El mandatario quería que 11 millones de personas se legalicen
La Corte Suprema de Estados Unidos propinó ayer un duro revés al presidente Barack Obama, al ratificar con un voto dividido de 4-4 el dictamen de un tribunal inferior que bloqueó su plan para evitar la deportación de millones de inmigrantes ilegales y darles permisos de trabajo.
El fallo se produce siete meses antes del final del mandato de Obama y representa el logro más reciente de sus adversarios republicanos que han frustrado una de las iniciativas más ambiciosas del presidente demócrata. También mantiene a la inmigración como un tema álgido en el debate para las elecciones presidenciales de noviembre.
"Desde hace más de dos décadas, nuestro sistema de inmigración (...) está fallido y el hecho de que la Corte Suprema no fuera capaz de adoptar una decisión hoy no es sólo un retroceso aun mayor para el sistema, sino que nos aleja más del país en el que aspiramos a convertirnos", señaló Obama.
Obama presentó la iniciativa en noviembre del 2014, que rápidamente tuvo que enfrentar los recursos judiciales de sus opositores. El argumento fue que el presidente estaba excediéndose en su autoridad al emitir un decreto porque no conseguía la aprobación del Congreso.
El mandatario dijo que el fallo de la Corte Suprema era "frustrante" para quienes quieren "llevar algo de sentido común" al sistema de inmigración y permitir que 11 millones de extranjeros que viven ilegalmente en EE.UU. "salgan de las sombras".
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