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Terrorista se entrenó en Siria con yihadistas

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Un "lobo solitario". La peor de las pesadillas para los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad europeas.

La investigación del solitario atacante del tren Thalys 9364 que cubría el trayecto Amsterdam-París, confirmó que se trataba de Ayoub El Kahzzani, un marroquí de 26 años que había tenido residencia legal en España, pero que se había entrenado en Siria con grupos islamistas. Se trataba de lo que técnicamente ya todas las fuerzas antiterroristas del mundo definen como un "combatiente retornado".

El Kahzzani subió al tren en Bruselas armado con un fusil Kaláshnikov (AK-47), nueve cargadores, una pistola con el cargador completo y un cuchillo. El tren transportaba a 554 pasajeros, entre ellos a dos marines estadounidenses de franco, un estudiante de la misma nacionalidad y un empresario británico de 62 años que terminaron convirtiéndose en los héroes de la jornada.

Al llegar a las cercanías de Arras, El Kahzzani ingresó al vagón número 12 y comenzó a dispara el fusil que afortunadamente se encasquilló, lo que evitó una segura masacre.

Los héroes.

"Oímos unos disparos y un estallido de cristales", explicó luego en conferencia de prensa en Arras el marine estadounidense Alex Skarlatos, uno de los héroes. A continuación, vio a una empleada pasar corriendo. "Miré hacia atrás y vi a un hombre entrar en el vagón con un Kaláshnikov. Mi amigo y yo nos pusimos a cubierto y luego nos lanzamos a por él", añadió.

Por suerte, el Kaláshnikov se había encasquillado en algún momento, según explicó Chris Norman, un consultor británico de 62 años que ayudó a los jóvenes a mantener al asaltante en el suelo después de que fue reducido. Según relató Norman, fue Skarlatos el que le dijo a Spencer Stone "ocúpate de él". Stone se abalanzó hacia el asaltante. Un pasajero franco-estadounidense, profesor universitario de unos 50 años, logró hacerse con el arma pero al darse la vuelta recibió un disparo en la espalda. Los pasajeros lograron volver a desarmar al asaltante y lo golpearon en la cabeza hasta que cayó inconsciente. A continuación lo maniataron y el tren fue desviado a la estación cercana de Arras, donde fue detenido por las fuerzas de seguridad.

Durante el forcejeo, Stone recibió varios cortes de cuchillo detrás del cuello y en la mano. Fue operado el sábado por la mañana en el hospital de Lille, a unos 40 kilómetros de Arras, y ya recibió el alta médica. El profesor francés seguía ingresado, aunque no requirió operación quirúrgica y se encontraba en buen estado.

Marcado.

Ayoub El Kahzzani era vigilado desde España, que había advertido a Francia en febrero de 2014 de que era un islamista radical, antes de trasladarse a vivir a Bélgica en 2015.

Eso llevó a la Dirección General de Seguridad Interior (DGSI, los servicios secretos franceses) a registrarlo en sus archivos con una ficha "S" de personas con vinculaciones potenciales con grupos terroristas, para el caso de que entrara en Francia.

El detenido residió entre 2007 y marzo de 2014 en España —primero en Madrid y luego en Algeciras (Cádiz)—, desde donde el año pasado partió hacia Francia y, de allí, saltó a Siria supuestamente para enrolarse en el Estado Islámico.

El Kahzzani, siempre según fuentes de la lucha antiterrorista, fue detenido por tráfico de drogas en ese periodo, motivo por el que aseguran que pasó un tiempo en cárceles españolas. Sus antecedentes citan tres detenciones: dos en Madrid por tráfico de drogas (mayo y diciembre de 2009) y otra más en Ceuta, en septiembre de 2012, precisamente porque lo reclamaba el Juzgado de lo Penal número 8 de Madrid por un delito contra la salud pública. Todavía tiene pendiente en España una orden judicial de busca y captura, para que comparezca en el Juzgado de lo Penal número 7 de la capital. Drogas de nuevo.

Las autoridades policiales españolas constataron que El Kahzzani sufrió un proceso de radicalización islamista. Por ese motivo fue "controlado" y por eso existía un "registro" policial sobre este individuo. Es decir, no estaba fichado por actividades yihadistas, pero era conocido por ser "potencialmente peligroso". El viernes pasado las sospechas quedaron plenamente confirmadas.

Actuación de los marines

El presidente francés, François Hollande, agradeció al día siguiente del ataque a su homólogo estadounidense, Barack Obama, la actuación de los pasajeros de esa nacionalidad del tren Thalys que redujeron al presunto terrorista cuando llevaba a cabo su ataque. El Elíseo indicó que Hollande "agradeció calurosamente la conducta ejemplar de los ciudadanos estadounidenses que impidieron un acto extremadamente grave" en el tren.

Un conocido actor francés fue testigo

En el vagón siguiente al de los héroes se encontraba el actor Jean-Hugues Anglade, que viajaba junto a su esposa y sus dos hijos. Vio pasar a miembros del personal que se dirigieron a un vagón especial para los trabajadores, donde asegura que se atrincheraron sin dejarles entrar. "Apelotonados contra la puerta metálica del vagón, dábamos golpes, gritábamos para que el personal nos dejara entrar. En vano. Nadie respondió", dijo Anglade a Paris Match.

"Los minutos parecían horas. Protegí con todo mi cuerpo a mis hijos, repitiendo que todo iba a ir bien", añadió. "Estábamos a merced de las balas, creíamos que íbamos a morir". Entonces llegó corriendo Anthony Sadler, amigo de los militares, y explicó que el asaltante había sido reducido. "Tuvimos una suerte enorme de que estuvieran estos soldados estadounidenses (…) Sin ellos estaríamos todos muertos".

La presidenta de la empresa Thalys, Agnès Ogier, señaló en la radio pública France Info que uno de los controladores fue blanco de los disparos y se encerró junto a otros cinco o seis pasajeros en un vagón de equipaje situado al final del tren. "Una vez allí, activó la alarma". Cuando el tren se detuvo, el personal salió para avisar al conductor. "Todo ocurrió muy rápido. El personal cumplió con su misión", concluyó. Al calor de la polémica sobre la actitud del personal del tren Thalys ante el ataque, se anunció que la compañía ferroviaria creará un número para informar de situaciones anormales.

Los servicios secretos lo vigilaban como “potencialmente peligroso”

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