Había casi 4.000 acampando en un barrio de la ciudad.
Cientos de policías desmantelaron ayer viernes un inmenso campamento de migrantes en el noreste de París, en una nueva muestra de la determinación del Gobierno de sacar a los refugiados de las calles.
La evacuación del asentamiento, en el que se hacinaban en carpas más de 3.800 hombres, mujeres y niños, se produce menos de dos semanas después del desmantelamiento de la "Jungla" de Calais, el mayor campamento de migrantes de Francia.
La policía llegó temprano por la mañana al asentamiento, ocupado principalmente por sudaneses, afganos y eritreos, ubicado bajo un metro aéreo en un barrio del noreste de la capital francesa.
Todos fueron llevados en autobuses a centros de acogida en la región parisina.
Los migrantes recibieron con gritos de alegría y alivio a los primeros autobuses. "Estoy feliz de irme. Aquí es terrible. Es la primera vez que vivo en condiciones similares", explica Anarzalah, un ingeniero afgano de 28 años.
Seis horas después, el operativo había terminado y los servicios de limpieza comenzaron a retirar de las aceras las tiendas de campaña, colchones y mantas con las que los migrantes intentaban calentarse con temperaturas de hasta 2 grados por las noches.
A seis meses de las elecciones presidenciales, la gestión de la llegada de migrantes y refugiados a Francia se ha convertido en un tema central de la campaña. Más de 7.000 migrantes, incluyendo menores que han llegado a Europa solos, fueron evacuados de Calais y realojados en centros de acogida en toda Francia.
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