Mientras tanto, el primer ministro griego Alexis Tsipras sigue adelante con la consulta popular e invitó nuevamente a los ciudadanos de su país a votar "no".

El premier griego Alexis Tsipras sigue adelante con el referéndum, invitando a los griegos nuevamente a votar 'no', y Europa decidió congelar toda negociación hasta que se celebre la consulta popular, el próximo domingo.

Hasta el domingo, pues, cae el silencio de los acreedores, porque todo intento de alcanzar un acuerdo, incluso pasado el último minuto, ha fracasado, y ahora quieren ver qué es lo que piensan los griegos.

Incluso el Banco Central Europeo (BCE) se puso en modalidad de espera, renovando la liquidez de emergencia a los bancos.

La jefa de gobierno alemana, Angela Merkel, decidió ir a ver hasta el final a qué juego está jugando Tsipras, convocando una consulta arriesgada, que el premier italiano Matteo Renzi, definió "un error", con un resultado y consecuencias que nadie es capaz de prever.

Por ello los acreedores, hasta hoy con una mano tendida hacia Atenas, ahora la retiraron, sin cerrar la puerta pero alejándose de la arena que en estos días ha visto enfrentarse dos mundos políticos y dos modos distintos de concebir Europa.

Salvar Grecia ya no es, por ahora, un problema suyo: "No se puede ayudar a nadie contra su voluntad", dijo el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk.

En tanto, el presidente de la Comisión europea, Jean Claude Juncker, creyó que era posible hasta el final, tratando de mediar entre el gobierno griego y un Eurogrupo al que ya se le estaba acabando la paciencia hacia "quien no tiene aún un plan realista para la economía", como dijo el ministro de Finanzas finlandés, Alexander Stubb.

Juncker intent&î8226; también recoger la última propuesta de Tsipras contenida en una carta que llegó cuando estaba por cumplirse la medianoche, y por tanto el vencimiento del programa en el que reiteraba sus puntos sobre IVA y pensiones.

La Comisión, incluso con el programa ya expirado, la habría examinado y hasta incorporado en un nuevo eventual plan, es decir el tercer paquete de ayudas que pide Tsipras. Pero Bruselas no puede moverse sin el Eurogrupo.

Para poner en marcha una negociación sobre un nuevo plan de rescate hace falta, antes que nada, su luz verde, implícitamente vinculado a la de los jefes de Estado y de gobierno. Pese a la oposición de Merkel a negociar inmediatamente un tercer plan, Atenas probablemente habría podido arrancar al menos una apertura o un vía libre preliminar.

A cambio habría tenido que conceder algo: el retiro del referéndum o al menos un cambio de la indicación de voto, instando a los griegos a votar por el 'sí'.

Europa teme la consulta griega porque ve el significado exclusivamente político visto que, desde el punto de vista técnico, la pregunta no es ni siquiera correcta ya que el plan sobre el que se invita a los griegos a pronunciarse ya no está sobre la mesa, como notaba hoy el vicepresidente de la Comisión,Valdis Dombrovskis.

Por tanto, una victoria del 'no' sería un auténtico rechazo a Europa.
Tsipras, sin embargo, decidió seguir adelante por su camino y en un nuevo discurso a la nación renovó su invitación a votar 'no', que a su juicio no significaría decir no a Europa sino volver a una Europa de los valores.

Después del discurso del premier, las puertas del diálogo se cerraron. Las ayudas a Grecia se suspendieron luego de que Atenas abandonó unilateralmente la negociación y ahora hay que esperar el resultado del referéndum, dijo Merkel.

"La Comisión no tendrá algún contacto con el gobierno de Atenas antes del referéndum", advirtió Juncker. Incluso el Eurogrupo, comprometido casi a diario a buscar una solución, congeló las negociaciones.

"Tomamos nota de las últimas propuestas griegas pero dada la situación política y dada la invitación a votar no por parte del gobierno griego, no vemos terreno para otras discusiones", dijo el presidente del Eurogrupo Jeroen Dijsselbloem.

CRISIS DE DEUDA EN EUROPAANSA