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La reforma laboral, el gran desafío de Macron

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Macron asumió en mayo con una gran carta de crédito; hoy cae en las encuestas. Foto: AFP.
KAMIL ZIHNIOGLU

La tendencia es la misma que en Brasil, flexibilizar el mercado de trabajo para bajar el desempleo.

El francés Emmanuel Macron, como el brasileño Michel Temer, también presentó su reforma laboral. En ambos casos el objetivo es el mismo: flexibilizar el mercado de trabajo, reactivar la economía y bajar el desempleo, en el entorno del 10% en Francia y del 13% en Brasil. Y en ambos casos hay planteos que irritan a los sindicatos y contemplan viejos reclamos de los empresarios. Macron y Temer, tan distintos ideológicamente, tienen el mismo argumento para defender sus reformas: hay que adoptarse a las tendencias del mercado, "renovar el modelo social", le llama el presidente francés.

A diferencia de la de Temer que pasó por un duro debate en el Congreso brasileño y fue necesario tejer alianzas en comprometidas negociaciones, la reforma de Macron, presentada el jueves, será aprobada mediante ordenanzas para evitar justamente un largo proceso legislativo.

Las cinco ordenanzas que contienen la reforma pasarán por el Parlamento para su aprobación antes de finales de 2017. La cámara, donde Macron cuenta con una holgada mayoría, no tiene posibilidad de enmendar su contenido, sólo podrá dar o no su visto bueno. Todo indica que no habrá dificultad en su aprobación.

Entre las principales propuestas del caso francés está un refuerzo del papel negociador de las empresas sobre las condiciones laborales, y límites a las indemnizaciones por despido improcedente para favorecer las contrataciones.

El primer ministro francés, Edouard Philippe, dijo que la reforma ayudará a Francia a "compensar los años perdidos", de desempleo masivo.

Sin embargo, varios líderes sindicales, que aún deben estudiar en detalle el documento de 200 páginas, se mostraron menos entusiastas. "Se han confirmado todos nuestros temores", declaró el secretario general de la CGT, uno de los principales sindicatos franceses, Philippe Martinez, quien llamó a los "trabajadores, jubilados y jóvenes" a manifestarse el 12 de septiembre.

El líder del sindicato CFDT, Laurent Berger, dijo por su parte que estaba "profundamente decepcionado" por algunos puntos de la reforma, pero no se sumó a las movilizaciones.

Reformar las leyes laborales es un campo político minado en Francia. El ex presidente socialista François Hollande se enfrentó a meses de protestas, a veces violentas, el año pasado por una reforma laboral mucho menos ambiciosa que la de Macron.

Las próximas semanas tampoco serán un camino de rosas para el actual inquilino del Elíseo. Además de la CGT, el partido de izquierda radical Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon, llamó a los franceses a "tomar" París contra este "golpe de Estado social" el 12 y 23 de septiembre.

La reforma del código laboral es una parte fundamental de la agenda de Macron y el primer paso de una revisión más general del modelo social de Francia, que incluirá otros cambios mayores en las prestaciones de desempleo y las pensiones.

Macron, exministro de Economía de Hollande, que asumió la Presidencia en mayo, hizo campaña prometiendo reformar el mercado laboral en Francia para dar a las empresas mayor flexibilidad, siguiendo el modelo de Alemania y los países escandinavos.

"Somos la única gran economía de la Unión Europea (UE) que en las últimas tres décadas no ha logrado derrotar al desempleo masivo", dijo Macron a la revista Le Point en una entrevista publicada el miércoles.

Y aunque la semana pasada admitió que los franceses "odian las reformas" y han tratado de evitarlas el mayor tiempo posible, es consciente de que sus socios europeos están observando de cerca para ver si puede tener éxito donde otros han fracasado.

"Esta es una prueba" para él, ya que "la percepción general de Francia en los países vecinos es que es un país incapaz de reformar sus políticas públicas sin que haya una guerra social", comentó Christian Lequesne, investigador del Centro de Estudios de Relaciones Internacionales (CERI).

Esta reforma llega en un momento delicado para Macron, cuya popularidad se ha desplomado abruptamente pese a que ganó con comodidad.

Una encuesta reciente mostró que sólo el 40% de los franceses está satisfecho con su labor, una caída atribuida por los analistas a una mezcla de problemas de comunicación y de errores políticos.

Europa a la altura de EE.UU. y China.

Emmanuel Macron reveló en una entrevista este jueves que aspira a convertir a Europa en una potencia a la altura de Estados Unidos o China. "Asumo ese discurso de grandeza", dice Macron al semanario Le Point, en cuyas páginas presenta su visión de una Francia convertida en "gran potencia" y una Europa que "recupere la sal de la soberanía". "Quiero una Europa que sea un continente de la envergadura de las potencias norteamericana y china", explica Macron. "Francia debe permitir que Europa se convierta en líder del mundo libre".

La entrevista de una veintena de páginas con abundantes fotos, se publicó el mismo día de la presentación por su reforma laboral. Según Macron, una "Europa que protege" implica "la protección de las inversiones estratégicas", una política aduanera antidumping, una política comercial concertada, una política europea de Defensa —incluyendo un avión de combate común a Francia y Alemania— y un presupuesto de la zona euro.

Francia no debe ser "una gran potencia media, sino sencillamente una gran potencia", afirma.

El rumbo trazado por el mandatario de 39 años para alcanzar esa ambiciosa meta pasa por reformas de gran envergadura en todos los frentes: educación, legislación laboral, ayuda social, fiscal, vivienda y seguridad.

Macron dice aspirar a devolver a Francia su "orgullo" sacándola "del espíritu de derrota".

LAS CLAVES DE LA REFORMA.

Acuerdos directos empresa-trabajador.

Las empresas podrán acordar directamente con sus trabajadores, al margen de los convenios sectoriales. Eso permitirá modificar el tiempo de trabajo, algunos aspectos de la remuneración (como las primas) o la movilidad.

Negociación sin delegados sindicales.

En las pymes de menos de 50 asalariados, se podrán negociar con los representantes de los trabajadores incluso si estos no están sindicalizados y, para las de menos de 20, los empresarios podrán organizar un referéndum.

Indemnización por despido improcedente.

Se fija una indemnización en caso de despido improcedente. En la práctica, esas indemnizaciones serán como máximo de un mes de salario, hasta un año de antigüedad, y un mes más por cada año adicional hasta diez.

Despidos colectivos en multinacionales.

Las multinacionales instaladas en Francia podrán recurrir al despido colectivo por razones económicas en su filial francesa, aunque a escala global la firma tenga una buena situación financiera.

El 20 se aprueba con aplicación inmediata.

Los cinco decretos de la reforma se aprobarán por el Consejo de Ministros el próximo 20 de septiembre para su aplicación inmediata en espera de su convalidación por el Parlamento, que el gobierno espera antes de fin de año.

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Macron asumió en mayo con una gran carta de crédito; hoy cae en las encuestas. Foto: AFP.

FLEXIBILIZACIONES EN FRANCIA

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