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El terrorismo golpeó otra vez en Francia

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Policías aseguran el perímetro del aeropuerto de Orly. Foto: AFP.
CHRISTOPHE SIMON

Al grito de “estoy aquí para morirpor Alá”, un hombre de 39 años atacó a una soldado en el aeropuerto de Orly y fue abatido por dos militares.

Un hombre fue abatido en el aeropuerto de Orly, en París, tras haber atacado, en nombre de Alá, a una patrulla de militares del dispositivo antiterrorista, hora y media después de haber disparado y herido levemente a una policía en un control de carretera en el norte de la capital francesa.

El individuo —identificado como Ziyed Ben Belgacem, de 39 años, fichado por la policía y condenado en tres ocasiones a prisión por robos a mano armada y tráfico de drogas— había sido también objeto de atención de los servicios de inteligencia de Francia debido a su radicalización, de acuerdo con lo que relató el fiscal de París, François Molins.

Esa radicalización tuvo lugar tras una estancia en prisión entre 2011 y 2012, lo que llevó a que recientemente su domicilio fuera registrado, bajo el estado de emergencia decretado en 2015, sin que se encontraran elementos que justificaran una atención particular.

Serán los servicios antiterroristas de la Fiscalía los que dirijan la investigación, en la que tres personas —el padre, el hermano y un primo del agresor—están siendo interrogadas. La indagatoria está a cargo de la Brigada Criminal (SAT) y los servicios de inteligencia del país (DGSI).

El domicilio de Belgacem en Garge les Gonesse, en la periferia norte de París, fue registrado sin que se encontraran elementos importantes, más allá de algo de cocaína, un machete y una cantidad de dinero en divisas extranjeras.

La acción de Belgacem —de nacionalidad francesa y nacido en París— provocó que el aeropuerto fuera desalojado, lo que obligó al traslado de unas 3.000 personas ante el temor de que el agresor llevara explosivos, y fuera cerrado al tráfico aéreo, generando la anulación de un centenar de vuelos e importantes perturbaciones en el resto de la actividad aérea.

Sobre las 07.50 hora local, Belgacem fue objeto de un control de la policía cuando iba al volante de su Renault Clio a elevada velocidad cerca de su domicilio.

Tras entregar sus papeles a la agente, el hombre sacó un revolver de cartuchos y le disparó, provocándole heridas leves, antes de emprender la huida.

Belgacem se dirigió a un bar de la localidad de Vitry, vecina del aeropuerto de Orly, en el que había estado la noche anterior junto a su primo, el mismo que se encuentra bajo arresto.

Allí amenazó a los clientes y efectuó al menos cuatro disparos sin causar heridos, antes de huir de nuevo al volante de su coche.

Posteriormente, lo abandonó y robó a punta de pistola otro, un Citroën C4 con el que llegó al estacionamiento de Orly a las 08.06 hora local.

Minutos más tarde accedió a la zona de embarque del primer piso de la terminal Sur de Orly.

Sin mediar palabra, se abalanzó sobre una soldado de una patrulla de tres efectivos del Ejército del Aire miembros del dispositivo de más de 6.000 militares desplegados en las zonas sensibles del país, tras la oleada de atentados yihadistas de los últimos años.

Belgacem, quien previamente había tirado al suelo una mochila que contenía un bidón de carburante, un encendedor, un paquete de cigarrillos, 750 euros y un Corán, agarró a la militar por el cuello con su brazo izquierdo, mientras con el derecho apuntaba con su pistola en su sien y amenazaba a los otros dos soldados, que a su vez le apuntaban con sus armas.

En ese momento Belgacem, que portaba un ejemplar del Corán, les amenazó: "Tiren las armas, estoy aquí para morir por Alá, de todas formas va a haber muertos".

Según las imágenes de videovigilancia, se produjo un forcejeo entre la soldado y el agresor, que trataba de arrebatarle su metralleta.

Algo que logró tras varios intentos, pero la soldado pudo desembarazarse del agresor, lo que permitió a sus compañeros disparar una primera vez, pero no evitó que Belgacem volviera a atrapar a su víctima.

Un segundo disparo le hizo caer al suelo, pero se levantó, y fue necesario un tercero para acabar con su vida, según Molins, algo que ocurrió poco antes de las 08.30 hora local.

Tanto el presidente francés, François Hollande, como los ministros del Interior, Bruno Le Roux, y Defensa, Jean-Yves Le Drian, ensalzaron la labor de los soldados y de las fuerzas del orden.

Hollande destacó "la valentía de los policías y militares frente a un individuo particularmente peligroso". Asimismo, subrayó la "determinación del Estado para actuar sin descanso contra el terrorismo, defender la seguridad de los ciudadanos y garantizar la protección del territorio".

A su vez, Le Drian recordó que es el cuarto ataque que sufren militares del dispositivo de vigilancia antiterrorista, el anterior a principios del mes pasado en el parisiense museo del Louvre.

A primera hora de la tarde de ayer, después de comprobarse que no había explosivos, el aeropuerto reabrió de forma paulatina, y las autoridades estiman que hoy funcionará con normalidad.

PROTEGEN SITIOS RELIGIOSOS Y TURÍSTICOS, AEROPUERTOS Y MUSEOS EN TODO EL PAÍS.

Hay 7.000 soldados desplegados para la acción.

La operación "Centinela", que supone el despliegue en Francia de 7.000 militares, decidida a la par de la seguidilla de atentados de los últimos años en Francia, representa una movilización sin precedentes de las Fuerzas Armadas en el territorio francés desde la guerra de Argelia.

Son en total 7.000 soldados desplegados permanentemente en Francia, la mitad en la región parisina. El dispositivo de seguridad fue decidido luego de los atentados de enero de 2015 contra el semanario Charlie Hebdo y un supermercado kosher.

El despliegue puede alcanzar 10.000 hombres en el terreno en caso de atentado o como protección para un acontecimiento. En paralelo 6.500 militares participan en operaciones en el exterior, principalmente en la región del Sahel (Africa) o contra el grupo Estado Islámico en Medio Oriente.

Los militares protegen sitios religiosos (sinagogas, mezquitas e iglesias) expuestos al riesgo de un ataque, o muy frecuentados (lugares turísticos, estaciones de trenes). Están presentes "de manera casi permanente" en algunos sitios como aeropuertos y museos.

Pero la operación Centinela pesa en las Fuerzas Armadas, en donde la falta de recursos humanos obliga a hacer rotaciones extenuantes. En 2016-2017 las Fuerzas Armadas esperan reclutar 11.000 soldados adicionales.

Entre las operaciones exteriores y Centinela pasan 220 días por año en servicio, lejos de sus familias. Los días de entrenamiento cayeron a 65 en 2015, y unos 70 en 2016, cuando el objetivo es de 90 días anuales.

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Policías aseguran el perímetro del aeropuerto de Orly. Foto: AFP.

UN PELIGRO PERMANENTEEFE Y AFP

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