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Crisis por huevos contaminados se expande en Europa y llega a Asia

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El uso de fipronil, una sustancia para combatir insectos, es el origen del escándalo. Foto: Reuters
Hens are pictured at a poultry farm in Wortel near Antwerp, Belgium August 8, 2017. REUTERS/Francois Lenoir
FRANCOIS LENOIR/REUTERS

Los efectos por el uso ilegal de fipronil abarca por ahora a 16 países de la UE y Hong Kong.

Si por estos días viaja a Europa, difícilmente se anime a pedir un huevo frito en un restaurante. Tal vez ni siquiera lo encuentre en el menú. Aunque los expertos sostienen que prácticamente no hay riesgo para la salud humana si el consumo es dentro de los parámetros normales, el escándalo de los huevos contaminados con fipronil ya abarca a 16 países europeos y a Hong Kong, informó ayer la Comisión Europea (CE), que precisó que solo en cuatro Estados (Holanda, Bélgica, Alemania y Francia) se ha confirmado la comercialización de huevos con trazas de este insecticida.

Los otros 12 países y Hong Kong han recibido huevos procedentes de las granjas afectadas en Holanda, Bélgica, Alemania y Francia, cuya producción ha sido bloqueada, pero no se ha confirmado la presencia de fipronil en los mismos.

Hasta ahora los países afectados son Suecia, Francia (que también los recibió de Bélgica), Reino Unido, Austria, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Polonia, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia y Dinamarca, así como Suiza y Hong Kong, según las últimas notificaciones al sistema europeo de alerta rápida (Rasff).

La CE fijó para el próximo 26 de septiembre una reunión para analizar la situación, a petición del comisario europeo de Salud y Seguridad Alimentaria, Vytenis Andriukaitis.

"No es una reunión de crisis", matizó la portavoz comunitaria Mina Andreeva, quien insistió en que el objetivo del encuentro será "sacar lecciones" de este suceso, que ha puesto en tela de juicio los sistemas de alerta de seguridad alimentaria en la Unión Europea (UE).

Aunque la comercialización del fipronil está permitida en la UE, su uso es ilegal en la cadena alimentaria.

Los ministros de Agricultura de la Unión Europea tendrán ocasión de tratar previamente el asunto entre el 3 y el 5 de septiembre en Tallin (Estonia), donde se celebra una reunión informal de titulares del ramo, aunque aún no está publicada la agenda del encuentro.

"Estamos frente a la utilización ilegal de un producto que no debería haberse usado en estas circunstancias", afirmó el portavoz comunitario Daniel Rosario.

Reproches.

El gobierno belga acusó a Holanda de "falta de cooperación" en la gestión de la crisis y afirmó que los Países Bajos habían detectado fipronil en granjas desde noviembre, con lo que justificó su reacción tardía en los sistemas europeos de alerta, después de que la CE abriera una investigación para estudiar su actuación.

Andreeva dijo que la CE no va a "especular" ni "entrar en un juego de culpas" sobre la actuación de los países, y dijo que el origen del fraude se aclarará en las investigaciones en curso.

Ambos portavoces coincidieron en que "siempre hay lecciones que aprender", pero insistieron en que "el sistema europeo de seguridad alimentaria es uno de los más avanzados del mundo".

Alemania y Francia reprendieron severamente a Bélgica y Holanda. En estos dos países, más de 200 granjas de gallinas ponedoras fueron contaminadas después de desinfectar con productos con fipronil, un insecticida cuyo uso está estrictamente prohibido en el sector avícola.

"En cualquier crisis se cometen errores. Es claramente el caso de ésta", reconoció ayer jueves la ministra holandesa de Sanidad, Edith Schippers. "Pero no había ningún indicio de que el fipronil se encontrase en los huevos en ese momento", añadió para explicar por qué las autoridades no realizaron controles desde finales de 2016.

"Estábamos al corriente de un aviso sobre la presencia de fipronil en una granja de gallinas ponedoras en noviembre de 2016, pero no había ninguna indicación sobre el hallazgo de fipronil en los huevos en ese momento", insistió Schipers en su primera declaración pública desde que estalló el caso la semana pasada.

La gestión de ese aviso por La Haya ha suscitado críticas de responsables políticos de varios países europeos afectados por la crisis.

"La cooperación debe ser mejor en el futuro", declaró el miércoles el ministro de Agricultura francés, Stéphane Travert. Su homólogo belga, Denis Ducarme, acusó por su parte a Holanda de haber tratado con descuido la información anónima recibida en 2016.

Biocontaminados.

El escándalo, que salió a la luz la semana pasada con la retirada de millones de huevos de supermercados alemanes y holandeses, se gestaba desde hacía varios meses. Francia afirmó que más de 200.000 huevos contaminados con fipronil se pusieron en venta en el mercado francés desde abril. En Bélgica, la agencia de seguridad alimentaria remonta a enero de 2017 sus controles de los criaderos bloqueados desde el estallido de la crisis, según Danny Coulier, jefe de la organización representante del sector avícola.

El desencadenante del caso fue la utilización del fipronil por empresas de desinfección que intervinieron en granjas de Holanda, Bélgica y Alemania. Igualmente, una granja en el norte de Francia está bloqueada.

El viernes, las autoridades polacas anunciaron haber hallado unos 40.000 huevos contaminados importados de Alemania, señalando sin embargo que estos huevos no se pusieron a la venta en las tiendas y serían destruidos o reenviados al proveedor alemán.

Los huevos bio tampoco se libran, ya que el desinfectante con fipronil utilizado ilegalmente en Bélgica y en Holanda era presentado como un producto natural por las empresas que lo comercializaban.

Detenidos.

En el plano judicial del escándalo, dos dirigentes de la empresa que probablemente aplicó el producto en los criaderos avícolas fueron detenidos el jueves en Holanda.

Según los medios holandeses, se trata de la empresa ChickFriend, ampliamente cuestionada por el sector.

Las autoridades procedieron en Holanda a ocho allanamientos y la Justicia también tiene en la mira "al comerciante" que distribuyó el fipronil en el país.

En Bélgica se realizaron 11 allanamientos en el marco de la investigación, que ahora apunta a 26 personas y empresas sospechosas.

El fipronil es un insecticida corriente que se encuentra en productos veterinarios, pero su uso está prohibido en animales destinados a la cadena alimentaria en la Unión Europea (UE).

Este producto se utiliza habitualmente como antipulgas y antigarrapatas para perros y otros animales domésticos, pero está prohibido en la cadena alimentaria. A altas dosis puede provocar problemas neurológicos y vómitos.

El origen de la contaminación es una granja de Holanda

Millones de huevos fueron contaminados en Europa con fipronil, un insecticida cuyo uso está prohibido en animales destinados al consumo humano. Bélgica fue alertada a comienzos de junio por un criador. Siguiendo la pista del tratamiento contra el ácaro rojo, una agencia sanitaria belga estableció un vínculo con Holanda a través de una firma local. Esta empresa, ChickFriend, compró su desinfectante a otra empresa de Bélgica, Poultry-Vision. El 20 de julio, Bélgica alertó a la Unión Europea. El 1° de agosto, La Haya anunció que había detectado una sustancia tóxica, el fipronil, en cientos de miles de huevos y que habían bloqueado decenas de criaderos de aves. Las autoridades belgas afirman que Holanda había sido alertada de la presencia en huevos de fipronil ya en noviembre de 2016.

"SOLO PREOCÚPATE POR EL COLESTEROL"

Fipronil. Representa un riesgo de intoxicación "muy improbable" para los humanos, que tendrían que consumir miles de huevos contaminados a lo largo de su vida para sufrir efectos adversos. El toxicólogo de la Universidad de Lovaina, Alfred Bernard, dijo que "no hay riesgo para la población en este momento. Está limitado y potencialmente es muy improbable", aseguró.

Umbral. El asunto ha creado alarma y confusión en Holanda y en Bélgica, donde se han detectado trazas de fipronil superiores al umbral de "riesgo" establecido por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), en 0,72 miligramos por kilo de alimento.

Efectos. La Organización Mundial de la Salud clasifica el fipronil como "moderadamente tóxico" para los humanos y estima que sólo en grandes cantidades puede causar daños hepáticos, a nivel del tiroides o riñones. Una persona tendría que consumir al menos 10.000 huevos contaminados, durante un corto periodo de tiempo, para poner en riesgo su salud. Desde Holanda, el científico experto en nutrición Martijn Katan coincide en que una persona tiene que comer "varios miles de huevos para que sea perjudicial". "Incluso si has comido cuatro huevos contaminados por día en el último mes, no es perjudicial. Sólo tienes que preocuparte por el colesterol", dijo. (EFE)

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El uso de fipronil, una sustancia para combatir insectos, es el origen del escándalo. Foto: Reuters

LLAMADO DE ATENCIÓNEFE, AFP, REUTERS

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