Las elecciones legislativas le dieron control total de la Asamblea y terminó con el bipartidismo.

El presidente Emmanuel Macron tendrá manos libres para implementar las reformas socioliberales que prometió en la campaña electoral. La segunda vuelta de las legislativas francesas, este domingo, no solo le dio el control de la mayoría de la Asamblea Nacional, sino que acabó con el bipartidismo histórico en Francia entre el Partido Socialista y Los Republicanos.

Aunque el triunfo de Macron fue menos abrumador de lo que los sondeos pronosticaban, La República en Marcha del presidente y su aliado centrista MoDem obtuvieron 350 escaños en la Asamblea Nacional, muy por encima de la mayoría absoluta de 289.

Macron, el presidente más joven de la historia de Francia, de 39 años, firma así la derrota de los dos grandes partidos históricos que gobernaron en las últimas décadas y pone en marcha una profunda renovación en la Asamblea Nacional con la entrada de una nueva generación de diputados.

Obtiene además una de las mayorías más amplias en la historia de Francia desde la fundación de la V República en 1958, que le allana el camino para implementar su paquete de reformas con el que pretende liberalizar la economía para impulsar el empleo, reforzar las medidas de seguridad contra el terrorismo y profundizar la integración europea.

Sin embargo, su triunfo se vio opacado por una abstención récord de 57%, que según analistas se explica por la sensación de que la suerte ya estaba echada y un hartazgo generalizado tras una larga secuencia electoral que comenzó en noviembre con las primarias de la derecha.

La República en Marcha diezmó a los socialistas y derrotó a los conservadores, mientras que el ultraderechista Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen, a quien Macron venció en la segunda vuelta de las presidenciales el 7 de mayo, tuvo otra noche agridulce.

Le Pen fue elegida por primera vez diputada tras imponerse en su bastión de Hénin-Beaumont (norte), pero a nivel nacional su partido quedó lejos de los objetivos impuestos, al alcanzar ocho escaños, insuficientes para constituir un grupo en la Asamblea.

"No contamos hoy con un grupo parlamentario, pero no quiere decir que mañana no tengamos uno (...) No pierdo de vista el objetivo de poder formar en los próximos meses un grupo en la Asamblea Nacional", señaló Le Pen ayer lunes.

El partido conservador Los Republicanos obtuvo 112 diputados, de los cuales una parte está dispuesta a apoyar al partido de Macron.

"Es el fin de una época (...) Nuestros candidatos han sido derrotados porque hemos parecido más próximos a la Francia de ayer que a la de mañana. Hay que rehacer todo del suelo al techo", reflexionó la presidenta conservadora de la región de París, Valérie Pécresse.

Los socialistas perdieron la mayoría y acabaron por los suelos con 30 escaños tras el impopular gobierno de François Hollande, marcado por el desempleo y los atentados yihadistas.

El líder del PS, Jean-Christophe Cambadélis, presentó su dimisión y anunció que una dirección colegial asumirá a partir de ahora las riendas de un partido roto.

La mejor muestra del estado calamitoso en que han quedado los socialistas la da el hecho de que la inmensa mayoría de ministros que participaron en los gobiernos de François Hollande y que concurrían en estos comicios se quedaron fuera del Parlamento.

Una de las tres excepciones fue el ex primer ministro Manuel Valls, que consiguió la victoria por solo 139 votos y cuya rival ha anunciado que impugnará el resultado.

Por su parte, el movimiento de izquierda radical Francia Insumisa del tribuno Jean-Luc Mélénchon, cosechó, junto al Partido Comunista, 27 escaños.

Aunque este resultado es inferior al que esperaba Mélenchon, quien fue uno de los inesperados protagonistas de las elecciones presidenciales de mayo, supera los pronósticos de las encuestas.

La nueva Asamblea Nacional confirmada en las elecciones del domingo empezará sus sesiones el 27 de junio y su metamorfosis saltará a la vista: la mitad de los nuevos diputados no han ocupado nunca cargos electos y proceden de la sociedad civil.

Habrá además más jóvenes con un promedio de edad que cayó de más de cinco años (54 años en 2012 a 48 años en 2017) y más mujeres (224 frente a 155 en 2012, un récord).

"Hace un año, nadie habría imaginado una renovación política semejante", se felicitó el primer ministro, Edouard Philippe.

Como marca la tradición, Philippe presentará la dimisión de su gobierno. Se le encomendará la formación de otro, con una posible remodelación "limitada".

El título honorífico de "jefe de la oposición" francesa tendrá muchos pretendientes en una Asamblea Nacional en la que entran por primera vez la líder del Frente Nacional (FN), la ultraderecha Marine Le Pen, y el de La Francia Insumisa, la extrema izquierda de Jean-Luc Mélénchon. A ambos, grandes oradores, les une su inquina hacia las políticas defendidas por el presidente Emmanuel Macron, y en la Asamblea dispondrán de una tribuna para disparar sus dardos al jefe de Estado mejor que la que tenían hasta ahora en el Parlamento Europeo. Sin embargo, mientras que La Francia Insumisa podrá formar grupo parlamentario aliada con los comunistas (26 diputados), el FN se queda lejos, con ocho, de los 15 escaños que les permitiría tener grupo propio, pese a multiplicar por cuatro su representación. La mácula en el nacimiento de la era "macronista" la puso una vez más la fuerte abstención, que ha llevado a poner en cuestión la oportunidad de celebrar las legislativas solo un mes después de las presidenciales. La participación del 42% supone un mínimo histórico en la V República. Mientras que esa baja concurrencia motivó el lamento de la mayoría de la clase política, Mélénchon la celebró por su "significado político", que a su juicio representa que los franceses han "entrado en una huelga general cívica" que resta legitimidad a las reformas que pretende Macron. "Con la abstención, los electores dicen que se mantienen distantes respecto a las elecciones. Dicen sí, hoy somos favorables a la renovación pero no hemos entendido necesariamente el proyecto de renovación de Emmanuel Macron", sostuvo Jean-Daniel Lévy, del instituto Harris Interactive.

El movimiento del presidente Emmanuel Macron, La República en Marcha (LREM) y su aliado centrista MoDem obtuvieron el domingo, en la segunda vuelta de las elecciones legislativas, 350 escaños sobre un total de 577.

Los partidos históricos sufrieron una amarga derrota. El Partido Socialista logró apenas 30 bancas frente a las 284 que tenía. Los Republicanos mantuvo 112 escaños, insuficientes para imponer una cohabitación a Macron.

El promedio de edad pasa de 54 a 48 años. El ahora diputado del Frente Nacional, Ludovic Pajot (23), será el benjamín. La diputada más joven saliente, Marion Maréchal-Le Pen, también venía del partido de extrema derecha FN.

Récord de mujeres: 224 frente a 155 en 2012. Macron tienen el 47% de diputadas, y Francia Insumisa el 41%. Entre las diputadas pro Macron está la aboga-da Laetitia Avia, una de las primeras mujeres negras en llegar a la Asamblea.

Un total de 424 representantes elegidos sobre los 577 desempeñarán su primer cargo como diputados. De los 345 que buscaban la reelección, solo 140 lo consiguieron. Al final, el 75% de los escaños cambiará de ocupante.

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