El candidato abrió un hotel en Washington cerca de la Casa Blanca.
Unas 30 personas se congregaron ayer en el centro de Washington para protestar por la apertura del nuevo hotel que lleva el nombre del candidato republicano Donald Trump, a apenas un kilómetro de la Casa Blanca. "¡No a Trump, no al KKK (Ku Klux Klan), no a un Estados Unidos racista!", coreaban los manifestantes frente al lujoso hotel en la histórica avenida Pensilvania de la capital estadounidense.
Aunque la ceremonia de apertura oficial está programada para octubre y no se esperaba que Trump visitara ayer el hotel, los manifestantes quisieron dejar huella en la primera jornada de operación de la empresa y denunciar la retórica racista que, a su juicio, ha quedado asociada al nombre del candidato republicano y a sus compañías.
"Cualquier huésped que tenga que entrar hoy al hotel Trump debe saber que habrá manifestantes enfadados fuera", dijo a EFE Brian Becker, director nacional de la Answer Coalition, una organización civil pacifista y contra el racismo que impulsó la manifestación.
Trump ganó en 2012 un contrato para restaurar la antigua sede de la oficina postal, un majestuoso edificio de finales del siglo XIX, y convertirla en un hotel de lujo. Invirtió unos 200 millones de dólares.
A lo largo de la campaña presidencial, la avenida que lleva del Capitolio a la Casa Blanca ha tenido en medio un cartel enorme con el nombre del candidato republicano.
El objetivo de la protesta era "construir un muro humano contra el racismo, contra la intolerancia y en defensa y en apoyo de los inmigrantes y la comunidad musulmana", según Becker. Con una pancarta de "Tacos sí, Trump no", un inmigrante indio se solidarizó con los inmigrantes mexicanos.
ESTADOS UNIDOS