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Hispanos dan la espalda a Trump

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El magnate, que aspira a la presidencia de EE.UU., tuvo su primer choque. Foto: Reuters.
Businessman and Republican presidential candidate Donald Trump arrives before a back-yard reception in Bedford, New Hampshire, June 30, 2015. REUTERS/Dominick Reuter
DOMINICK REUTER/REUTERS

El candidato republicano Donald Trump ha aprendido en los últimos días lo caro que puede resultar el salto a la política en Estados Unidos. Incluso para un empresario multimillonario como él.

El miércoles pasado, la cadena de tiendas Macy’s anunció que rompía toda relación comercial con Trump a consecuencia de los comentarios xenófobos que pronunció al anunciar su apuesta por la presidencia.

El camino hacia la Casa Blanca pasa, entre otros muchos factores, por conquistar el voto de la comunidad hispana, la sexta parte de la población de EE.UU. De ahí que pocos puedan explicar por qué Trump se presentó como candidato asegurando que uno de los mayores problemas de seguridad a los que se enfrenta el país es la inmigración ilegal, ya que México envía hacia el norte a "traficantes de drogas y violadores" y, suponía el magnate, "algunas buenas personas".

Indignación.

La reacción de la comunidad hispana fue automática y representativa del poder que acapara ya en la sociedad estadounidense. A las quejas del gobierno mexicano le siguió la cadena de televisión Univision —líder de audiencia cada noche, incluso entre los angloparlantes— que anunció que no emitiría los concursos de Miss USA y Miss Universo, producidos por Trump. Poco después, la red de activismo Change.org publicó una petición para que la NBC siguiera el ejemplo de Univision. Lo hizo cuando más de 200.000 personas habían respaldado la solicitud. Las pérdidas para la NBC son significativas, pero su alianza con Telemundo, la segunda cadena hispana del país, marcó las prioridades en este caso.

La comunidad latina es el grupo de consumidores de mayor crecimiento en estos años y junto con afroamericanos y asiáticos invirtieron 3.400 billones de dólares en 2014, según datos de la agencia Nielsen.

El peso de este sector puede haber resuelto cualquier duda de Macys, junto con las 700.000 firmas que apoyaron la petición ciudadana para que la tienda interrumpiera negocios con Trump. "No creemos que sus caracterizaciones despectivas sean un retrato acertado de los mexicanos e hispanos que tanto han contribuido al éxito de este país", explicó la compañía en un comunicado al romper con la línea de ropa del empresario, que distribuye en sus tiendas desde 2004. Macys dice que las palabras de Trump no coinciden con sus valores. Pero su marca tampoco encaja con la nueva línea de ropa y joyas que Macys acaba de impulsar con una estrella mexicana para conquistar el mercado latino.

A todas estas rupturas se ha sumado la negativa de México a enviar una candidata al concurso de Miss Universo y la cancelación de un torneo benéfico de golf que iba a ser organizado por el cantante Ricky Martin en un campo propiedad del magnate. El empresario mexicano Carlos Slim, el segundo hombre más rico del mundo, y Televisa, el conglomerado de medios más fuerte en habla hispana, le han cerrado las puertas.

La respuesta de Trump ha sido coherente con la línea de sus comentarios. Dos semanas después de aterrizar en la escena política, no se ha retractado, ha demandado a Univision por romper el acuerdo de colaboración entre ambos y estudia hacer lo mismo con la NBC. Justifica su demanda de 500 millones contra la cadena hispana porque esta tomó "una decisión con motivos políticos para limitar su libertad de expresión durante el comienzo de su campaña electoral".

Las encuestas no dan tan mal.

El atropellado comienzo de la campaña de Trump contrasta con sus opciones en las encuestas. El empresario no es uno de los favoritos, pero el último sondeo de la cadena Fox lo ubica segundo en Iowa, el primer estado en celebrar primarias y que sirve de termómetro inicial para detectar preferencias. A nivel nacional, Trump es el séptimo de los 13 aspirantes.

LAS PRIMARIAS EN FILAS DEMÓCRATAS.

Un nuevo candidato se suma.

El exsenador por Virginia Jim Webb engrosó ayer de manera inesperada la lista de precandidatos demócratas a la Presidencia de Estados Unidos para los comicios de 2016, sumándose así a los otros cuatro aspirantes de su partido a la Casa Blanca, entre ellos, la favorita, Hillary Clinton. Aunque su nombre sonaba desde hace meses para la lista de las primarias demócratas, no estaba claro que finalmente decidiera dar el paso por las fuertes reticencias que ha expresado siempre sobre el sistema de recaudación electoral y la gestión de las campañas. Sin embargo, a través de un correo electrónico a sus seguidores, el exsenador confirmó que finalmente peleará por la candidatura presidencial demócrata. "Entiendo las dificultades, sobre todo en el clima político actual, donde el debate está tan a menudo ahogado por grandes sumas de dinero", aseguró el exlegislador, que, sin embargo, dijo haber decidido presentarse para volver a "unir" el país. El político pidió en su declaración un "nuevo enfoque" para solucionar los problemas más grandes y un líder que pueda hacer frente a las "élites en la sombra" de los procesos políticos. EFE

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