La falta de combustible y el tráfico denso complicaban ayer la evacuación de los 80.000 residentes de la remota ciudad occidental canadiense de Fort McMurray, afectada por un incendio forestal fuera de control que destruyó gran parte de un vecindario y dañó severamente otras áreas.
Los bomberos de la localidad, en la parte nororiental de la provincia de Alberta, en el corazón del área petrolera de Canadá, se enfrentaban a otro día complicado, ya que el clima cálido y seco dificultaba el control de las llamas.
Aunque las principales instalaciones petroleras no estaban en el camino del fuego, el incendio interrumpió algunas operaciones. Royal Dutch Shell PLC anunció el cierre de un yacimiento y dijo estar en proceso de hacer lo mismo en otro.
Suncor Energy Inc, cuyas operaciones con arenas bituminosas son más próximas a la ciudad, señaló que está reduciendo su producción de crudo.
El gobierno regional ordenó el martes la evacuación de todos los residentes de la ciudad, y unas 44.000 personas lograron salir esa misma noche, dijeron funcionarios locales, pero seguía siendo difícil escapar.
El cierre de una autopista el martes obligó a la mayoría de evacuados a dirigirse hacia el norte, lejos de las grandes ciudades. La carretera reabrió ayer por la mañana, pero ya no había combustible, impidiendo la salida de mucha gente.
El Departamento de Transporte de Alberta afirmó que está escoltando un camión cisterna con gasolina hacia el norte para ayudar a los conductores que no pudieron seguir su marcha.
Las imágenes mostraron hileras de cimientos calcinados y pisos superiores destruidos.
INCENDIO EN CANADÁ