El mandatario turco sólo recibió a dos de los grandes partidos.
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, recibió ayer a los líderes de dos de los tres partidos de la oposición parlamentaria, en una reunión convocada bajo un llamamiento a la unidad tras el fallido golpe de Estado, pero a la que no ha sido invitado el progresista y pro kurdo HDP.
Aparte del primer ministro Binali Yildirim, cabeza del gubernamental AKP fundado por el propio Erdogan, se entrevistaron con el jefe de Estado el presidente del socialdemócrata CHP, Kemal Kiliçdaroglu, y el del ultranacionalista MHP, Devlet Bahçeli, en un encuentro que duró más de dos horas y media. No fue invitado Selahattin Demirtas, líder del partido izquierdista y prokurdo HDP, tercero en escaños, pese a que su formación firmó junto a las demás la declaración contraria al golpe emitida el mismo sábado de la asonada.
La entrevista se proponía "crear mecanismos para un diálogo político que produjera soluciones duraderas" a los problemas creados por la asonada, según declaraciones del portavoz de Presidencia, Ibrahim Kalin, recogidas por el diario Aksam.
Según Kalin, Erdogan subrayó la importancia del "espíritu de unidad y fraternidad" ante los problemas, destacó que "la nación dejó de lado las diferencias políticas para salir a las plazas" contra los golpistas.
También prometió "continuar de forma inflexible la lucha contra amenazas como la organización terrorista de Fethullah Gülen (el predicador islamista al que acusa de organizar la asonada) y el PKK", la guerrilla kurda.
Al terminar la reunión, Kiliçdaroglu sólo señaló la "importancia de reconciliación democrática" y fuentes de su partido indicaron a la cadena NTV que el encuentro "había sido positivo para la normalización política".
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