Consulta simbólica marcará el nivel de rechazo al régimen.

La ofensiva final. Así define la oposición venezolana al plebiscito simbólico de mañana domingo contra el presidente Nicolás Maduro. El propósito es enviar un claro y fuerte mensaje de rechazo a la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, que Maduro convocó para dentro de dos semanas, el 30 de julio, con el fin de reformar la Constitución vigente y permanecer en el poder. Así, en un país sobresaltado por casi un centenar de muertes desde el inicio de las protestas callejeras contra Maduro el 1° de abril, la oposición y el gobierno esta vez medirán fuerzas en las urnas.

La consulta de mañana se hará sin aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), un organismo que responde al régimen de Maduro. De todos modos, la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) está confiada en que votarán millones para demostrar un contundente rechazo a la Constituyente.

Los chavistas también saldrán a las calles mañana, porque Maduro convocó a un simulacro de la elección de la Constituyente, esa sí organizada por el CNE.

Ante este clima caldeado, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, dijo ayer que las partes deben dialogar de manera "urgente" para erradicar la violencia y concertar un "camino constitucional".

En ninguna de las dos votaciones —la de la oposición mañana domingo y la del chavismo el 30 de julio— participará la contraparte. Por tanto, ambos ganarán.

La oposición, el chavismo crítico encabezado por la fiscal general Luisa Ortega y la Iglesia Católica rechazan la Constituyente porque se elegirá sin referendo previo y con un sistema de votación por sectores y territorios a la medida del gobierno.

Maduro, en cambio, respaldado por las Fuerzas Armadas, da por hecho que con la Constituyente tendrá de su lado a un "suprapoder" que regirá por tiempo indefinido, con facultad hasta para anular al Parlamento y sacar de circulación a la fiscal rebelde. En lo socioeconómico, promete elevar a rango constitucional los programas sociales, el control de precios para frenar la inflación —que el FMI calcula en 720% para 2017—, y la distribución de alimentos subsidiados contra la grave escasez.

Luis Vicente León, presidente de la consultora Datanálisis, señaló que en "estas dos votaciones atípicas no es importante por quién vote la gente, sino que voten".

"Lo clave es si van a ser capaces de convertir en acción lo que ambos van a ganar", dijo.

Aunque 80% de los venezolanos rechaza la gestión de Maduro, según León, la oposición tiene el desafío de hacer del plebiscito un "motivador de la protesta pacífica para lograr la salida del gobierno".

Para Maduro el reto es que una Constituyente con 70% de rechazo —según Datanálisis— tenga "legitimidad", detenga la fractura del chavismo y el rechazo internacional, y logre que "la revolución se mantenga aun siendo minoritaria", agregó.

"Será muy complicado para el gobierno darle viabilidad o gobernabilidad a una Constituyente que nacería con una gran abstención, en contraste con una participación alta" en el plebiscito de mañana, dijo el analista Benigno Alarcón.

El plebiscito también preguntará a los venezolanos si están de acuerdo con un cambio de los poderes públicos, incluido el gobierno, y en exigirle a las Fuerzas Armadas —principal sostén de Maduro— que respeten la Carta Magna.

El plebiscito de mañana de la oposición puede "detener el colapso institucional" en Venezuela, aseguró el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro. En un extenso mensaje divulgado en video, Almagro apuntó que la consulta se apoya en la propia Constitución de 1999, y los venezolanos pueden participar de ella "para marcar el camino de retorno a la democracia".

En contrapartida, añadió, la Asamblea Constituyente convocada por el gobierno para el 30 de julio no encuentra base legal en la Constitución. Esta iniciativa constituyente, señaló, es "impuesta por decreto, sin la gente y en contra de la gente, anteponiendo la voluntad de la dictadura a la voluntad popular expresada por sufragio universal y directo".

La oposición instalará para la consulta de mañana —apoyada por la OEA y a la cual invitó a cinco expresidentes latinoamericanos como observadores— unas 14.300 mesas de votación en Venezuela y unas 500 en un centenar de países. En Uruguay, los venezolanos residentes podrán votar, en un local en la Ciudad Vieja de Montevideo. El centro de votación estará ubicado en la calle Washington 274, y se podrá votar será de 10.30 a 17 horas. Los habilitados para votar son los venezolanos mayores de 18 años, presentando cédula de identidad o pasaporte.

Los venezolanos podrán pronunciarse sobre tres preguntas referentes al rechazo a la realización de la Constituyente, la defensa de la Constitución por parte de las Fuerzas Armadas, y por último, la renovación de los poderes y elecciones libres.

Venezuela firmó un convenio por 1.300 millones de dólares con la petrolera estadounidense Horizontal Well Drilling, en un acto en que el presidente Nicolás Maduro dijo que desea reunirse con Donald Trump. "Díganle al presidente Trump que un día aspiro a darle la mano y hablar face to face, en términos de respeto", dijo Maduro, dirigiéndose al presidente de la compañía estadounidense, Tom Swanson.

El acuerdo prevé la exploración de 200 pozos para incorporar dentro de tres años 105.000 barriles de crudo diarios a la producción de la estatal Pdvsa, actualmente de 1,9 millones de barriles por día. Durante la firma del convenio, Maduro comentó que Venezuela —sumida en una grave crisis económica a raíz, entre otros factores, a la caída de los precios del crudo— necesita inversión internacional. "Venezuela sola no va a poder", admitió Maduro, acosado por protestas opositoras que dejan 95 muertos desde el pasado 1° de abril.

La consultora Ecoanalítica estima en 9.000 millones de dólares el déficit fiscal de Venezuela para 2017, calculado con el petróleo a precio de 42,5 dólares por barril. Esta semana el crudo venezolano cerró en 41,60 dólares.

El crudo aporta 96% de las divisas en este país dependiente de las importaciones, por lo que los menores ingresos acentuaron la escasez de todo tipo de bienes básicos.

El piloto venezolano fugitivo, buscado por atacar con granadas y disparos desde un helicóptero dos edificios gubernamentales, apareció el jueves brevemente en una vigilia nocturna de la oposición. Óscar Pérez, un miembro de la policía científica y actor de cine de acción de 36 años, secuestró hace dos semanas un helicóptero, sobrevoló el centro de Caracas y disparó contra el Ministerio del Interior y el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) en protesta contra el gobierno de Nicolás Maduro. Luego del incidente, que el presidente calificó como un acto terrorista, Pérez apareció en un video en el que dijo que estaba en Caracas y prometió mantener la lucha.

El jueves por la noche, Pérez sorprendió a los seguidores de la oposición que realizaban una marcha nocturna para recordar a las casi 100 personas que han muerto durante más de tres meses de manifestaciones y disturbios. "Estamos haciendo un homenaje a los caídos. El verdadero homenaje es que la dictadura caiga", dijo Pérez, rodeado por jóvenes con el rostro cubierto, agregando que las protestas deben mantenerse en las calles.

"Es hora de que este narcogobierno caiga, el 18 de julio un trancazo general nacional sin retorno. Hora cero, la consulta popular se hará con dignidad", declaró Pérez en la Plaza Altamira, este de Caracas, al referirse al plebiscito simbólico que hará la oposición mañana. "¡Maduro, tu poder se acabó!", proclamó.

EL PESO DE LAS URNAS