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Brasil cambia el rumbo y recorta el gasto público

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La baja popularidad de Temer se observa en algunos puntos de Brasil. Foto: Reuters
People go down the escalator in front of a phrase and posters with the image Brazil's interim President Michel Temer at the entrance of a subway, after the Brazilian Senate voted to impeach President Dilma Rousseff, at Paulista Avenue in Sao Paulo, Brazil, May 12, 2016. The words read: "Out Temer." REUTERS/Nacho Doce BRAZIL-POLITICS/
NACHO DOCE/REUTERS

El nuevo gobierno calcula que este año suprimirán 4.000 cargos públicos.

La prioridad del gobierno interino de Brasil es dar un nuevo rumbo a la golpeada economía. Y no tardó ni un día en anunciar que tomará medidas duras, inclusive impopulares para "salvar" al país.

En una conferencia de prensa, Henrique Meirelles, designado como jefe de la cartera económica por el nuevo presidente Michel Temer, advirtió ayer que deberá reducir el gasto público, reformar la Seguridad social y la edad de la jubilación, con la meta de recuperar la mayor economía sudamericana.

Meirelles asumió el jueves esa secretaría de Estado después de que el Senado apartara del cargo a la presidenta Dilma Rousseff para juzgarla por supuesto maquillaje en las cuentas públicas, durante un máximo de seis meses.

Su objetivo es dar un "cambio en el itinerario de la economía", que en 2015 cayó 3,8% —se prevé que este año también se contraerá— y enfrenta una inflación cercana a los dos dígitos y el mayor desempleo desde 2012.

"Creo que la sociedad brasileña es lo suficientemente madura como para saber aceptar medidas de ajuste importantes; Lo que sí está claro es que no podemos continuar como hasta ahora", aseguró.

No es la primera vez que Meirelles, conocido como ortodoxo liberal, es convocado para rescatar la economía del gigante brasileño. Fue presidente del Banco Central en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva (2003-10), en medio de un escenario también crítico de la economía.

Los mercados, que destacan cómo Meirelles supo en ese entonces dar con la receta justa, hoy se muestran "escepticismo y cautela" con el gobierno Temer, explicó Ignacio Crespo, analista de macroeconomía en la consultora Guide Investimentos de Sao Paulo.

"Antes de que las cosas mejoren pueden seguir empeorando: los datos fiscales van a continuar malos, el crédito con altas tasas de incumplimiento en los pagos, el desempleo aumentando", alertó el experto.

¿Muchos recortes?

Meirelles presentó ayer líneas generales de lo que será su gestión, sin precisar medidas concretas o dar proyecciones de cifras.

Pero varios analistas advierten que será difícil llevar a cabo medidas "duras" sin que esto provoque manifestaciones. Sobre todo muchos de los que votaron al PT, suscriben la postura de Dilma Rousseff de que el proceso de destitución es un "golpe de estado moderno".

En todo caso, en su primera conferencia de prensa al frente de la cartera, Meirelles aseguró que no le preocupa que los eventuales anuncios provoquen manifestaciones de repudio.

Los ajustes incluirán principalmente recortes, la definición de un techo para el gasto público y una reforma en la seguridad social y las leyes de trabajo.

"La meta es que, para el 31 de diciembre de este año, tengamos 4.000 cargos públicos menos de los que teníamos el 1º de enero", afirmó ayer el ministro de Planificación, Romero Jucá, en la rueda de prensa posterior a la primera reunión del nuevo Gabinete.

El ministro de la Presidencia, Eliseu Padilha, que también participó en la rueda de prensa, afirmó que Temer orientó a todos sus ministros a hacer un inventario de los cargos públicos en cada cartera para identificar hasta un 25 % que pueda ser suprimido.

Juca afirmó que el Gobierno de Rousseff se había comprometido a eliminar 2.000 puestos públicos al anunciar un ajuste fiscal el año pasado pero que no cumplió esa meta.

De todas formas, garantizó que los programas sociales bandera del gobierno del Partido de los Trabajadores (PT), serán mantenidos, contradiciendo a la jefa de Estado que dijo que esos planes iban a verse afectados.

"Si vemos el cuadro general de los gastos del gobierno, los programas sociales representan una porción menor", explicó.

"La prioridad ahora es controlar el gasto público", señaló, tras asegurar que el aumento de la deuda pública —que alcanzó 66,2% del PIB en 2015, casi diez puntos más que el año anterior— es "insostenible".

Rousseff intentó sin éxito impulsar en su segundo gobierno un plan de ajuste para poner orden en las cuentas públicas pero chocó con el Congreso en rebeldía que terminó aprobando su juicio.

Todas esas propuestas del gobierno Rousseff "serán analizadas", dijo Meirelles, que destacó por su parte que la actual administración sí cuenta con apoyo en el Legislativo.

Pensión sostenible.

El ministro defendió imponer una edad mínima para la jubilación, que actualmente se solicita a través de un sistema que considera la sumatoria de los años de trabajo con la edad.

Dijo más temprano en una entrevista con la televisión Globo que el déficit en las cuentas públicas este año será superior a los 96.600 millones de reales (US$ 27.500 millones) previstos por el anterior gobierno.

"Estamos en este momento evaluando esas cuentas, porque existe algo que ya es claro. Esos 96.000 millones son un número elevadísimo, mucho mayor al que se preveía antes, pero todo indica que el número será mayor", dijo.

Meirelles ha dicho que no quiere apresurarse en el anuncio de medidas para no tener que volver luego atrás. El gobierno al que pertenece es interino y durará el tiempo que lleve el juicio contra Rousseff.

Si la mandataria es destituida, en un plazo máximo de seis meses, Temer terminaría el mandato hasta 2018.

¿Dará tiempo? "El proceso de recuperación es inevitable en la medida que se tomen las medidas correctas", aseguró.

Ministerio de Cultura pasará a depender del de Educación.

Artistas e intelectuales brasileños calificaron ayer de "grave retroceso" la eliminación del Ministerio de Cultura y pidieron en una carta abierta al presidente interino, Michel Temer, que recupere la cartera, que pasará a depender de la de Educación.

La Asociación Busque Saber y el Grupo de Acción Parlamentar Pro-Música publicaron un manifiesto en el diario O Globo que fue suscrito, entre otros, por Caetano Veloso, Chico Buarque, Carlinhos Brown y Gilberto Gil, quien fue precisamente ministro de Cultura durante el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

En la carta, denuncian que el ahorro que supondrá su desaparición "es una pifia y no justifica el enorme perjuicio que causará".

Los artistas sostienen que la cultura brasileña "está destinada a ser una fuente permanente de desarrollo y de riquezas económicas mediante políticas adecuadas". La desaparición del ministerio, denuncian, suprimirá un medio para "desarrollar la tolerancia y el respeto a las diferencias, algo tan fundamental para la situación que atraviesa el país", sumido en una aguda crisis política e institucional.

"La cultura es la creación del futuro y la preservación del pasado. Sin la promoción y protección de nuestra cultura, a través de un ministerio que se identifique y dedique a ella, Brasil cerrará las cortinas de un grandioso palco abierto hacia el mundo", subrayan.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La baja popularidad de Temer se observa en algunos puntos de Brasil. Foto: Reuters

AJUSTAN CINTURONESAFP Y EFE

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