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Varados en pintoresco poblado costero

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El tren que pasa con estruendo a lo largo de la empinada costa franco-italiana, transportando a turistas de un poblado pintoresco a otro, no llevó muy lejos a Abdulhakim Kabeto.

Después que cruzó desde Italia, funcionarios policiales lo detuvieron en la primera estación en Francia y devolvieron a la frontera. Kabeto, un etíope de 22 años que está en un extenuante viaje de cinco meses, dijo que nunca esperó que después de cruzar por Sudán y Libia, y a través del Mar Mediterráneo, se frenaría en un poblado italiano a pocos kilómetros de la frontera con Francia.

Al hablar frente a un centro de la Cruz Roja, en Ventimiglia, Italia, indicó que hizo cinco intentos de llegar a Francia, en camino a Gran Bretaña, pero ha estado atascado en Italia desde hace varias semanas.

"Si uno va por ómnibus, a pie por tren, está la misma Policía del otro lado", dijo, mientras buscaba ponerse a la sombra para protegerse del calor. "Y, a uno lo envían de vuelta".

Ventimiglia no es la parte más peligrosa de los viajes desde África y Medio Oriente, aunque para muchos migrantes, es la más frustrante. Cientos de personas, que huyen de la pobreza, la discriminación y las amenazas de muerte, acampan en Ventimiglia y otros lugares cercanos a la frontera franco-italiana. La mayoría no permanecerá allí, sino irá a Gran Bretaña.

Ventimiglia es refugio de migrantes ilegales que tienen otra meta

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