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Más riesgos que beneficios

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LA BITÁCORA

Beneficia a Israel que Trump traslade la embajada de Tel Aviv a Jerusalén? ¿De verdad busca el jefe de la Casa Blanca beneficiar al Estado judío?

A las respuestas hay que comenzar a buscarlas en la campaña electoral. Fue entonces cuando propuso el traslado. Y lo hizo porque, en ese momento, saltaba a la vista que su principal ideólogo era Steve Bannon, un extremista de conocido antisemitismo.

Buscando equilibrar el desagrado que en el vasto electorado judío generaba Bannon, el candidato lanzó la idea que ahora está sacudiendo peligrosamente el tablero mundial. Y es posible que también ahora la intención de Trump tenga más que ver con sus propios problemas que con ayudar a Israel.

En qué puede beneficiar al Estado judío el gesto aislado de un presidente tan cuestionado en su país, que no es seguro que complete su mandato porque podría destituirlo un impeachment.

Si el traslado de la embajada fuese una forma de premiar algún anuncio de Benjamin Netanyahu a favor de los habitantes de Cisjordania o del avance decisivo hacia un acuerdo de paz con la Autoridad Palestina que preside Mahmud Abas, entonces la medida podría, al menos, no ser tan contraproducente como lo está siendo. Pero Trump actúa a cambio de nada. De ese modo, solo puede generar a Israel riesgos de nuevas intifadas y un mayor aislamiento internacional. También aumenta el riesgo de que diplomáticos y militares norteamericanos sean blancos de atentados en cualquier parte del planeta.

Los israelíes ultranacionalistas, así como el primer ministro y los miembros más extremistas de su gobierno, presentarán el paso de Trump como un triunfo israelí. Pero no es así.

Si cumpliendo la advertencia de Erdogán, Turquía rompe relaciones con Israel, el Estado judío pierde el estratégico vínculo con uno de los pocos Estados musulmanes que lo reconocen. Y eso es un retroceso.

También es un retroceso que se debilite el vínculo con Jordania y con Egipto, así como la ola de cuestionamientos que ya empezó a recorrer el mundo, con voces como la del Papa.

Israel no gana nada con la demagogia de Trump, cuya intención es sumar apoyos en la comunidad judía de Estados Unidos a su errática y desprestigiada presidencia.

Israel puede tener razones para pretender que el mundo reconozca a Jerusalén como su capital indivisible. Pero aún no ha creado la circunstancia para que eso ocurra, ni Trump es el instrumento adecuado para crearla.

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