ARA SAN JUAN
Se espera que las dudas se disipen cuando todos estos documentos y pruebas sean examinados por la comisión de investigación que constituyó el ministro de Defensa, Oscar Aguad.
Dos meses antes de reportar la avería en el compartimento de baterías, el comandante del ARA San Juan, capitán de fragata Pedro Martín Fernández, dejó constancia en una planilla oficial de que el submarino estaba habilitado y en condiciones aptas para operar.
Según revelaron fuentes castrenses a La Nación, con su firma evaluó y calificó el estado general del sumergible con un 4,5 sobre una escala de 5 puntos.
Muchos de los altos oficiales de la Armada que temen ser salpicados en la investigación sobre lo que sucedió en el submarino que nunca más emergió desde el fondo del mar, se aferrarán a esta evaluación que el comandante de la nave presentó el 5 de septiembre pasado a su superior inmediato, el jefe de la Fuerza de Submarinos, capitán de navío Claudio Villamide, para deslindar responsabilidades.
Sin embargo, quienes relativizan el informe, advierten que dos semanas después de esa evaluación, el 18 de septiembre, el ARA San Juan habría presentado una falla en el snorkel, por una entrada de agua similar a la que se produjo luego el 15 de noviembre, la madrugada de su última comunicación, horas antes de detectarse una explosión en el lugar donde se encontraba el ARA San Juan.
Se espera que las dudas se disipen cuando todos estos documentos y pruebas sean examinados por la comisión de investigación que constituyó el ministro de Defensa, Oscar Aguad.
El informe.
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El documento firmado por el comandante Fernández, un marino a quien muchos de sus compañeros definen como "muy prolijo y detallista", pondera los distintos sistemas del submarino, desde la navegación y la comunicación hasta los sensores, el sistema de armas, la fuerza y propulsión, el material para el salvamento y las características del casco, entre otras áreas.
"En cada uno de esos casos se debe marcar si está habilitado o no habilitado, sin escalas intermedias, y en todas ellas el comandante marcó habilitado", dijo una fuente cercana a La Nación.
Baterías.
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Dentro del sistema de fuerza y propulsión se califica con la máxima ponderación -4 puntos en esas categorías- el estado de los generadores y de las baterías. Sin embargo, esa evaluación no se corresponde con la denuncia de la diputada Elisa Carrió, quien además de advertir sobre serias irregularidades y sospechas de corrupción en la reparación de media vida a la que fue sometido el submarino entre diciembre de 2008 y junio de 2015, mencionó un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen), que pone en duda la capacidad del ARA San Juan para sumergirse más allá de una profundidad de 30 metros.
En su denuncia, Carrió apunta especialmente contra los exministros de Defensa kirchneristas Nilda Garré, Arturo Puricelli y Agustín Rossi, además del exjefe del gabinete de asesores Raúl Garré, por haber formado parte de una asociación ilícita que podría esconder una "matriz de corrupción" desarrollada entre 2005 y 2015.
La reparación de media vida del ARA San Juan estaba fijada inicialmente para ser realizada en 24 meses y finalmente se ejecutó en 64 meses (cinco años y cuatro meses).
"Más allá de que el comandante lo haya considerado apto, si esa limitación existió es un condicionamiento muy serio para que el submarino pueda navegar", comentó a La Nación una fuente cercana al gobierno. Incluso, precisó que antes de participar en el adiestramiento conjunto en Ushuaia, todas las salidas del submarino ARA San Juan habían tenido un máximo de 96 horas.
En el seno de la Armada, en cambio, explican que "los submarinos tienen un rango de operaciones limitadas por un tema de seguridad. Desde que salió del astillero, el ARA San Juan fue incrementando progresivamente, de acuerdo con un plan preestablecido, sus capacidades operativas originales, como sucede con cualquier buque o aeronave. El mismo plan se venía aplicando a las tripulaciones, que iban adquiriendo un adiestramiento progresivo".
Cerca del comando central de las operaciones de búsqueda y rescate se muestran convencidos, además, de que el comandante del submarino no reportó una emergencia, sino una avería. Incluso se le ofreció que se traslade a la Base Naval de Puerto Belgrano, que estaba más cerca, y la respuesta fue que podía llegar a Mar del Plata, su destino original, confió la fuente naval.