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Futuro papá, runner y detallista con la pizza: el otro "perfil" del copiloto

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Andreas Lubitz. Foto: Bild.de

Desde que se supo que Andreas Lubitz podría haber estrellado el avión de forma intencional, comenzaron a surgir rumores y versiones sin confirmar de su vida privada. En Alemania, los medios amarillos buscan cualquier detalle que sirva para alimentar el morbo.

Desde que las sospechas cayeron sobre el copiloto como posible autor de la tragedia del avión de Germanwings en los Alpes franceses, la vida privada de Andreas Lubitz tomó estado público. Y los medios más sensacionalistas salieron a buscar cualquier detalle sobre su vida que alimente el morbo.

Primero habló un colega. Dijo que Andreas Lubitz estaba muy deprimido porque había dejado con su novia de hace más de siete años. Pero nunca se supo el nombre de la joven. Las versiones no cerraban y muchos comenzaron a buscar a la o las mujeres que eran parte de la vida del copiloto alemán.

El diario Bild publicó el sábado una entrevista con una exnovia de Lubitz. Era azafata, y decía que habían tenido una relación de unos meses durante el 2014. Sin dejarse fotografiar y de espaldas a la cámara aseguró que el copiloto de la tragedia le repetía una y otra vez que "el mundo se iba a acordar de él". Era una persona muy obsesiva con su trabajo y siempre hablaba de volar, contó la joven. Según esa entrevista, rompieron porque él sólo hablaba de trabajo.

El domingo, otra vez Bild (uno de los diarios con más tiraje de Europa pero también uno de los más sensacionalistas de Alemania) publicó que la novia de Lubitz estaba embarazada. No era la azafata. Era Kathrin Goldbach, una maestra y la novia de "toda la vida" y con la que Lubitz se habría peleado el día antes de la tragedia.

Según publica el diario Mirror de Inglaterra, Kathrin vivía con el copiloto en Düsseldorf y le había contado la  noticia a sus alumnos de una escuela en Krefeld. Se habían conocido hace ya 7 años en un Burguer King. El día del accidente Kathrin viajó  a Francia apenas se enteró que el avión se había estrellado. Pensó que su novio (o exnovio) era una de las víctimas. Pero una vez allí, fue contactada por las autoridades francesas que le explicaron que su novio habría sido el autor de una tragedia de tal magnitud. 

El diario alemán asegura que la relación entre Andreas y Kathrin había tenido muchas idas y vueltas. Que Lubitz había comprado dos automóviles marca Audi (uno para cada uno) para intentar recomponer la situación pero que ella lo había rechazado. Además, también según Bild, la joven ya estaba buscando otro apartamento para mudarse porque "Lubitz era obsesivo con su aspecto y con el de ella". Fanático del running, Lubitz había participado en varias carreras y maratones. De allí que la mayoría de las fotos que se difundieron del copiloto fueron de eventos deportivos.

Otro detalle que revela el diario alemán es que Kathrin se habría enterado del affaire de Lubitz con la azafata de la aerolínea y eso había desencadenado la ruptura. 

La obsesión por los detalles de Lubitz era tal, que en la pizzería de la esquina del apartamento que compartían, el dueño Habib Hassani lo recuerda como una persona "extremadamente detallista con los gustos de la pizza". El hombre dijo a Bild que a Lubitz no le interesaba el menú y siempre pedía pizza con paprika, jamón, cebolla y bróccoli. "Tenía una adicción compulsiva a esos gustos" dijo. 

Toda esta información sobre Andreas Lubitz no ha sido chequeada ni reproducida por ningún otro medio en Alemania. Los padres del copiloto declinaron hacer declaraciones y los investigadores se centran en determinar el perfil psicológico de Lubitz. Se sabe que estaba en tratamiento psiquiátrico y se investiga si tenía problemas de visión. También encontraron prescripciones médicas en su casa y certificados que lo inhabilitaban a volar. La vida privada parece una novela.

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Andreas Lubitz. Foto: Bild.de

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