El presidente argentino, Mauricio Macri, animó ayer en Berlín a ver en la que denomina una "nueva Argentina" una oportunidad para el conjunto de Europa, como socio político y económico y en medio del panorama convulso del mundo de hoy.

"Tenemos un enorme futuro", como país inmerso "en una región en paz", "sin problemas religiosos" y "con muchos recursos naturales y humanos", apuntó Macri desde la Fundación Konrad Adenauer, afín a la Unión Cristianodemócrata (CDU) que preside la canciller alemana, Angela Merkel, con quien anteriormente se había reunido en la Cancillería.

Argentina "está capacitada" para responder a dos cuestiones que ahora mismo plantean una "enorme preocupación a escala internacional", dijo, como son la seguridad alimentaria y la energética, y se encuentra además, añadió, en un momento de cambio político absoluto.

"Había un régimen populista muy fuerte, que llegó a acumular mucho poder", advirtió, en alusión al kirchnerismo, al que puso fin el relevo en la presidencia, hace siete meses, y a la que ha sucedido una etapa de lo que calificó de "sinceramiento económico".

Macri admitió que los cambios operados en sus siete meses en el poder han sido "dolorosos" para parte de la ciudadanía, por unos recortes y medidas que defendió como "necesarios", a los que ha seguido una recuperación diaria de la confianza en el país.

Los objetivos de su gobierno son ahora "caminar hacia la pobreza cero", generar empleo y "erradicar el veneno del narcotráfico", enumeró, además de la meta común de "unir a los argentinos", para poner fin a la fase de confrontaciones de los últimos años.

Macri enfatizó la importancia que da a la búsqueda de consensos, al señalar que su gobierno "no tiene mayoría en ninguna de las dos cámaras", pero pese a ello está logrando llevar adelante importantes reformas en el Congreso.

“PAÍS DE OPORTUNIDADES”