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Copiloto tenía tendencias suicidas

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El copiloto de la aerolínea Germanwings sospechoso de estrellar deliberadamente un avión en los Alpes franceses, Andreas Lubitz, había sido tratado en el pasado por tendencias suicidas, dijeron ayer fiscales alemanes.

“Hace varios años, antes de obtener su licencia de piloto, el copiloto pasó un largo período en tratamiento psicoterapéutico, con tendencias suicidas manifiestas”, indicó la oficina de fiscales en Düsseldorf, donde vivía Lubitz y hacia donde se dirigía el vuelo siniestrado, desde Barcelona.

La oficina de la Fiscalía, que dijo basar sus hallazgos en “documentos médicos relevantes”, agregó que desde ese período Lubitz no había mostrado señales de comportamiento suicida o de tendencias agresivas hacia otros en visitas médicas.

El Airbus A320 se estrelló el martes pasado en una zona de difícil acceso en los Alpes franceses y en la tragedia murieron 150 personas.

Los investigadores, en base a la grabación de una de las cajas negras de la aeronave, creen que Lubitz se encerró adentro de la cabina sin dejar entrar al piloto y que deliberadamente puso el avión en descenso para que se estrellara contra la montaña.

Los fiscales indicaron ayer que no habían encontrado ninguna evidencia de que Lubitz estuviera planeando un ataque de esa naturaleza y tampoco razones detrás de éste.

“No han salido a la luz ninguna circunstancia especial, ya sea en su vida personal o en su vida laboral, que arroje (...) un motivo posible”, indicó el comunicado de los fiscales.

Los investigadores no han hallado hasta ahora un documento en el que el copiloto anunciara sus intenciones o una carta de despedida. Los interrogatorios en su entorno familiar, personal y laboral tampoco han arrojado “indicios consistentes que ayuden a explicar los posibles motivos” de sus actos.

El presidente de Lufthansa, Carsten Spohr, a, la firma matriz de Germanwings, sostuvo la semana pasada que, según la información de la aerolínea, el copiloto era “100% apto para el vuelo, sin ningún tipo de peculiaridad o limitación”.

Registros.

Un portavoz de la compañía Lufthans dijo que los registros médicos estaban sujetos a la confidencialidad doctor-paciente y que por eso la aerolínea no tenía conocimiento de su contenido.

Bajo la legislación alemana, los empleadores no tienen acceso a los registros médicos de sus empleados y los certificados médicos que excusan a una persona de ir al trabajo tampoco proveen información sobre condiciones de salud.

La Fiscalía de Düsseldorf había anunciado el viernes el hallazgo, realizado durante el registro de la vivienda de Lubitz y de la de sus padres, de papeles con “bajas médicas, actuales e incluso vigente para el día de los hechos, hechos pedazos”, lo cual permite concluir que el copiloto ocultó la enfermedad a Germanwings.

El diario alemán “Bild” agregó ayer que los agentes encontraron además en su vivienda de Düsseldorf recetas de psicofármacos para tratar trastornos bipolares, así como gran cantidad de somníferos.

Según medios de prensa europeos, Lubitz tenía problemas psicológicos de un cierto nivel: “Bild” destacó que el copiloto padecía un desprendimiento de retina (con una pérdida de visión del 30%, según el periódico francés “Le Figaro”) que podría haber sido de origen psicosomático.

Todos elementos, por ahora no confirmados por los investigadores, apuntan a que el joven tenía serios problemas de salud, que habría osado llevar adelante su accionar por miedo a perder el trabajo y en vista de los nuevos controles médicos, (los pilotos deben someterse a estudios cada año) previstos para junio próximo.

La misma publicación informó, además, que la pareja del copiloto, profesora de inglés y matemáticas, estaba supuestamente embarazada y que así se lo comunicó hace unas semanas a sus alumnos.

Según el semanario “Der Spiegel”, la pareja, que al parecer se conoció cuando Lubitz tenía 18 años y poco después comenzó a salir, tenía previsto incluso casarse.

Especulaciones.

La Fiscalía de Düsseldorf dejó claro que “ni quiere ni debe” entrar en estas especulaciones que se suceden en los medios sobre los eventuales trastornos de Lubitz o las razones que le pudieron llevar a estrellar el avión.

“Las autoridades que llevan el caso deben ceñirse únicamente a los hechos”, recalcó este organismo.

Ante los nuevos datos de la investigación, el debate en los medios y en la clase política en Alemania se centró en la necesidad de poner límites al secreto profesional médico para evitar que se repitan casos como el Lubitz.

El presidente del Colegio Federal de Médicos, Frank Ulrich Montgomery, advirtió del riesgo de tomar “decisiones legales y políticas apresuradas” y respaldó el secreto profesional como “un bien jurídico importante” y un “derecho fundamental para todos los ciudadanos”.

Otro debate abierto es si los exámenes regulares a los pilotos son lo suficientemente completos como para detectar casos como el de Lubitz.

Excavan vía para llegar a los restos

Las autoridades que buscan acelerar la identificación de las 150 personas que murieron la semana pasada en el desastre del avión de Germanwings iniciaron excavaciones para abrir una vía en los Alpes franceses que permita un acceso directo a la remota zona.

Retroexcavadoras marcaban el camino al área de la colisión, que debería estar lista para hoy o mañana, dijo ayer Xavier Vialenc, portavoz de los 350 miembros de la policía militar francesa que participan en la búsqueda de los cuerpos y de partes de la aeronave.

“Vamos a ganar un poco de tiempo con eso”, dijo Vialenc, agregando que hasta ahora se han encontrado restos humanos con 78 muestras distintas de ADN.

Hasta el momento, un equipo de cerca de 15 policías militares con la tarea de buscar entre los escombros han debido llegar a la zona del accidente en helicóptero o a pie, y el mal clima ha afectado el aterrizaje de las aeronaves.

Vialenc confirmó que todavía no han encontrado la segunda “caja negra” del avión, que permitiría ampliar la información disponible en el primer dispositivo con las grabaciones de la cabina de los pilotos durante el vuelo. REUTERS

Avanzan en identificar el ADN de las víctimas

Ya se han aislado 78 ADN diferentes, según informó el fiscal jefe de Marsella, Brice Robin. Cada tarde, las muestras son enviadas a París, donde se centraliza la identificación de los 150 fallecidos. Solo se podrá lograr con certeza cuando se comparen los ADN recogidos con los de sus familiares.

A estos últimos ya se les han tomado muestras en Alemania, Francia y España. Todavía no fue identificado ninguno de los 150 ocupantes del vuelo.

Según Patrick Touron, director del Instituto de Investigación Criminal de la Gendarmería Nacional, los efectos personales, las dentaduras e incluso las huellas dactilares son suficientes para identificar los cadáveres en el 90% de las ocasiones.

La palabra “bomba” en un papel causó temor

Las operaciones de control realizadas por las autoridades marroquíes en el avión de Turkish Airlines, que llevó a cabo un aterrizaje de emergencia ayer en Casablanca por una amenaza de bomba, dio resultados negativos y el aparato continuó viaje hacia su destino, la ciudad brasileña de San Pablo.

Las autoridades informaron que tras no encontrar amenazas y después de las operaciones de limpieza y abastecimiento se autorizaron a continuar el vuelo .

El aparato de Turkish Airlines, que cubría la ruta entre Estambul (Turquía) y San Pablo aterrizó en Casablanca después de que la tripulación hallase un papel en uno de los servicios en el que estaba escrita la palabra “bomba”.

Además, las autoridades comprobaron las identidades de los 256 pasajeros.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Andreas Lubitz corre una maratón en Hamburgo, en una foto fechada en 2009.

Debaten en Alemania la confidencialidad de los registros médicos por el caso REUTERS, EFE Y ANSA 

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