China lanzó ayer jueves su segundo laboratorio espacial, denominado Tiangong-2, abriendo así la vía al despliegue en seis años de una estación espacial habitada.
El cohete Larga marcha-2F, que colocará el laboratorio en el espacio, despegó desde la base de Jiuquan, en el desierto de Gobi (noroeste), según la agencia oficial China nueva.
Imágenes difundidas por la televisión estatal CCTV mostraban cómo se encendían los motores del cohete antes de elevarse lentamente dejando atrás largas llamaradas.
El Tiangong-2 ("Palacio Celeste"), módulo que pesa 8,6 toneladas, será colocado en una órbita inicial a 380 km sobre la Tierra, antes de posicionarse a 393 km de altura, en una órbita que facilite a la nave Shenzhou-11 llevar dos astronautas a bordo del laboratorio.
Los dos "taikonautas", así como los chinos llaman a sus astronautas, podrán quedarse a bordo del laboratorio espacial durante un máximo de 30 días. Llevarán a cabo allí experimentos en materia de medicina, biología, física, relojes atómicos y tempestades solares.
En otra próxima etapa, en abril de 2017, se enviará una nave de "flete" (Tianzhou-1) hacia el laboratorio para suministrarle combustible y otros materiales.
China desea para esta misión mejorar su dominio en materia de citas espaciales antes del despliegue, previsto para 2022, de una estación espacial habitada, cuando la Estación Espacial Internacional (ISS) deje de funcionar.
El Tiangong-2 sucede al módulo Tiangong-1, que caerá a tierra el año próximo tras haber pasado seis años en el espacio.
La conquista del espacio, coordinada por el estado mayor militar, es percibida en China como un símbolo de la nueva potencia del país bajo dominio del Partido Comunista.
PROYECTADA PARA 2022