La falta de relaciones diplomáticas es una de las grandes trabas.
Después de que Corea del Norte demostrara que puede atacar territorio estadounidense con un misil intercontinental, funcionarios de Washington dicen que siguen buscando una solución diplomática que evite un catastrófico conflicto.
Pero cómo se podrían dar estas conversaciones es todavía un misterio, pues mientras Estados Unidos es reticente a ser visto como dadivoso con Corea del Norte, el dictador norcoreano Kim Jong-Un se burló de los "bastardos estadounidenses" tras realizar su último ensayo misilístico.
Analistas y diplomáticos coinciden en que de entrada existe un problema nada menor y es que no hay relaciones diplomáticas bilaterales.
Está claro que Kim aspira a que Corea del Norte sea reconocido como un Estado nuclear, mientras que Estados Unidos quiere que renuncie a esa pretensión.
"Vamos en la dirección equivocada. Creo que debemos parar, respirar profundo, y pensar qué podemos hacer para que la situación no se agrave más", dijo Joel Wit, cofundador del grupo Paralelo 38 del Instituto EEUU-Corea de la Universidad Johns Hopkins.
Donald Trump advirtió que habría "cosas graves" en reacción al ensayo misilístico del 4 de julio. A solo horas de dicho ensayo, Corea del Sur y Estados Unidos lanzaron misiles de corto alcance al mar de Japón como una demostración de fuerza, desatando temores de una confrontación militar que se podría escapar de las manos.
Pero en general las señales de altos funcionarios estadounidenses fueron de calma. El jefe del Pentágono, Jim Mattis, resaltó la necesidad de diplomacia. Y a pesar de sus burlas tras el ensayo balístico del 4 de mayo, incluso Kim parece haber dejado las puertas abiertas a una negociación. Dijo que sus programas nuclear y balístico podrían estar "en la mesa" si Estados Unidos cesa su política hostil.
China y Rusia, los países más cercanos a Corea del Norte, parecen haber traducido estas palabras en algo negociable, y llamaron a una suspensión de las pruebas norcoreanas a cambio de que Estados Unidos pare sus ejercicios militares en Corea del Sur.
Sin embargo, todo esto es más fácil decirlo que hacerlo, dado que ambas partes no tienen siquiera relaciones diplomáticas, mientras Estados Unidos sigue abogando por sanciones económicas más severas y Kim es básicamente imprevisible.
Frank Aum, exfuncionario del Pentágono, asegura que "públicamente se mantendrá la exigencia de la no proliferación nuclear, pero internamente creo que debemos acostumbrarnos a la idea de negociar con una Corea del Norte nuclear, con una política básicamente de contención". Aum apoya intensificar las medidas económicas, e incluso extenderlas a China si no presiona lo suficiente a su aliado. "Ese fue el tipo de presiones con el que se logró llevar a Irán a la mesa de negociaciones", dice.
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