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Obama amplía guerra al terror

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El presidente Obama junto al vicepresidente Biden y el secretario de Estado Kerry. Foto: AFP
US President Barack Obama (C) deliver remarks, on legislation he sent to the US Congress to authorize the use of military force against the Islamic State, at the White House in Washington, DC, February 11, 2015, with US Vice President Joe Biden (L) and US Secretary of State John Kerry. AFP PHOTO/JIM WATSON US-POLITICS-OBAMA-ISLAMIC STATE
JIM WATSON/AFP

Al buscar la autorización para su campaña militar contra el grupo terrorista Estado Islámico (EI), que ya lleva seis meses, el presidente Barack Obama hizo algo que pocos de sus antecesores hicieron: pidió al Congreso que restrinja su capacidad como Comandante en Jefe para librar una guerra contra un enemigo del exterior.

El proyecto de ley que Obama envió al Parlamento impondría un límite de tres años a la acción de Estados Unidos que hasta ahora se ha llevado a cabo mayoritariamente desde el aire, en tanto permitiría operaciones de comandos especiales y otras misiones limitadas, descartando el combate por tierra sostenido y de gran escala. Finalmente, también derogaría la ley aprobada por el Congreso en 2002 que autorizó al presidente George W. Bush a librar la guerra en Irak.

Si bien Obama propuso poner algunas esposas para limitar su poder, dejó la llave para poder quitarlas si él o su sucesor decidieran que son demasiado restrictivas. Si bien el proyecto que presentó derogaría la autorización otorgada en 2002, dejaría en vigor una medida separada que aprobó el Congreso en 2001, por la cual autorizó al presidente a llevar a cabo una guerra global contra Al Qaeda y sus afiliados. Al permanecer esa ley en pleno vigor, Obama y el próximo presidente mantendrán amplia flexibilidad para ordenar operaciones militares en nombre de la lucha contra el terrorismo.

Esa contradicción esencial de la propuesta de Obama dio forma al contorno del debate que surge en el Congreso. De un lado, los republicanos dijeron que el presidente había delineado demasiadas limitaciones a la guerra contra el EI. Del otro lado, algunos demócratas liberales indicaron que el poder residual de la ley aprobada en 2001 y el texto de la propia propuesta de Obama son tan elásticos que dejan al presidente virtualmente en libertad de actuar. Esa contradicción esencial en el centro de la propuesta ha caracterizado la manera cómo Obama ha actuado en la toma de decisiones en materia bélica. De manera reiterada ha aspirado a poner fin que el país esté en pie de guerra permanente, como él lo define y limitar el poder presidencial para el uso de la fuerza, pese a que ha usado la autoridad que heredó de Bush y luego la amplió.

La historia indica que Harry S. Truman envió tropas a batallas sangrientas en Corea sin pedir al Congreso una declaración de guerra. Lyndon B. Johnson no propuso límites de tiempo a su resolución sobre el Golfo de Tonkin, en la Guerra de Vietnam. Bill Clinton libró la Guerra de Kosovo sin autorización del Congreso. Las medidas autorizando las dos guerras en Irak peleadas por George H.W. Bush y George W. Bush fueron notoriamente amplias. Los presidentes de los dos partidos se negaron a reconocer la constitucionalidad de la Ley de Poderes de Guerra de 1973, un intento posterior a Vietnam por parte del Congreso para contener la autoridad presidencial.

Aún bajo Obama, las Fuerzas Armadas de Estados Unidos han realizado más de 1.900 bombardeos en Irak y Siria contra el EI durante los últimos seis meses sin una autorización explícita del Congreso. En la carta que envió a los legisladores, el miércoles pasado, Obama reiteró que cree tener la autoridad bajo las leyes en vigencia para conducir una campaña militar de esas características. Pero, dijo que la misión estaría mejor si hubiera una demostración de apoyo de los dos partidos y enfatizó las diferencias en lo que él plantea ahora al Congreso y lo que obtuvo su antecesor.

"No es la autorización para otra guerra por tierra, como Afganistán o Irak", indicó Obama en sus comentarios en la Casa Blanca. Si bien envió 2.600 soldados estadounidenses a respaldar a Irak, dijo estar "convencido que Estados Unidos no debe ser arrastrado nuevamente a otra guerra terrestre prolongada en Medio Oriente. No creo que sirva a los intereses de Estados Unidos una guerra interminable o permencer en perpetuo pie de guerra".

Al mismo tiempo, se dejó a sí mismo el margen para refinar su compromiso contra "poner soldados en el terreno". La propuesta descarta "operaciones ofensivas de combate por tierra perdurables". Sin embargo, en una carta al Congreso que acompañó el proyecto, Obama visualizó la posibilidad de acción limitada en el terreno"como operaciones de rescate" o el uso de "fuerzas de

de Operaciones Especiales para realizar acciones militares contra el liderazgo del EIIL (así llama Obama al grupo terrorista por su nombre original de Estado Islámico de Irak y el Levante)". Asimismo, sostuvo que la ley permitiría el uso de fuerzas terrestres con la finalidad de recoger información de inteligencia, individualizar los blancos en tierra para bombardeos aéreos y planificar la asistencia a las tropas terrestres de los aliados, como es el caso del gobierno de Irak.

"Si tuviéramos inteligencia accionable sobre un encuentro de los líderes del EIIL y nuestros socios no tuvieran la capacidad para atraparlos, estaría preparado para ordenar que nuestras fuerzas especiales entraran en acción, porque no permitiré que estos terroristas tengan un lugar seguro", afirmó Obama en sus declaraciones.

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Amenaza.

En la carta que envió al Congreso, Obama justificó el pedido de autorización sobre la base de la premisa de que el EI, en algún momento, pondrá en peligro a Estados Unidos. "Si no fuera frenado, el EIIL constituirá una amenaza más allá de Medio Oriente, incluyendo el territorio de Estados Unidos".

"No puedo pensar una manera mejor de que el Congreso me acompañe para apoyar la seguridad de nuestro país que mediante la aprobación de este proyecto de ley, que mostraría al mundo que estamos unidos en nuestra decisión de contrarrestar la amenaza que plantea el EIIL", sostuvo.

Obama presentó el proyecto poco después de la confirmación de la muerte de Kayla Mueller, de 26 años, una estadounidense que era rehén del EI. El proyecto menciona específicamente a Mueller, así como a otros tres estadounidenses que fueron mantenidos como rehenes y luego asesinados por el EI — James Foley, Steven J. Sotloff y Peter Kassig—, en cláusulas que justifican la necesidad de la acción militar.

"El proyecto de autorización para el uso de la fuerza militar no es para permitir operaciones de combate terrestre de largo plazo ni de gran escala como las que nuestro país condujo en Irak y Afganistán", escribió. "Las fuerzas locales en lugar de las fuerzas militares de Estados Unidos, deben ser desplegadas para realizar esas operaciones". Obama aludió de esa manera a que, después de formar la coalición internacional para llevar a cabo los bombardeos aéreos contra el EI en Irak y Siria, Estados Unidos no participa de operaciones en tierra, sino que libra el combate a través del Ejército de Irak, de los combatientes peshmerga de Kurdistán —región situada en el norte de Irak— y del Ejército Libre de Siria, una coalición de grupos que tiene escasa coordinación.

Los peshmerga kurdos han obtenido las principales victorias contra el EI, frenando la ofensiva de éste en varios lugares estratégicos.

Legisladores y juristas coincidieron en señalar que la frase "operaciones ofensivas de combate por tierra perdurables" es una frase suficientemente vaga para permitir muchas acciones posibles, como también lo es el haber fijado como blanco el EI y "fuerzas o personas asociadas". En un sentido, lo que Obama propone es una declaración de intención junto con una promesa de restricción a la que él o su sucesor podrían buscarle la vuelta legal, pero que sería políticamente problemática de ignorar.

El proyecto de ley tampoco pone límites geográficos a la acción militar que desarrollaría Estados Unidos.

La omisión de límites geográficos parece anticipar la posibilidad de atacar al EI si eéste logra establecer pie en Líbano o Jordania, que ha rechazado ataques esporádicos de combatientes del grupo terrorista. También podría ser usado para abordar amenazas futuras de otros grupos islamistas violentos más pequeños en Libia y Yemen, así como en otros países de Medio Oriente y del norte de África.

Si el proyecto fuera aprobado, sería la primera vez que el Congreso autoriza a un presidente el uso de la fuerza militar desde que los legisladores votaron en 2002 para permitir al presidente George W. Bush la invasión de Irak.

Obama retiró las tropas de Irak en 2011, pero envió de nuevo un número limitado de efectivos para apoyar a las fuerzas locales como parte de su campaña contra el EI.

REACCIÓN

Hay poco entusiasmo y dudas de legisladores

Algunos legisladores consideran que el proyecto de ley enviado por el presidente Barack Obama es descarado y hasta temerario, en tanto otros estiman que carece de fuerza y resultará ineficaz. "No encontré ni un colega que se muestre entusiasmado". dijo la senadora del Partido Republicano por Maine, Susan Collins, integrante de la Comisión de Inteligencia.

El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, indicó que "si vamos a autorizar el uso de las fuerza militar, el presidente debe tener todas las herramientas necesarias para ganar la pelea. No estoy seguro que esté delineada la estrategia necesaria para cumplir esa misión".

El principal demócrata en la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Adam B. Schiff, de California, expresó su preocupación porque la propuesta de Obama no fija límites geográficos a la campaña militar y porque la definición de atacar a las fuerzas asociadas al Estado Islámico es demasiado elástica. Asimismo, argumentó que "una nueva autorización debe poner límites específicos al uso de tropas terrestres para asegurar que no autorizamos otra gran guerra en el terreno sin que el presidente tenga que venir al Congreso a argumentar en favor de llevarla a cabo".

Mitch McConnell, líder de la mayoría republicana en el Senado, no se pronunció y dijo que los legisladores harán un análisis exhaustivo del proyecto y escucharán el asesoramiento de los comandantes militares para considerar la mejor estrategia que permita derrotar al EI.

SABER MÁS

UN MINISTRO EXPERTO EN FÍSICA E HISTORIA MEDIEVAL

Es doctor en Física por la Universidad de Yale y de Historia Medieval por la Universidad de Oxford. El presidente Barack Obama lo definió como un innovador por haber jugado un papel decisivo en el desarrollo y despliegue de vehículos resistentes a las minas en Irak y Afganistán. "No es una exageración decir que innumerables estadounidenses están vivos hoy, en parte, gracias al esfuerzo de Ash", afirmó Obama al destacar la actuación de Ashton Carter, de 60 años, oriundo de Philadelphia, quien es el nuevo Secretario de Defensa de Estados Unidos. Su designación fue aprobada por 95 votos contra tres por el Senado y ha merecido elogiosos comentarios.

"Es reconocido como uno de los líderes prominentes del país en materia de seguridad nacional", indicó Obama. "A estado en la Sala de Situación, a mi lado, navegando complejos desafíos de seguridad".

Por cierto, Carter tiene amplia experiencia en el ámbito de la defensa, debido a que se desempeñó en el Pentágono como secretario adjunto de Política de Seguridad Internacional, durante el gobierno del presidente Bill Clinton y después como subsecretario en el Pentágono de 2011 a 2013, cuando Leon Panetta era el ministro y luego estuvo otro año junto a Chuck Hagel, a quien ahora reemplaza en el cargo.

Agudo e intelectual, Carter conoce a la perfección el funcionamiento del Pentágono, debido a que en sus funciones como subsecretario fue el jefe ejecutivo de dos millones de empleados militares y civiles. En el periodo de las guerras de Irak y Afganistán visitó junto con su esposa Stephanie a los soldados heridos que fueron internados en el hospital Walter Reed, en Maryland.

Quienes lo conocen coinciden en señalar que tiene una mente práctica que capta con facilidad los detalles significativos de un tema y le gusta que las reuniones tengan resultados que puedan aplicarse. Asimismo, señalan que no tiene demasiada paciencia. Varias veces, al participar de reuniones en comisiones del Congreso, cuanto tuvo que prestar testimonio junto a comandantes militares, Carter respondió a preguntas que no estaban dirigidas a él, pero lo hizo para asegurar que su punto de vista llegara con claridad a los legisladores.

Es especialista en el control de armas nucleares y tuvo un papel central en la crisis nuclear de 1994 con Corea del Norte, cuando ese país expulsó a los inspectores internacionales.

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El presidente Obama junto al vicepresidente Biden y el secretario de Estado Kerry. Foto: AFP

Busca respaldo del Parlamento a bombardeos sin límite geográficoTHE NEW YORK TIMES

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