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Búsqueda febril de sobrevivientes

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El terremoto en Manta, Ecuador, dejo grandes destrozos. Foto: AFP.
TOPSHOT - Picture showing the destruction in Manta, Ecuador, on April 17, 2016 a day after a powerful 7.8-magnitude quake hit the country. The toll from the big earthquake in Ecuador rose on Sunday to 246 dead and 2,527 people injured, the country's vice president said. / AFP / LUIS ACOSTA TOPSHOTS-TOPSHOT-ECUADOR-QUAKE
LUIS ACOSTA/AFP

Ecuador vive las réplicas del sismo que ya dejó más de 400 fallecidos y cientos de heridos.

Desde que la tierra tembló el sábado, los habitantes de la ciudad ecuatoriana de Manta luchan sin descanso contra los escombros para sacar a los atrapados, una tarea a la que se entregan con escasos medios y sin poder escapar del terror que les producen las réplicas al caer la noche.

Las probabilidades de hallar más sobrevivientes del terremoto que asoló Ecuador el fin de semana caían el martes de forma dramática, pese a los esfuerzos de socorristas en la tragedia que le costaría hasta 3.000 millones de dólares al país.

El sismo, el más devastador en casi 40 años, dejaba 443 fallecidos más de 4.000 heridos y 231 desaparecidos.

"Va a ser una lucha larga, no nos engañemos", dijo Correa el martes tras recorrer la provincia de Manabí, la más afectada por el potente terremoto de magnitud 7,8.

"Las pérdidas son multimillonarias. Yo calculo, a grosso modo, 2.000 (millones), 3.000 millones de dólares. Dos puntos, tres puntos del Producto Interno Bruto", agregó.

El sismo puso más presión sobre la economía del miembro más pequeño de la OPEP, que ya sufría por los bajos precios del crudo y pronosticaba un crecimiento cercano a cero para 2016.

A pesar de que la vital industria energética no sufrió grandes daños por el terremoto, las exportaciones de bananas, flores, cacao y pescado podrían retrasarse por las carreteras agrietadas y las demoras en los puertos. 

Cuerpos aplastados

Ayudados por perros entrenados y potentes excavadoras, los expertos seguían buscando víctimas entre el tropel de ladrillos y fierros retorcidos, pero los gestos de desazón los delataban: los protocolos de búsqueda indican que las primeras 72 horas son vitales para encontrar con vida a desaparecidos.

"Hay cuerpos aplastados en las edificaciones y, por el olor, es evidente que están muertos", dijo el capitán del ejército Marco Borja, en el pequeño poblado turístico de Canoa.

Las imágenes se repetían a lo largo del litoral afectado: sobre calles en las que se levantaban casas, edificios y hoteles, ahora se apilan toneladas de escombros. Miles volvieron a pasar la noche a la intemperie por temor a que las réplicas, que no dejaban de sucederse, tumbaran sus maltrechos hogares.

En Portoviejo, el incólume estadio de fútbol servía de morada, centro de acopio y hasta de improvisado mortuorio.

Junto a sus hermanos, Tito Torres recorrió los 275 kilómetros que separan Quito de Pedernales para darle una mano a sus padres, cuyo supermercado se vino abajo con el sismo.

"Todavía hay varias personas aquí abajo", contó. "Mi primo me dijo que, hasta ayer, se podía oír a la gente gritando. Había dos trabajadores pero sólo uno salió".

"Hay esperanza"

No es la primera vez que Pedernales, un poblado costero de 55.000 habitantes en el noroeste del país, vive una tragedia.

Durante la década de 1980, la ciudad prosperó impulsada por el boom camaronero, uno de los principales rubros de exportación del país pero, una década más tarde, se fue a pique tras la enfermedad de la mancha blanca, un virus devastador que causa gran mortalidad en los crustáceos.

A pesar de todo el pueblo se repuso y, gracias a miles de bañistas que empezaron a llegar atraídos por las cálidas aguas del océano Pacífico, pasó a subsistir del turismo.

Y aunque el sismo derribó más del 70 por ciento de las viviendas de la ciudad y dañó las restantes, las autoridades esperan que el pueblo vuelva a resurgir de entre los escombros.

"Es una tragedia de inmensas proporciones", reconoció Correa, visiblemente afligido. "Pero mayor es la voluntad del pueblo ecuatoriano, nuestra voluntad de salir adelante".

Haciendo eco de esas declaraciones, los socorristas difundían sus pocos pero valiosos rescates a través de las redes sociales.

"Donde hay vida, hay esperanza. Nuestro personal rescató a cinco personas con vida", dijo la Policía ecuatoriana en Twitter sobre los trabajos que realiza en Manta, sede de uno de los puertos más importantes del país.

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El terremoto en Manta, Ecuador, dejo grandes destrozos. Foto: AFP.

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