El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afronta un crucial escollo para poder anunciar su nuevo gobierno antes de que concluya, mañana, el plazo que le concede la legislación, en medio de la incertidumbre de cuánto le costará "persuadir" al partido Hogar Judío para que lo apoye.
La presión sobre el primer ministro creció ayer cuando el partido Israel Beitenu, que dirige el ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, anunció su intención de ir a la oposición, lo que le ha dejado virtualmente en manos del líder nacionalista religioso Naftalí Bennet, frente a la opción del todo o nada.
Sin los ocho diputados de esta formación, Netanyahu no podrá alcanzar la mayoría de 61 de los 120 escaños del Parlamento (Kneset), por lo que en teoría debería devolver al jefe del Estado, Reuven Rivlin, el mandato para formar gobierno.
En ese caso, el mandato sería para el candidato que quedó en segunda posición en las elecciones del 17 de marzo, el laborista Itzjak Herzog, una posibilidad que ideológicamente Hogar Judío no aceptaría. EFE
Se termina el tiempo