Lejos de la Casa Blanca, la primera dama no aparece en eventos oficiales y está en proceso de designación de su staff.

Dos semanas después de la investidura de su esposo, crecen las preguntas sobre qué tipo de primera dama será Melania Trump . No aparece en eventos oficiales, no reside en la Casa Blanca y aún está en proceso de designación de su staff.

En la investidura, la exmodelo de 46 años encantó a los simpatizantes de Donald Trump con su vestido y abrigo de cashmere celeste cielo, con reminiscencias a Jackie Kennedy, la fallecida esposa de John F. Kennedy (presidente desde 1961 hasta su asesinato en 1963). Muchos interpretaron que la madre de Barron, su hijo de 10 años con el presidente, estaba deseosa de ocupar su nuevo rol. Fue vista por última vez junto al presidente el 21 de enero en un servicio interreligioso, antes de viajar 90 minutos en helicóptero, avión y caravana a Nueva York, al día siguiente.

El martes pasado estuvo ausente cuando Trump anunció a su candidato para la Corte Suprema. El vicepresidente Mike Pence y el designado Neil Gorsuch llevaron a sus esposas. Los hijastros de Melania, Donald Jr. y Eric, viajaron desde Nueva York para el acto.

Anteayer, el presidente fue acompañado por su hija Ivanka en un viaje a Delaware para rendir honor a un agente especial de la marina caído en combate. Ivanka, a diferencia de Melania, se mudó a Washington con sus tres hijos y su esposo, Jared Kushner, asesor de la Casa Blanca.

Consultada en diciembre sobre si se sentiría solo en la Casa Blanca, Donald Trump dijo a Fox News: "No, estaré trabajando".

Los norteamericanos están acostumbrados a tener una primera dama activa y visible: nunca en tiempos modernos había evitado mudarse a la Casa Blanca tras la investidura. "Nunca vimos un fenómeno como éste, cuando la primera dama retrasa durante meses su mudanza a la Casa Blanca", dijo Katherine Jellinson, profesora de historia de la Universidad de Ohio. La ausencia de Melania dejó consternada a la prensa.

"¿Dónde está Melania Trump? 12 días sin aparecer en público", se preguntó CNN. "Vidas separadas", tituló US Weekly en su tapa, al sugerir que su estadía en Nueva York, que oficialmente debe culminar al finalizar el año escolar para evitar que Barron cambie de colegio a mitad de año, puede ser indefinida. La Casa Blanca anunció anteayer en un comunicado que la primera dama designó a una jefa de gabinete, Lindsey Reynolds, que trabajó antes en la residencia presidencial durante el gobierno de George W. Bush.

"Estoy reuniendo un equipo profesional y experimentado que se tomará el tiempo de hacer las cosas bien", expresó la primera dama.

MaryAnne Borrelli, profesora sobre temas de gobierno en el Connecticut College, explicó que es bastante común que las primeras damas mantengan un bajo perfil al comienzo. Hillary Clinton y Rosalynn Carter fueron más la excepción que la regla. "La primera dama en general establece su agenda en marzo o abril, complementando la agenda de 100 días del presidente", dijo Borrelli.

Además de admirar a Michelle Obama y Jacqueline Kennedy, y mencionar una potencial campaña contra el acoso escolar cibernético, Melania dio pocas señales de qué tipo de primera dama quiere ser.

Las cuentas de Melania en Facebook y Twitter difundieron un único mensaje el 21 de enero, que señalaban que se sentía "profundamente honrada" de ser primera dama, junto a una foto de la pareja en la ceremonia de investidura.

Antes de Reynolds, sólo fue revelada una designación en su gabinete: su amiga de larga data y experta en planificación de fiestas Stephanie Winston Wolkoff como asesora de alto rango. Otras posiciones como secretaria social y vocera no han sido anunciadas.

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