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"Trump le dio a Netanyahu manos libres, no carta blanca"

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Alberto Spectorovsky. Foto: Ariel Colmegna
Nota a Alberto Spectorovsky, Doctor en Ciencias Politicas israeli, en Montevideo, ND 20170216, foto Ariel Colmegna - Archivo El Pais
Ariel Colmegna/Archivo El Pais

Profesor titular grado 5 de Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv, Spectorovsky es un reconocido experto en Medio Oriente. Uruguayo, la reunión del miércoles en Washington de Trump con Netanyahu coincidió con una de sus visitas a Montevideo.

En diálogo con El País, analiza qué se puede esperar de las relaciones entre Estados Unidos e Israel en la era Trump, la política de asentamientos en territorios palestinos y los factores internos que están jugando en la coalición de Netanyahu.

—El miércoles se reunieron en Washington por primera vez el presidente Donald Trump y el primer ministro Benjamín Netanyahu. ¿Qué conclusiones se pueden sacar de este encuentro, teniendo en cuenta que Trump parece haber dejado de lado la solución de dos estados, uno israelí y otro palestino?

—La primera impresión es que Netanyahu se fue bastante contento de la reunión, porque cambió toda la actitud de Estados Unidos hacia él en lo personal, hacia Israel en lo particular, y en lo global se confirma un poco la visión del mundo conservadora de Netanyahu. Una cosa es el mundo de Barack Obama y otra cosa es el mundo de Trump. Es lo que Netanyahu quería, un Estados Unidos que no le venga a decir uno, dos o tres estados. Básicamente manos libres.

—¿Qué significa esto?

—Básicamente puede ser la solución de dos estados, la solución de un estado, lo que decidan. Hasta ese punto, todo bien. Lo que sigue le tendría que dar a Netanyahu mucho para pensar. Porque Trump tiene una posición de negociante, dijo "bueno, lo resuelven entre ustedes, yo no me quiero meter tanto". En definitiva, no se sabe exactamente hacia dónde corre Trump, cuáles son los juegos de intereses que lo van a volcar hacia una posición o hacia otra.

—Pero la posición de Trump contradice cierto consenso internacional de que la solución pasa por dos estados.

—Totalmente. Pero eso no sería tan importante para Trump, porque él desde un principio salió con una posición contraria a la que tenía la comunidad internacional. Trump está desafiando a la comunidad internacional, está desafiando a Europa, a los liberales, está desafiando al legajo de Obama. Trump vino con un mazazo contra todo lo que representaba Obama, contra todo el mundo liberal, el mundo de las elites, el de Harvard.

—¿Cómo se ve esta situación desde el lado palestino? No deben estar muy contentos con la reunión Trump-Netanyahu.

—Los palestinos por el momento quedaron muy mal, porque básicamente Trump le está diciendo a Israel que haga lo que quiera. No es que estaban tan contentos con Obama, pero les dada un poco de esperanza. Trump no les da ninguna esperanza, aunque hubo sondeos y hay cierta apertura para que Mahumud Abás (presidente palestino) llegue a hablar con Trump.

—En la reunión en Washington, Trump le pidió a Israel flexibilidad en su política de promover asentamientos en territorios palestinos. Netanyahu no dio señales de que lo vaya a hacer. ¿Qué se puede esperar?

—La lectura es: Estados Unidos cambió su posición de dos estados para dos pueblos. Punto. Ya no es ultimativo. Lo demás, le pide un favor. Bueno, verá si se lo va a conceder o no. Como diciendo, tengo un presidente en Estados Unidos que es muy leve conmigo ahora, ergo, puedo negociar mejor mis coaliciones internas o con los que están tratando de hacerme sombra en Israel. En una palabra, Netanyahu salió por el momento muy leve de equipaje, tranquilo, cabeza fría. Lo que no quiere decir que tenga carta blanca. Cuidado. Muchos editorialistas en Israel, y no necesariamente contrarios a Netanyahu, le dicen que vaya con cuidado por las piedras; no es que Trump no esté a favor de Israel, pero no sabe de qué forma estar a favor de Israel ni entiende exactamente todo lo que nosotros queremos. El gobierno de Netanyahu le tiene que vender a Trump, le tiene que decir "mirá, nosotros sabemos cómo funciona la cosa en Medio Oriente, vos seguinos a nosotros". Y no es muy seguro que Trump le diga sí.

—¿En este contexto, qué pasará con los asentamientos?

—Va a acentuar la colonización en las áreas cercanas a Jerusalén y en donde están los grandes bloques, y va a enlentecer todo lo que está fuera de eso. La derecha radical le pide colonización en todo. Netanyahu le va a decir "sí, voy a hacer colonización" pero en las área que son consenso nacional. No va a salir del consenso.

—En Israel acaban de aprobar una ley que habilita al gobierno a regularizar miles de viviendas construidas en territorios privados de palestinos …

—Esa ley es un juego de doble filo. Netanyahu sabe que no va a salir, y no creo que él la quiera tampoco. Todavía le falta pasar por la Alta Corte de Justicia, y lo más probable es que la declare inconstitucional. Y ahí todos ganan. Netanyahu porque dice que la promovió también y se la bloquearon. La derecha radical porque queda como la que va a lucha por esa ley hasta el final. Ergo, ¿cuál es el próximo paso? Hacer un cambio en la Corte. Pero para eso se necesita una nueva ley y mayorías parlamentarias. Es muy probable que dentro de la coalición gubernamental de Netanyahu haya todavía algún partido que vote en contra. La derecha radical va a decir "vieron, nosotros somos los que levantamos la bandera de la patria". Y este otro partido se queda con el bloqueamiento de las políticas nacionalistas. Es como un teatro.

—¿Se concretará la mudanza de la embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén como propone Trump y que los palestinos resisten?

—Para Netanyahu y la derecha es muy importante que se haga. Pero acá entran en juego no solo los palestinos, sino países árabes amigos de Israel. Por eso soy cuidadoso que lo vaya a hacer. Puede ser, pero no es tan fácil. Si la pregunta es qué quiere Netanyahu: permanecer con el statu quo. Punto. Antes era un status quo no cómodo, hoy es un status quo mucho más cómodo. Punto. Netanyahu lee el mapa, ve que hay viento en popa pero que hay que ir con cuidado.

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Alberto Spectorovsky. Foto: Ariel Colmegna

ALBERTO SPECTOROVSKY

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