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La mítica Katmandú quedó bajo escombros y en medio del caos

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Muchos habitantes de Katmandú iniciaron este lunes un éxodo tras el violento terremoto que dejó más de 4.000 muertos, mientras Naciones Unidas prepara una gran operación humanitaria para paliar la falta de comida y de agua en Nepal.

Familias enteras se agolpaban en buses, algunas personas incluso viajaban en el techo de los atestados vehículos. Muchos habitantes también emprendieron el viaje para llegar a sus pueblos natales y determinar la magnitud del desastre allí.

Este éxodo comienza en un momento en que los equipos internacionales con perros entrenados, maquinaria pesada para remover los escombros y provisiones lograron aterrizar en el país. "Ahora mismo, es importante prevenir otro desastre tomando las precauciones adecuadas contra las epidemias", dijo a la prensa el portavoz del ejército, Arun Neupane.

Ante el miedo de la falta de provisiones, la gente también se agolpaba en las tiendas y en las estaciones de gasolina.

La cifra de fallecidos por el terremoto en Nepal subió a 4.010, según el último balance oficial, lo que convierte al sismo en el más mortífero de los últimos 80 años. Además 7.500 personas resultaron heridas. En India y China murieron 90 personas. Elisabeth Byrs, portavoz del Programa Mundial de Alimentos (PMA) dijo que la agencia "lanzaría un programa a gran escala" a partir del martes.

En el barrio de Balaju, un hombre se enfrentó al dolor de perder a su hija. "Ella era todo para mí. No hizo nada malo, ella no tendría que haber muerto", dijo Dayaram Mohat, padre de una adolescente de 14 años, que fue sacada de los escombros por la policía utilizando una grúa, martillos e incluso cavando con las manos. "Necesitamos más equipamiento para poder detectar sonidos y localizar a supervivientes", dijo el coronel Naresh Subba.

El temblor también desató un alud en el Everest, donde se confirmaron 18 muertes. Allí se encontraban al menos 800 personas, incluidos muchos extranjeros. Ayer los helicópteros lograron rescatar a montañistas que se encontraban de varados, después de una primera operación para evacuar los heridos.

Miles de personas que perdieron sus hogares pasaron la noche en el exterior, en tiendas de campaña. El suelo todavía tiembla de vez en cuando y muchos no han pegado un ojo en toda la noche, mientras trataban de protegerse de la fuerte lluvia bajo unos plásticos.

Sin hogares.

"Esto es una pesadilla. ¿Por qué no terminan las réplicas?", se preguntó Sanu Ranjitkar, un mujer de 70 años que se aferraba a su perro y respiraba con la ayuda de una máscara de oxígeno.

Envueltos en mantas de plástico, muchos habitantes de Katmandú estaba desesperados por conseguir ayuda e información.

"Hay mucho miedo y confusión", comentó Bijai Sreshth mientras intentaba escuchar por la radio algún mensaje del gobierno. "No sabemos qué va a pasar con nosotros ni el tiempo que vamos a pasar aquí", lamenta este padre de tres hijos, que se refugió junto a ellos, su esposa y su madre en un parque. El portavoz del ministerio nepalí de Interior, Laxmi Prasad Dhakal, avisó que el país necesita helicópteros para las operaciones de socorro en las zonas rurales, así como agua potable y víveres para los supervivientes.

Los hospitales están desbordados y los médicos, movilizados las 24 horas, trabajan en condiciones muy precarias. Los depósitos de cadáveres están saturados.

Los socorristas nepalíes reciben de a poco el refuerzo de cientos de activistas humanitarios llegados de países como China, India o Estados Unidos.

Unos 70 estadounidenses viajarán a Nepal y Washington anunció que aportará 10 millones de dólares para ayudar al país. Londres anunció por su parte una ayuda de 5 millones de libras, Canadá 5 millones de dólares y la Unión Europea 3 millones de euros.

Esta ayuda debería servir para financiar tanques de agua potable, medicamentos y refugios provisionales. India envió 13 aviones militares cargados de toneladas de alimentos y de cubiertas de lona.

Los esfuerzos de reconstrucción podrían ascender a 5.000 millones de dólares, que representan al 20% del PIB del país, según los cálculos de Rajiv Biswas, economista jefe de la zona de Asia y el Pacífico de la consultora Asia IHS.

Los enfermos y heridos yacían a la intemperie en la capital, sin posibilidad de encontrar camas en hospitales de la ciudad devastada. En las afueras del Colegio Médico de Katmandú, cirujanos establecieron un centro en una tienda de campaña.

En Katmandú y otras zonas, las familias exhaustas tendieron colchones en las calles y levantaron tiendas de campaña para protegerse de la lluvia.

Algunos suministros comenzaron a llegar a cuentagotas a la capital, dijo un testigo de Reuters. Algunos baños químicos se habían instalado y varias agencias locales proveían alimentos.

Se veían pocos vehículos de Naciones Unidas con equipamiento médico y equipos de primeros auxilios.

En la antigua ciudad de Bhak-tapur, al este de Katmandú, muchos residentes vivían en tiendas de campaña en el complejo de un colegio después de que edificios de siglos de antigüedad colapsaron o quedaron agrietados.

"Nos hemos convertido en refugiados", dijo Sarga Dhaoubadel, estudiante de administración cuyos antepasados habían construido su casa en Bhaktapur hacía 400 años. Estaban subsistiendo a base de fideos instantáneos y fruta, contó.

Equipos de rescate en el Everest.

Dos días después del terremoto que causó avalanchas en el Everest, los equipos de rescate continuaban evacuando ayer en helicóptero a los montañistas atrapados en la cumbre más alta del mundo, informó el escalador rumano Alex Gavan, que se encuentra en el campamento base.

"La evacuación de montañistas atrapados continúa en los campamentos 1 y 2. Tres helicópteros vuelan sin parar. Solo dos personas por vuelo debido a la altitud. Tiempo es bueno", tuiteó Gavan.

El domingo, Gavan escribió en la red social que todavía quedaban "más de 100" personas en el campamento 1 y que había "una gran incertidumbre" sobre los atrapados. Las autoridades nepalíes han informado de que al menos 22 escaladores han muerto en el Everest y 51 han resultado heridos, 41 de ellos de gravedad.

Además, 217 personas permanecen desaparecidas y hay un número indeterminado de atrapados en la montaña más alta del mundo con 8.848 metros de altura. El secretario adjunto de Turismo, Suresh Acharya, indicó que ayer 32 personas fueron rescatadas en esa región y 29 están siendo tratadas en el hospital en la localidad de Lukla, cercana al Everest. China anunció ayer la cancelación de todas las expediciones de primavera en la ladera norte del llamado "techo del mundo" tras la avalancha mortal provocada por el devastador sismo. EFE

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