El ministro de Hacienda de México, Luis Videgaray, renunció ayer miércoles y será sustituido por José Antonio Meade tras un decepcionante crecimiento económico y rumores sobre su supuesta participación en la visita de Donald Trump, que resultó catastrófica para el gobierno mexicano.
El presidente Enrique Peña Nieto aceptó públicamente la renuncia de Videgaray, uno de sus ministros más cercanos, y lo sustituyó por Meade, quien hasta ahora se desempeñaba como ministro de Desarrollo.
Meade, excanciller de Peña Nieto, ya estuvo al frente de la cartera de Finanzas entre 2011 y 2012.
Videgaray coordinó la campaña presidencial de Peña Nieto y es considerado como uno de sus consejeros clave desde que asumió el mandato en 2012.
Aunque impulsó varias reformas, el desempeño económico de México no ha sido el esperado, desplomándose en un 0,3% en el segundo trimestre, mientras el peso se deprecia frente al dólar.
Pero el decepcionante desempeño de la economía mexicana no es la única piedra en el zapato de Videgaray. El diario estadounidense The Washington Post aseguró la semana pasada que Videgaray fue un fuerte promotor del controvertido encuentro entre Peña Nieto y el candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, Donald Trump.
Siendo un economista doctorado del Massachusetts Institute of Technology (MIT), Videgaray vio el encuentro como un riesgo político que valía la pena tomar en caso de que Trump fuera electo, aseguró el diario. Según el periódico, Videgaray fue el contacto tras bambalinas con la campaña del magnate.
Sin embargo, en declaraciones esta semana a Milenio Televisión, Peña Nieto aseguró que tomó la decisión de invitar a Trump por sí mismo, sin recomendaciones de nadie.
El encuentro, que tuvo lugar en la residencia presidencial de Los Pinos el 31 de agosto, le trajo a Peña Nieto una lluvia de indignación por parte de políticos, analistas y mexicanos en general.
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