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Odisea sigue y desborda a Europa

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Un migrante es atendido por un médico en Italia. Foto: Reuters
A Sub-Saharan migrant is medically examined by an Italian health official after disembarking from the Migrant Offshore Aid Station (MOAS) ship MV Phoenix in Vibo Valentia, Italy, July 31, 2015. 195 migrants who were rescued off Libya on Wednesday arrived in Italy on Friday afternoon. The Phoenix, manned by personnel from international non-governmental organisations Medecins san Frontiere (MSF) and MOAS, is the first privately funded vessel to operate in the Mediterranean.REUTERS/Darrin Zammit Lupi MALTA OUT. NO COMMERCIAL OR EDITORIAL SALES IN MALTA EUROPE-MIGRANTS/
DARRIN ZAMMIT LUPI/REUTERS

El sol apenas se había puesto cuando una mujer eritrea de 23 años que se identificó solo por el nombre de Akbrat comenzó a escalar la reja que marca el entorno de la entrada al lado francés del Eurotúnel, junto con decenas de hombres y mujeres.

El alambrado de púas le causó cortes en las manos, pero ella no sintió dolor. La Policía estaba por todos lados. Ella pensó en su hijo de cinco años que estaba en África y comenzó a correr en zigzag bajo las sombras y en un momentó casi tuvo una colisión con un funcionario policial. Después quedó sola. Se deslizó por debajo de un tren de carga, esperó y se encaramó justo cuando comenzó a moverse. Pero, antes de poder dar el salto final al interior del tren que transportaba camiones llenos de frutas y verduras destinadas a Gran Bretaña, un funcionario francés la alcanzó. Casi a ciegas por el gas lacrimógeno, trastabilló y se lastimó el tobillo derecho, recordó. Después que fue expulsada del complejo en torno al túnel, le llevó cinco horas caminar con dificultad los trece kilómetros de retorno al campamento de migrantes formado por improvisados refugios, que sus 3.000 habitantes llaman "la selva".

"Tuviste suerte que no te mataran", le dijo una persona.

"No tengo suerte", respondió. "Tendré suerte cuando llegue a Inglaterra".

Las escenas de desesperación que se suceden en Calais, con migrantes intentando escalar las cercas o abrirse camino a través de éstas para subirse a trenes que cruzan el Eurotúnel a Inglaterra, es solo otro capítulo del drama doloroso que se desarrolla a lo largo de Europa. Miles de migrantes llegan a Italia y Grecia procedentes de África y ahora también lo hacen a través de Serbia, Macedonia y otros países de los Balcanes en un flujo incesante.

Ventimiglia, en Italia se ha convertido en otro ámbito donde se congregan los migrantes ilegales. "La migración es un hecho, es contínua y Europa debe actuar para encontrar la mejor solución", indicó Laura Bastianetti, la vocera de la Cruz Roja de Italia, en Ventimiglia.

Muchos de los que llegan a Ventimiglia no quieren permanecer en Italia y tampoco en Francia. En cambio, intentan acceder a países como Gran Bretaña, Alemania y Noruega, porque en su visión son económicamente más fuertes y debido a que allí se radicaron muchos de sus familiares y amigos.

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Atracción.

En los casos de muchos de los migrantes que llegan a Europa desde África, Medio Ofriente y más allá, Calais, situada a solo 35 kilómetros de las colinas de Dover, en Inglaterra, es la última escala. Si logran acceder a Gran Bretaña, muchos creen que habrán logrado seguridad y una vida mejor. Algunos se sienten atraídos por Gran Bretaña, debido a que hablan inglés y también porque ven mejores perspectivas laborales allí que en el resto de Europa. Algunos mencionan la fortaleza de la libra.

Akbrat, que atendía su tobillo lesionado fuera de la carpa que comparte con una docena de hombres y mujeres, lamentó que deberá descansar unos días para recuperarse antes de hacer otro intento. "Crucé el mar y caminé durante varios meses", dijo. "No me doy por vencida".

Relató que ha pasado gran parte de su vida como refugiada, debido a que cuando tenía trece años, su padre fue asesinado por motivos políticos en Eirtrea. Su madre huyó con ella y dos hermanas hacia Sudán.

Cuando su madre falleció hace siete meses, Akbrat dejó a su hijo con su tía y comenzó el viaje a Turquía y después a través del Mar Mediterráneo hasta Grecia. Confía en poder llevar a su hijo a Gran Bretaña, una vez que ella tenga los documentos y haya encontrado trabajo.

"Pensé que iba a morir en la embarcación", dijo. "Pero, mientras esté viva voy a intentar llegar a Inglaterra".

Perseguidos.

Al igual que Akbrat, muchos migrantes buscan, cada noche, la manera de subirse a un tren o un camión. Lo intentan muchas veces y no se amilanan ante las heridas que pueden sufrir o la muerte de otros migrantes. Cada noche, algunos logran su objetivo. Eso les da renovado impulso, reconoce Mimo, de 26 años, egresado de la universidad de Etiopía, quien comenzó su viaje en junio del año pasado, huyendo de una sentencia de cárcel que le fue impuesta por ser miembro de un partido político de oposición. Le pagó a los traficantes —él los llama intermediarios— US$ 5.000 que había ahorrado su madre para él, a efectows de que pudiera cruzar por Sudán, Libia y el Mediterráneo hasta Italia. Señaló que murió la mitad de las 243 personas que viajaron en la precaria embarcación en el viaje hasta Europa. "El Reino Unido no es el paraíso. Lo sé", afirmó. "También sé que no es seguro saltar a un tren en movimiento. Pero, no tengo opción. ¿Si usted tuviera una opción, haría esto?"

A su vez, Yusuf, un sirio de 40 años, dijo que tenía el mismo sentimiento, porque es abogado y fue obligado a huir por haber apoyado a un movimiento demiocrático.

"Venimos aquí porque es el único camino a Inglaterra", señaló. "Cada vía vamos hasta el tren. Cuando lo intentamos, la Policía nos hace retroceder".

Yusuf reconoció que su familia no sabe las condiciones en las que él se encuentra. "Muchos sirios somos cultivados, tenemos educación y queremos ir a un lugar educado. Ya sé hablar un poco de inglés", dijo.

Calais, que desde hace muchos años es una puerta de entrada a Gran Bretaña, se ha convertido en una imagen del drama que se vive en otras partes del mundo.

Guardia Costera italiana salva miles de vidas

La Guardia Costera de Italia realiza una extenuante tarea de rescate, de inmigrantes ilegales en el Mar Mediterráneo, que plantea grandes desafíos en cada jornada. En los últimos diez días realizó varias acciones que muestran la magnitud del desafío que enfrenta, ya que lograron salvar a 3.300 personas que estaban a la deriva.

Las autoridades italianas coordinaron el rescate de casi 2.000 inmigrantes mediante ocho operaciones en las que participaron medios de varias nacionalisdades. Asimismo, salvaron a 414 personas que navegaban en diversas embarcaciones al sur de Italia, entre los que se encontraban cuatro recién nacidos y un menor. En otra operación, rescató a 111 inmigrantes que viajaban a bordo de una embarcación neumática y ofreció imágenes de la operación.

La noticia de este nuevo rescate se conoció mientras las televisoras italianas ofrecían imágenes de la llegada al puerto de Palermo (Sicilia, sur) de otros 785 inmigrantes originarios de África y de Siria en su mayor parte, que fueron salvados. (Fuente EFE)

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Repercusiones del drama

YA LLEGARON 77.000 A LAS ISLAS GRIEGAS

Más de 77.100 personas arribaron a Grecia por mar desde comienzos del año, el 60% de ellas desde Siria, y 1.000 llegan cada día. El flujo crea "una emergencia de refugiados sin precedentes" en un tiempo en que Grecia no tiene capacidad financiera para abordar el problema, declaró el vocero del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados, William Spindler, en Ginebra. "Esperamos que la UE active su respuesta de emergencia porque Grecia es parte de la UE".

A pesar de la crisis económica, las comunidades en las islas griegas, en Lesbos, Samos y Chios, usan sus propios recursos para asistir a los migrantes, dijo Spindler. Los isleños compraron y distribuyeron pan, proveyeron ropa y donaron leche en polvo para los niños. Médicos locales de manera voluntaria asisten a los migrantes que están enfermos, exhaustos y, en algunos casos, heridos.

Sin embargo, la magnitud de las llegadas supera la capacidad de las autoridades locales y miles de migrantes ahora acampan en "condiciones deplorables", afirmó Spindler.

EL FLUJO CORRE HACIA LOS BALCANES

Si bien la mayoría de las 1.914 muertes informadas ocurrieron a lo largo de la ruta del Mar Mediterráneo desde el Norte de África, el Mar Egeo no está exento de peligro.

La presión se ha extendido a lo largo de la región a medida de que los migrantes y quienes buscan asilo intentan acceder a la Unión Europea a través de Macedonia, Serbia y otros países de los Balcanes, sostuvo el Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados. Alrededor de 45.000 personas han buscado asilo en esos países este año, un número nueve veces superior al mismo periodo de 2014.

"Hacer las fronteras más estrechas y construir muros no es la solución", dijo el vocero de la agencia de refugiados de la ONU, William Spindler.

Autoridades de Migración señalan que no están seguros por qué el flujo se desplazó hacia los Balcanes. Especulan que los informes de ahogamientos y desgarradores viajes en embarcaciones pueden haber jugado su parte.

Al mismo tiempo, las naciones europeas hacen de la interdicción parte central de su política, y Libia se ha convertido en un país cada vez más volátil y peligroso, después que fue derrocado el régimen de Moamar Gadafi. En la zona costera operan bandas de traficantes de personas que hacen traslados en embarcaciones precarias.

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