"Se subestima a la gente cuando se piensan que con este tipo de acciones van a distraer la atención sobre lo que más le interesa a la gente, los problemas cotidianos.

Primero fue una embestida sobre la economía, luego embestidas judiciales, institucionales o escenarios que auguraban que íbamos a llegar a esta elección con una gran inestabilidad".

Esta fue la primera declaración que, el martes por la noche en Jujuy, pronunció el candidato presidencial Daniel Scioli sobre las graves denuncias contra Aníbal Fernández por presuntar vinculaciones con el tráfico de efedrina y el triple crimen de General Rodríguez.

El gobernador bonaerense se mostró escéptico con las acusaciones difundidas por el programa de Jorge Lanata contra el jefe de Gabinete nacional y, a su modo, trató de tomar distancia de la interna que se generó en el kirchnerismo. De hecho, fuentes partidarias reconocieron a La Nación que "por problemas de agenda" Scioli no estará en el acto al que había sido invitado por Domínguez y Fernando Espinoza, el binomio acusado por Aníbal de estar detrás de las acusaciones.

"No tengo dudas de que es evidente que temas que llevaban años, ahora de repente irrumpen de esta manera y no es un hecho aislado. Ya hemos visto lo que ocurrió a principio de este año. Confiamos en la sabiduría de pueblo argentino", afirmó Scioli.

Interna complicada