Escuchas al ministro de Interior y la salida británica de la UE.

La campaña electoral se cerró el viernes estremecida por dos hechos: unas grabaciones del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, filtradas a la prensa, en las que pedía que se investigara a políticos independentistas catalanes, y en segundo lugar, la decisión de los ciudadanos del Reino Unido de salir de la Unión Europea.

Las conversaciones de Fernández Díaz, en su despacho, con el director de la Oficina Antifraude de Cataluña, Daniel de Alfonso, revelaron en toda su crudeza el uso de los servicios del Estado contra adversarios políticos. Los hechos que salieron a luz y la revelación de que el principal responsable de la seguridad de España había sido espiado, pusieron al Partido Popular a la defensiva. El presidente Mariano Rajoy atribuyó todo a una maniobra electoral de última hora —"los mismos de siempre que quieren pescar en río revuelto", sostuvo— y rechazó que el asunto pudiera influir en la campaña.

La salida del Reino Unido de la Unión Europea y la tormenta económica y financiera que ha desatado, estalló finalmente en la cara de todos los partidos. Un asunto ignorado durante la campaña terminó siendo la cuestión central en las últimas horas de la movilización. Los candidatos ensayaron argumentaciones electorales. El PP, como garante de la estabilidad. El PSOE y Ciudadanos, como la única respuesta ante el inmovilismo y el populismo que azotan a Europa. Unidos Podemos, intentando despojarse de cualquirr rastro de antieuropeísmo, como intentó hacer Pablo iglesias en Twitter.

El politólogo Pablo Simón, de la Universidad Carlos III, estimó que una situación de incertidumbre "tiende a favorecer al partido en el gobierno". Sin embargo, Sara Morais del instituto de sondeos GAD3 considera que la salida británica puede reforzar la polarización, beneficiando a Podemos y al PP.

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