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Evangélico, surfista y egresado de Harvard

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El joven fiscal evangélico, Deltan Dallagnol, se convirtió en poco tiempo en uno de los líderes de la cruzada anticorrupción de Brasil, que ahora tiene bajo la mira al expresidente Lula.

"Seguidor de Jesús" es la primera descripción que aparece en su perfil de Twitter, antes de presentarse como "marido y padre apasionado", y luego como procurador federal, con una maestría en Derecho de la Universidad de Harvard.

A sus 36 años, Dallagnol comanda el equipo de fiscales de la operación "Lava Jato" sobre el desvío de miles de millones de dólares de la estatal Petrobras, el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil. Las pesquisas ya llevaron tras las rejas a decenas de empresarios y tiene a varios políticos en la mira.

Esta semana presentó la primera denuncia en esta megacausa contra Lula, señalado por la Fiscalía como "comandante máximo" del esquema delictivo que durante años drenó recursos de las arcas de la petrolera.

Dallagnol dedicó a Lula numerosas metáforas ("director de la orquesta delictiva", "máximo comandante", "cima de la pirámide" de corrupción), acompañando sus declaraciones con diapositivas que colocaban a Lula gráficamente en el centro de toda la trama.

Desde hace dos años, el fiscal dedica su tiempo libre a su esposa y dos hijos. A sus amigos más cercanos ha dejado de verlos y también ha relegado a segundo plano el surf y el skate, "deportes radicales" de su devoción que practicó hasta asumir el comando de la operación.

Dallagnol se enorgullece de perseguir el dinero sucio emulando el modelo del histórico caso "Mani Pulite", que desarticuló una compleja red de corrupción en la Italia de la década de 1990.

"No basta retirar la manzana podrida del cajón, es preciso cambiar las condiciones que hacen que las manzanas se pudran", dice.

PERFIL DEL FISCAL

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