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Temer aparta a los diputados que podrían llevarlo a un juicio

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Un hombre armado en una protesta en San Pablo contra las reformas de Temer. Foto: Reuters
A man (R) holds a gun arguing with demostrators as they block the street during a protest against Brazil's President Michel Temer's proposed changes to labour and pension laws in Sao Paulo, Brazil, July 11, 2017. REUTERS/Nacho Doce BRAZIL-POLITICS/PROTESTS
NACHO DOCE/REUTERS

Asegura mayoría a su favor en comisión que trata denuncia de corrupción.

El presidente brasileño, Michel Temer, y su base política movieron piezas ayer martes para evitar perder apoyos e intentar impedir que la Cámara de Diputados acepte una denuncia por corrupción que puede sacarlo del poder.

El movimiento de piezas implica sacar de la comisión parlamentaria que estudia la denuncia a diputados que no están alineados con el mandatario.

"La Cámara de Diputados tiene una importantísima decisión que tomar esta semana y es hora de respuestas rápidas, pero respetaré toda decisión", declaró Temer ayer en un acto oficial.

La denuncia contra Temer fue presentada por la Fiscalía y se fundamenta en los testimonios ante la Justicia de directivos del grupo JBS que han confesado que sobornan al presidente desde 2010 a cambio de favores políticos.

Por imperativos constitucionales, la denuncia debe ser analizada primero en la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara baja, y luego votada por el plenario de ese órgano legislativo.

En esa instancia, será necesaria una mayoría de dos tercios (342) de los votos para que el Supremo sea autorizado a iniciar un juicio penal contra Temer, que en ese caso será suspendido de sus funciones durante los 180 días que duraría el proceso y destituido si fuera declarado culpable.

Este lunes, la comisión parlamentaria que analiza el caso recibió el informe del diputado instructor, Sergio Zveiter, quien pese a ser miembro del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), que lidera el propio Temer, concluyó que la denuncia debe ser aceptada.

"La acusación no es fantasiosa", declaró Zveiter, quien se alineó de ese modo con la minoritaria oposición, que pretende llevar a Temer a los tribunales y despojarlo del poder.

La comisión tiene un total de 66 miembros y se calcula que unos 40 pertenecen a partidos de la coalición gobernante, aunque algunos de ellos aún no han manifestado en público su rechazo a la denuncia. En ese terreno, la base política de Temer ha actuado con rigor y, hasta ayer, ha sustituido a 17 diputados que integran el comité y que no se habían distanciado claramente de la opinión del instructor.

Según fuentes políticas, esos movimientos apuntan a garantizar un claro rechazo a la denuncia en la comisión, con el objetivo de luego influir en la votación definitiva en el pleno de la Cámara baja, que es donde Temer pretende que se detenga y se archive el proceso.

La comisión, acomodada así al gusto del gobierno con maniobras permitidas por las reglas del Congreso, volverá a reunirse hoy, cuando comenzará una serie de debates que pueden prolongarse hasta el viernes y precederán la votación en el plenario.

La intención de Temer y de su base política es que la votación en el plenario de los diputados sea realizada lo más rápido posible, pues de ese modo se impediría una eventual desbandada en una coalición de gobierno, ya desgastada por el escándalo.

Uno de los mayores peligros que enfrentaba el mandatario parece haberse minimizado después de que el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), uno de los puntales del gobierno en el Congreso, postergó su posible abandono de la base oficialista.

Incidentes en el Senado, que terminó a oscuras.

Una protesta de senadoras opositoras del Partido de los Trabajadores (PT) interrumpió ayer la votación de una reforma laboral propuesta por el presidente Michel Temer, y llevó a que el hemiciclo de la Cámara alta quedase virtualmente a oscuras. En momentos en que los senadores discutían el proyecto, que es rechazado por sindicatos y cuenta con el apoyo del empresariado, senadoras de la oposición ocuparon la mesa del pleno e impidieron que el presidente del Senado, Eunicio Oliveira, llegase a su silla. Tras una media hora de discusiones, Oliveira se retiró del recinto, pero ordenó apagar la luz del hemiciclo.

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Un hombre armado en una protesta en San Pablo contra las reformas de Temer. Foto: Reuters

INVESTIGACIONES DE CORRUPCIÓN EN BRASIL

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