato del presidente, Nicolás Maduro. "Les pido que vayan haciendo la tarea. Hay que salir a buscar las firmas para revocar a Maduro", exhortó Capriles a sus seguidores en alusión a las rúbricas de un 20 % de los electores necesarias para pedir el referendo a la autoridad electoral. Se requieren exactamente 3.899.273 firmas.

Todo Caracas quedó sin agua potable por sequía.

La mayoría de los alrededor de 3 millones de habitantes de Caracas se encontraba ayer sin el servicio de agua potable, tras varias semanas de suspensiones parciales, debido a tareas de mantenimiento, informó la estatal Hidrocapital. Las labores de "mantenimiento en aducciones principales del sistema de producción de agua potable Tuy II" forman parte de "las acciones que realiza el Gobierno para mantener el suministro (...) durante el período de sequía, que se ha intensificado por el fenómeno El Niño", dijo la empresa estatal en un comunicado.

La suspensión total del servicio en Caracas, y en los vecinos estados Vargas y Miranda, se mantendrá hasta las primeras horas de hoy domingo, lapso requerido para reparar o sustituir válvulas y demás equipos eléctricos y mecánicos que desde hace varias semanas son evaluados para evitar el desperdicio del líquido.

Venezuela depende en buena parte de la generación hidroeléctrica y los 18 mayores embalses que permiten la producción de este tipo de energía están prácticamente vacíos, "muy cerca de la línea roja", manifestó a inicios de mes el ministro de Ecosocialismo y Aguas, Ernesto Paiva.

El ministro de Energía Eléctrica, Luis Motta, advirtió este viernes a su vez que sin un ahorro significativo nacional "que ayude a minimizar el efecto (del fenómeno El Niño), en las primeras semanas de abril podemos tener un colapso eléctrico".

El embalse El Guri, el principal del país, "está vacío en un 75 %, tenemos nada más que un 25 % de agua", precisó. "¿Qué estamos haciendo para disminuir los efectos de El Niño sobre la generación hidroeléctrica? De manera inmediata sustituyendo los bombillos incandescentes y los aires acondicionados", dijo. En marzo la generación térmica debe aumentar en al menos mil megavatios para evitar colapsos, sostuvo Motta.

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Largas colas en los supermercados de Venezuela. Foto: AFP

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