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Lula descalifica a Palocci y denuncia "caza de brujas"

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JUSTICIA Y ELECCIONES

Dijo que su exministro de Hacienda busca acordar para salir de la cárcel.

Luiz Inácio Lula da Silva insistió ayer miércoles en que es víctima de una "cacería de brujas", y calificó de "mentiroso", "frío" y "calculador" a su exministro de Hacienda, Antonio Palocci, quien la semana pasada denunció un "pacto de sangre" entre el expresidente y la constructora Odebrecht, pieza clave del mayor escándalo de corrupción en Brasil. Según Palocci, procesado a doce años de prisión, ese "pacto de sangre" era para recibir millonarios sobornos a cambio de contratos con Petrobras.

"Yo vi a Palocci mentir aquí. Nada de lo que dijo es verdad", aseguró Lula al comparecer ayer ante el juez Sergio Moro en la ciudad de Curitiba. Lula dijo sentir "pena" por Palocci, aunque aclaró que su exministro tan solo busca un acuerdo que le permita salir de la cárcel y "conservar parte del dinero que ganó en los últimos años como conferenciante".

"Pena de que haya terminado como terminó una carrera tan brillante", dijo Lula.

"Muchos pensaban que llegaría aquí con mucha rabia contra Palocci. Yo entendí que Palocci está preso hace más de un año, que Palocci tiene derecho a querer ser libre (...). Pero si tú no quieres asumir la responsabilidad por hechos ilícitos que cometiste, no tires (acusaciones) encima de los otros", manifestó Lula.

El expresidente aprovechó el testimonio de dos horas y 10 minutos para descalificar a todos sus acusadores, aunque se negó a responder a algunas preguntas y dejó dudas en otras.

Lula, que encabeza todas las encuestas de intención de voto para las elecciones de octubre de 2018, asegura que todos sus líos judiciales buscan impedirle que llegue otra vez al gobierno.

"La verdad es que la Fiscalía entró por un camino del que tiene dificultades de salir. Su objetivo es encontrar a alguien que me criminalice", afirmó al final de la audiencia.

"Sólo quiero decir que hay una cacería de brujas. Voy a enfrentar todas las acusaciones con el mismo respeto pero alegando que todo lo que hacen es ilegítimo, que las acusaciones no proceden", agregó.

Esta fue la segunda vez que Lula declaró ante el juez Moro, responsable por el caso de corrupción en Petrobras y que ya condenó al expresidente en primera instancia a nueve años y medio de prisión por supuestamente haber recibido sobornos de la constructora OAS.

Si esa sentencia fuera confirmada en segunda instancia, a Lula le sería difícil evitar la cárcel. Y si lo lograra, vería seriamente comprometida su candidatura en 2018.

En el proceso por el que fue interrogado ayer, uno de los cinco abiertos en su contra, Lula fue denunciado por los delitos de corrupción y lavado de dinero bajo la sospecha de que recibió sobornos de Odebrecht a través de Palocci.

Tanto los ejecutivos de Odebrecht como Palocci dijeron que la constructora reservó una suma de 300 millones de reales (unos 96,8 millones de dólares) para financiar ilegalmente tanto los gastos del Partido de los Trabajadores (PT) como los gastos particulares de Lula y de su sucesora, Dilma Rousseff.

Las supuestas coimas en el proceso discutido ayer, que según la querella se acercan a los 13 millones de reales (unos 4,2 millones de dólares), se habrían destinado a la construcción de la nueva sede del Instituto Lula y al alquiler de un ático vecino a su residencia particular en Sao Bernardo do Campo.

En sus declaraciones, Lula dijo que, pese a documentos que hacen referencia al Instituto varios años antes, tan solo decidió crearlo después de abandonar la Presidencia en 2010, por lo que nadie lo puede acusar de haber recibido sobornos durante su mandato para destinarlos al organismo.

Dijo que visitó una vez el terreno adquirido por Odebrecht y supuestamente destinado al Instituto Lula y que lo rechazó por considerarlo inadecuado.

Al final, Lula le preguntó a Moro si podría decirle a sus hijos y sus nietos que había sido interrogado por un juez imparcial. "Sí", respondió Moro.

La Policía Federal brasileña arrestó ayer miércoles a Wesley Batista, presidente ejecutivo del frigorífico JBS, y uno de los que denunció al mandatario Michel Temer. La policía también realizó búsquedas en la casa del exjefe de asuntos legales de JBS, Francisco Assis e Silva.

Wesley Batista y Assis firmaron con la Justicia un acuerdo de delación compensada para informar sobre un masivo esquema de corrupción que involucra a 1.893 políticos en Brasil. La Justicia Federal también decretó prisión para Joesley Batista, hermano de Wesley, detenido desde el fin de semana por decisión del ministro del Supremo Tribunal Federal (STF) Edson Fachin. REUTERS

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